La campaña electoral para las legislativas del año próximo ya comenzó hace tiempo, en realidad, más allá de lo que permitan o prohiban los plazos legales. En este marco, muchas miradas están puestas en la resolución de la interna de Cambiemos en Capital, que será aquí diferente a otros distritos.
Cambiemos es, en Buenos aires, sólo el Pro, porque la UCR jamás se integró al armado gubernamental e incluso tampoco se alineó con el bloque oficialista en la Legislatura. Allí el bloque del Pro funciona sin coordinar sus acciones con Suma +, aunque existan acuerdos entre ambas fuerzas. Esta bancada funge como bloque radical, ya que está conformado por cinco radicales -Natalia Fidel, Marcelo Guouman, Juan Nosiglia, Hernán Rossi y Patricia Vischi- más la “lousteausista” María Inés Gorbea. Esto es así desde que Martín Lousteau encabezó el lanzamiento de ECO, en abril de 2014, en el Teatro Broadway.
En este contexto, el embajador en Washington anunció en repetidas oportunidades su intención de enfrentar al Pro en 2017 y 2019, primero en las legislativas y luego en las elecciones para jefe de Gobierno.
Finalmente, luego de eludir una respuesta concreta por algún tiempo, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tomó la decisión de contestarle al ambicioso economista y diplomático. Larreta reconoció que Lousteau “forma parte del equipo del presidente Macri, sin dudas. En la política de la Capital no tenemos conformado Cambiemos”, reconoció y luego anticipó que en 2017 “el Pro va a tener candidatos propios”, denegando toda posibilidad de un acuerdo que no incluya el lanzamiento de la toalla de la rendición por parte de la UCR o del propio Lousteau.
De todos modos, Larreta no rompió lanzas con el novel diplomático. “Está haciendo una muy buena tarea”, reconoció y agregó que “cuando viene a Buenos Aires suelo verlo y tomar un café” con él.
En octubre, Lousteau participó de un homenaje a Hipólito Yrigoyen que organizó la UCR porteña y aprovechó la ocasión para lanzar su candidatura, aunque sin anticipar su decisión acerca de su futuro diplomático, que podría estar a punto de finalizar.
Tampoco Rodríguez Larreta fue explícito en cuando a los avatares del año próximo y alegó que “falta mucho” para anticipar a sus jugadores para 2017. Es necesario recordar que en la ciudad se renuevan 13 bancas de diputados nacionales y el Pro debe jugar en la ocasión cinco bancas. Los ocupantes de esas bancas son, en estos días, Alicia Besada (que ingresó a la cámara baja en lugar de Laura Alonso en diciembre de 2015); Eduardo Conesa (que entró en lugar de Federico Sturznegger); María Lopardo (que fue la reemplazante de Jorge Triaca); José Luis Patiño (entró por la partida del rabino Segio Bergman) y Marcelo Sorgente (que fue el sustituto de Silvia Majdalani).
Eco, por su parte, sólo pone en juego la banca de la radical Carla Carrizo, que forma parte del bloque de la UCR, pero es una incondicional de Lousteau. Aquí, el economista intentará hacer “la gran Sumar+”, poniendo gente suya en las listas radicales.
Lo cierto es que la Ciudad Autónoma es un caso extraño, en el que un partido centenario (la UCR) es conducida en los hechos por un extrapartidario, a la vez que forma parte del oficialismo en casi todos los distritos del país, menos en éste. En la Cámara de Diputados de la Nación, entretanto, los radicales votan también casi indefectiblemente con el Pro, pero esto no ocurre lo en el parlamento de la Ciudad. Además, su opción política se llama ECO -no UCR, como en el resto del país- y tiene lábiles alianzas que se forman y se rompen depende de la ocasión. ¿Crisis o pragmatismo? ¿O ambas cosas?
