Se teme que, a partir de este lunes, ante la finalización de la feria judicial, haya ejecuciones de garantías por deudas atrasadas. Si eso ocurre, centenares de pymes quedarán al borde de la quiebra. La deuda de las pymes con los bancos asciende a casi 400 mil millones de pesos. Pero lo que más preocupa es el costo, sólo por intereses se destinan más de 16 mil millones al mes, lo que viene generando atrasos inevitables en una coyuntura económica que no ayuda.
La recesión y los altos costos de financiamiento de las deudas financieras de las empresas están poniendo en riesgo el futuro de centenares de pymes. Es que a partir de hoy se termina la feria judicial y especialmente los bancos públicos se verán en la obligación de iniciar las ejecuciones de garantías por atrasos en los pagos.
La situación financiera de las pymes es muy comprometida. En un contexto donde el consumo continúa sin recuperarse, los costos siguen subiendo y la rentabilidad no mejora, los empresarios que invirtieron e hicieron el esfuerzo por sostener el empleo quedaron con niveles de endeudamientos altos y caros.
Las pymes mantienen en la actualidad un stock de deuda en pesos con los bancos por 236.663 millones y en dólares por 2.581 millones, sumando un monto total equivalente a casi 400 mil millones de pesos. Pero no es capital adeudado en sí lo que más dificulta su repago, sino las tasas altas que conllevan esas deudas, en un contexto donde muy pocos negocios están dejando rentabilidades que permitan afrontar semejantes costos.
Según estimaciones de CAME, las pymes destinan más de 16 mil millones de pesos mensuales sólo a pagar los intereses de sus deudas con bancos, sin incluir multas por moras, otros cargos, ni los pagos de capital. Eso viene derivando en atrasos permanentes, que incrementan más esos pasivos, y desencadenan en el peor escenario: nuestras empresas directamente no pueden cumplir, como lo registra el salto en las tasas de morosidad, y quedan al borde de la ejecución, que representa la antesala de la quiebra.
Según el BCRA, la tasa de morosidad de las empresas, que era de apenas 1,1% hace 18 meses, se multiplicó por más de 5 veces, llegando a 5,7% en noviembre pasado (último dato disponible). No se registra una tasa de mora tan elevada desde que el BCRA comenzó a difundir esa ratio, en diciembre de 2006. Y si se abre por tamaño de empresas, la morosidad de las pymes es más elevada aun.
Frente a esta situación, desde CAME se solicitó a la autoridad monetaria frenar cualquier ejecución que pudieran tomar los bancos en las próximas semanas contra las pymes y definir un esquema de reperfilamiento de los pasivos que mantienen con ellos, para darle sustentabilidad y previsibilidad a esas deudas teniendo en cuenta el contexto económico recesivo actual.