Las causas de la pelea entre Nación y Ciudad: hasta dónde puede llegar el enfrentamiento

Las causas de la pelea entre Nación y Ciudad: hasta dónde puede llegar el enfrentamiento

Hay causas económicas y políticas que detonaron el conflicto. Los actores ocultos y las consecuencias de una escalada que creció en pocos días.


Dicen que la mayor virtud del Diablo es hacerles creer a los hombres que no existe. Y da la impresión, que en esta pelea entre Nación y Ciudad, Lucifer metió la cola. Según el diccionario, una pelea es un enfrentamiento entre dos o más personas. Las peleas pueden ser físicas, verbales o incluso simbólicas, según el caso. Lo que más sorprendió del enfrentamiento entre el Gobierno nacional y el Gobierno porteño es que estalló en medio de una buena relación entre ambos, y que, en pocos días escaló muy fuertemente en intensidad. Al conflicto por el no pago de la coparticipación se sumó la decisión de Nación de transferir a partir de septiembre el gasto de las 31 líneas de colectivos que circulan por la Ciudad a la administración de Jorge Macri.

Pero como el Diablo metió la cola, el conflicto también esconde una pelea que va de la economía a la política. Y que involucra a varios actores. Una cosa son las declaraciones públicas de buena voluntad y apoyo, y otra cosa, son las decisiones que se toman en privado en relación a lo político y a lo económico y ahí se ven las diferencias entre la La Libertad Avanza y el Pro. La buena relación entre Javier Milei y Jorge Macri pareciera que no es lo que parece y las internas de ambos espacios también influyen.

El conflicto se inició el jueves 1 de agosto. Previamente, el 19 de julio tras una reunión entre funcionarios de ambos gobiernos se había llegado a un acuerdo por el tema de la coparticipación. “A partir del 1° de agosto se empezará a cumplir la cautelar de la Corte”, dijo el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, tras la reunión del 19.

De esa manera, a partir de agosto Nación iba a transferirle diariamente a la Ciudad el pago de la coparticipación que pasaba del 1,4% al 2,95% según lo establecido por una sentencia de la Corte Suprema.

El pago, según la resolución judicial, debía ser diario y por goteo. Sin embargo, el jueves 1 de agosto la plata no apareció y arrancó el conflicto. Y tampoco hubo una declaración oficial del gobierno nacional sobre los motivos del incumplimiento. Lo cierto es que desde el jueves en adelante, la plata no apareció y sólo hubo una transferencia discrecional del gobierno nacional a la Ciudad de alrededor de 20 mil millones de pesos.

Esto encendió todas las alarmas. Según supo Noticias Urbanas, Jorge Macri decidió el sábado hacer un nuevo reclamo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. La presentación formal estaba prevista para el jueves de esta semana. Pero en el medio, el conflicto escaló.

A partir de este no pago y la decisión de Macri de recurrir a los tribunales, la pelea adquirió un nuevo nivel. El martes, el secretario de Transporte de la Nación, Franco Mogetta, informó que el Gobierno le quitará desde septiembre los subsidios a las líneas de colectivo que operan en la Ciudad de Buenos Aires.

“A partir del mes de septiembre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires va a solventar el 100% de las compensaciones de sus 31 líneas de colectivos y el Estado Nacional no va a poner un peso. Una deuda pendiente que tenía el Estado y que ahora vamos a subsanar con el apoyo del ministro de Economía, Luis Caputo”, señaló Mogetta, quien remarcó: “Buscamos dotar de equidad a estos sistemas”.

Ese mismo día, desde el Gobierno porteño salieron a responderle a Nación. “Las líneas de colectivos que recorren el territorio de la Ciudad de Buenos Aires dependen directamente del Gobierno Nacional. La Secretaría de Transporte de la Nación tiene la autoridad exclusiva y es la responsable, entre otras cosa: fijar las tarifas, regular el servicio, otorgar los permisos de operación, autorizar los recorridos, definir las frecuencias de los servicios, establecer el monto y mecanismo de los subsidios, implementar el pago a las empresas. La Secretaría de Transporte de la Nación tiene la facultad de decidir si mantiene o quita los subsidios, aumentar sus tarifas o cambiar sus recorridos. La Ciudad ha venido subsidiando al Gobierno Nacional y a sus líneas de transporte público de colectivos. La Ciudad no recibe subsidios por parte de la Nación. Lo reciben directamente las líneas de colectivos a través de la Secretaría de Transporte de la Nación. Las transferencias de competencias, como la de la regulación del transporte público de pasajeros, se deben realizar en el marco de lo que establece la Constitución Nacional”, expresó el Gobierno de Jorge Macri a través de un comunicado.

Actualmente el financiamiento de las líneas de colectivos es mixto: el 55% desde CABA y el 45% del Tesoro nacional. Pasado a números: el costo que Nación quiere dejar de cubrir son los $7.000 millones que destina a subsidiar ese 45% que le toca a la Nación.

Desde el Gobierno porteño creen que el traspaso de los colectivos tiene una intencionalidad política porque se da luego de que Jorge Macri decidiera recurrir a la justicia por el incumplimiento de la coparticipación. Para el Gobierno del Pro cualquier transferencia se debe dar con los fondos correspondientes. Y agregaron: “Esto es igual que cuando se traspasó la Policía, nos tienen que enviar los fondos”. Pero además, están convencidos que con el no pago de la coparticipación y con el tema de hacerse cargo del subsidios de los colectivos quieren perjudicar económicamente a la administración de Macri

Hasta acá los hechos. Pero, ¿qué provocó la escalada entre ambas administraciones?

Como el propio Macri lo dijo, la reunión del 19 de julio fue tensa. Noticias Urbanas Radio adelantó que el acuerdo se dio en medio de exigencias de ambos lados. Para pagarle la coparticipación, Nación le pidió a la Ciudad que se adhiriera al RIGI y al blanqueo de capitales, algo a lo que el Gobierno porteño accedió. Por su parte, Macri exigió que Nación cumpla con las transferencias que la Nación le debe, en especial la IGJ y el Puerto. Pero además, la situación fue “tensa” porque el ministro de Economía Luis “Toto” Caputo tampoco estaba muy de acuerdo en pagarle el 2,95 % de la coparticipación, en el caso del fallo de la Corte, no le quedaba otra, pero con respecto al retroactivo pretendía sentarse a negociar y no pagar esa cifra. El Gobierno de Javier Milei reconocía la deuda con la Ciudad pero argumentaba que no tenía de donde sacar la plata para pagar. La opción más viable era “imprimir”, pero era algo a lo que el gobierno no quería recurrir y además, ese pago iba a “trastocarle” las cuentas públicas a la Nación. O sea, en privado, el gobierno nacional no tenía muchas intenciones de cumplir con el fallo de la Corte. En realidad pretendía irle transfiriendo de forma discrecional a la Ciudad una cifra que podía ser semanal y que podía variar. Esto para el Gobierno porteño es inaceptable.

Acá aparecen los motivos económicos del conflicto, pero también hay motivos políticos. El discurso de Mauricio Macri cuando relanzó el Pro y criticó al entorno de Milei no cayó nada bien en la Casa Rosada. Según fuentes consultadas por Noticias Urbanas, Santiago Caputo influyó en el no pago de la coparticipación como una respuesta al ataque de Macri. “Nos golpean por las críticas que hizo Mauricio y también por las elecciones legislativas del 2025. Quieren debilitar al Pro en su bastión, que es la Ciudad y morderle electorado y dirigentes”, le dijo un legislador del oficialismo porteño a este medio. Según esta visión los dos Caputos perjudicaron al Gobierno de Jorge Macri, uno en lo económico y otro en lo político.

Y a eso le suman el tema del traspaso de los colectivos. En caso de darse, no sólo la Ciudad debería hacerse cargo del subsidio, sino que también de una nueva suba del boleto. Algo que caería muy mal en los usuarios.

El otro tema complicado es hasta donde llega el conflicto, en la Legislatura porteña el acuerdo que Jorge Macri alcanzó con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, hizo que los legisladores de LLA apoyaran los proyectos claves del oficialismo. Esos votos fueron imprescindibles para la aprobación de esas leyes. Si la alianza se rompe, el oficialismo por si solo no tiene los votos necesarios para aprobar las iniciativas que manda el Ejecutivo porteño. No hay que olvidarse que Karina Milei fue otra de las apuntadas por Mauricio y según supo NU la hermana presidencial “no quiere saber nada con Mauricio Macri”.

Para cerrar el cuadro de situación, también hay que referirse a las elecciones legislativas del año que viene y a la posibilidad o no de una alianza de LLA con el Pro. Para el oficialismo nacional los comicios son claves y en la Ciudad el Pro es una fuerza importante que gobierna el distrito desde hace muchos años. Jorge Macri está alineado claramente con Mauricio Macri en la interna contra la ministra de Seguridad de la Nación, Patria Bullrich que quiere una alianza con los libertarios. Pero al mismo tiempo, el Jefe de Gobierno mantenía una buena relación con los Milei. Según los consultados por este medio, en el Gobierno porteño creen que el conflicto actual también tiene que ver con el 2025. Aunque también aclararon, que las reuniones entre ambas administraciones no se detuvieron en estos últimos días.

En la Ciudad, Juntos por el Cambio no se rompió y eso se ve en las Legislatura. La marca “JxC” en el distrito sigue funcionando. Cualquier posibilidad de alianza con LLA provocaría un quiebre y eso traería consecuencias no del todo deseadas para el oficialismo porteño. Por ejemplo, los radicales lo dicen a viva voz: no hay posibilidad de alianza con las huestes de Javier Milei. Entonces, si Jorge Macri apuesta por JxC en el 2025, los libertarios se convierten automáticamente en rivales directos. Por eso, desde el Gobierno porteño creen que esta embestida del gobierno nacional tiene que ver con las elecciones legislativas del año que viene.

El final es incierto, esa es la única certeza en esta historia. El Diablo a veces juega en ambos bandos, haciéndoles creer a todos que es neutral y que rara vez existe.

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