Horacio Rodríguez Larreta ya se está acostumbrando a lidiar con las mieles y los cascotazos que traen aparejadas las grandes ligas. Los problemas ya no son de las 15 comunas ni del metro cuadrado, sino de todo el país, ya no son de una fuerza política sino de todas las fuerzas aliadas en cada rincón de la Argentina, y por supuesto ni hablar de la resistencia interna en el Pro al nuevo statu quo instaurado.
El cambio en la conducción real del submarino amarillo (más allá que no estén los límites bien demarcados) y la proyección presidencial de su figura, por ahora le genera más satisfacciones que dolores de cabeza. A pesar que no todo sale tal cual lo planeado, la maquinaria electoral que roza la perfección propone unos escenarios ideales y la realidad los transforma en los mejores posibles dentro de las posibilidades.
La noche del 12 en Costa Salguero, por supuesto que Larreta estará con los ganadores de los Buenos Aires, cada uno en su rubro, Diego Santilli y María Eugenia Vidal. Pero como también “garpa” el pago chico, será más que probable ver a Ricardo López Murphy y a Adolfo Rubinstein allí en el búnker de la mega coalición a la que “el Pelado” nos tiene acostumbrados en la Ciudad. Ambos alfiles del jefe de Gobierno serán los más mimados en ese festejo, pero no los únicos, y es un daño calculado que Manes y Cornejo (y alguno más) no lo compartan. El interior, qué decir de Santa Fe y Córdoba, por ejemplo, ese día estará en llamas y conectado punto a punto con la Costanera Norte. Veremos la noche de Martín Lousteau y su recorrido, a ver cómo se mueve la apuesta porteña de la UCR.
Las fotos que piensa Larreta para esa noche pasan por las que más favorezcan su lanzadísimo camino hacia la Presidencia. Algunas cosas que no se entenderían de otra manera se deben ver con esa lógica. La maquinaria está aceitada rumbo al 2023, y sin descuidar la coyuntura, lo estratégico y lo táctico va a estar -a esos fines- a la orden del día.
Santilli derrotará a Manes 2/3 a 1/3, con una cifra cercana al 70 por ciento, eso dicen todos los sondeos a los que accedimos desde este medio. Ese resultado –impactante ante un Manes que no se sabe cómo reaccionará– no le garantiza la totalidad de los votos de los perdedores, pero sí que pueda ganar otros en el camino aprovechando la amplia victoria. El Colo está haciendo una campaña impecable, es un especialista en este tipo de situaciones, y no comete en su accionar político errores no forzados. Tampoco en los debates, lo que promete ser el combate del año entre él y Victoria Tolosa Paz, una militante muy buena en lo mediático, pero con menos recorrido en grandes ligas.
En CABA, Vidal –en su tardío regreso- reemplaza su pérdida de frescura con el oficio que le dio la gobernación, pero lo cierto es que no logra traccionar más votos que la marca en estas PASO, algo que si lo hará con toda seguridad en las generales. Un 37 por ciento en esta interna la situaría cerca del 50 en la general. El número mágico sobre el que apoya Larreta su carrera hacia la Rosada. Y más si es con todos los competidores en el escenario.
Patricia Bullrich y Mauricio Macri, desde distintos lugares y posturas, serán los espectadores de lujo de la primer gran puesta en escena sin Macri como figura estelar. Con el diálogo roto, la “Pato” caminó más cerca de Larreta en este breve trecho, pero espera su momento, aunque quizás ya haya pasado. Veremos.