La decisión de ambos es mantener la misma estrategia proselitista y en los próximos días viajarán esta semana a Santa Fe, donde apuestan a precandidatos distintos en las PASO del próximo domingo, aunque Bullrich prevé estar allí el jueves para apoyar la fórmula Carolina Losada-Federico Angelini para la gobernación, mientras que Larreta decidió volar el mismo día de las primarias, siempre que se imponga el binomio que respalda, integrado por Maximiliano Pullaro y Gisela Scaglia.
Otra resolución que surge de los dos equipos de campaña no es menor: no habrá debate de los precandidatos presidenciales de Juntos por el Cambio (JxC) antes de las PASO. Para los estrategas de cada sector, esa instancia es considerada riesgosa porque puede hacer perder la elección por un error mínimo ante millones de televidentes. La actividad proselitista de los dos seguirá concentrada en el contacto directo con la gente, sin actos masivos, apelando a las fortalezas de sus perfiles y ante un escenario electoral que muestra novedades como la postal de unidad oficialista y la caída de Javier Milei en las encuestas.
El último mes de campaña para Larreta y Bullrich estará enfocado en la provincia de Buenos Aires: es el distrito crucial por la cantidad de votantes y porque Cristina Kirchner apostó a ese territorio para atrincherarse detrás de la reelección de Axel Kicillof ante una posible derrota en las elecciones.
En el comando larretista habrá una fuerte apuesta por el distrito bonaerense en el último mes de campaña antes de las PASO. Diego Santilli, el candidato a gobernador del sector, contempla recorrer nuevamente los 55 distritos más importantes de la provincia hasta las primarias del 13 de agosto, convencido de que en esos puntos se definirá el enfrentamiento con Grindetti. Entre esos municipios, el santillismo apostará, sobre todo, a los de la Primera y la Tercera Sección Electoral.
Santilli buscará polarizar con la gestión de Kicillof todo el tiempo de campaña que le queda, con eje en la difusión de propuestas y una consigna propia de la estrategia larretista: “Sin internismos que nos lleven a centrarnos en Patricia (Bullrich) o en Néstor (Grindetti). Nuestro enemigo es el Gobierno”.