S egún su mirada, de alguna manera la Casa Rosada plebiscitará su gestión, e incluso cree que, si pierde, el presidente Alberto Fernández “necesitará hacer una autocrítica y reorganización hacia adentro y afuera”.
Mirando a la oposición, el encuestador vaticina un triunfo del Pro en las internas en Capital y Buenos Aires, aunque es cauto en cuál será la diferencia con los contrincantes dentro de Juntos, como Ricardo López Murphy en territorio porteño y Facundo Manes en la provincia. Lo que sí está claro, es la importancia de la elección para el jefe de gobierno: “Larreta pone en juego la consolidación de su proyecto presidencial”, asegura.
Y también reflexiona sobre el tono de la campaña, marcada fundamentalmente por el cruce de acusaciones y la falta de propuestas concretas, lo que Nejamkis justifica a partir de la segmentación de los mensajes y el uso prioritario de las redes sociales por parte de los candidatos.
-¿Qué cree que se juega Alberto Fernández este domingo? ¿Es un plebiscito a su gestión?
-Quizás la palabra “plebiscito” puede sonar fuerte, pero siempre las elecciones de medio término de alguna manera son una convalidación, o no, de la tarea que viene desarrollando cualquier gobierno. Si se cumple la máxima que señalamos los politólogos, de que “las elecciones las ganan o las pierden los oficialismos”, de alguna manera oficiará como un plebiscito. Si pierde, el Gobierno necesitará hacer una autocrítica y una reorganización hacia adentro y hacia afuera. Y si gana, más allá de un relanzamiento, muchas cosas de las que se hicieron habrán sido convalidadas.
-¿Y Larreta qué se juega, a partir de la apuesta de Santilli en provincia?
-Se juega las posibilidades de liderazgo de cara a 2023. No es que después no vaya a tener un camino lleno de espinas, pero él hizo apuestas muy fuertes, que las impuso aún a costa de tener que pulsear con referentes muy importantes del Pro, como Patricia Bullrich, Jorge Macri y el propio Mauricio Macri. Si esas apuestas salen bien, su liderazgo tendría impulso de cara al 2023. En la Ciudad no se juega nada porque le va a ir bien; me parece que lo que está en juego es la consolidación de su proyecto presidencial.
-¿Qué pasaría si Vidal tiene un resultado magro? ¿Quedaría dañada la figura de Larreta?
-Si le va mal, por supuesto que sería un desafío, pero las encuestas no parecen indicar que le vaya a ir tan mal a Vidal. Por el contrario, hay que tener en cuenta que Larreta le ganó a Michetti, creo que 28 a 17 puntos y a partir de ahí consolidó su liderazgo. Así que si Vidal gana las PASO por arriba de 30 puntos, ¿quién puede discutirle el lugar de cabeza de lista? La pelea de Vidal no es con Leandro Santoro. Ahora si hay una elección pareja con López Murphy, ahí sí la apuesta de Larreta sería mucho más cuestionable.
– ¿Facundo Manes va a sobrevivir en Juntos por el Cambio?
-Eso ya depende de una decisión personal de Manes. Él hizo una apuesta política, siendo una persona que viene de afuera. Está haciendo sus primeros pasos y a veces ese tipo de personalidades, si no tienen éxito de entrada, se frustran y pasan a otra cosa. Otras veces, la primera elección es un aprendizaje para recorrer un camino. Habrá que ver cómo le va con Santilli. Pero sí es cierto que él revitalizó a la UCR, porque si no el radicalismo no tenía posibilidades de ir a unas PASO con el Pro. Acá, si bien muchos vemos un triunfo de Santilli, la boleta de Manes revitalizó al partido.
-¿Le sorprendió el nivel de la campaña? No se discutió sobre propuestas.
-Las campañas hace tiempo que no son brillantes, porque tampoco se discute programáticamente. Ni siquiera tienen lugar en la televisión, sino fundamentalmente en las redes sociales, donde la discusión es más de alto impacto y efectista. En ese esquema es difícil que la campaña sea profunda, porque los parámetros los establecen Twitter o Instagram.
-Pero si bien están en las redes, los candidatos siguen apostando a spots y formatos antiguos de campaña.
-Los candidatos les hablan a sus públicos porque tratan de consolidar sus propios votos. Y después le tratan de hablar a los votantes que consideran que son más propensos a apoyarlos. Como hoy la publicidad y las estrategias de marketing político son segmentadas, si vos les hablás a todos los públicos, el costo de la campaña es altísimo. No creo que se hable a los jóvenes en general, sino que cada uno trabaja sobre un tipo particular de joven, aquel que creen que es potencialmente un votante suyo.
-¿Hay un fenómeno particular con el voto joven, a partir del surgimiento de Javier Milei o las consignas libertarias?
-Hay condiciones objetivas para que una fuerza de esas características, sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires, pueda acumular algo más de votos de lo que tradicionalmente estamos acostumbrados. ¿Por qué? Primero, porque a nivel internacional sucede eso y después, porque hay un clima anti-política con la pandemia, que ha hecho enojar a mucha gente. Entonces, puede ser que crezcan un poco más, pero tampoco me imagino que están terciando por el segundo lugar. Pueden ser tercera o cuarta fuerza y veremos si el resultado es un poco más abultado de lo esperado.
