El Gobierno nacional planteó, en una audaz jugada, tres temas fundamentales, que incidirán en la vida política de nuestro país por muchos años: la reforma laboral, la reforma previsional y la reforma de la Coparticipación Federal.
La reforma previsional es la más importante de las planteadas en este fin de año, porque las cajas de jubilaciones recaudan mensualmente grandes sumas, que todos los gobiernos posteriores al de Juan Carlos Onganía –con la salvedad de que este era una dictadura– han usufructuado de manera irresponsable. ¿Por qué?
Hasta 1968, las cajas eran de los jubilados, pero el dictador las estatizó y desde entonces fueron saqueadas sistemáticamente cada vez que un Gobierno necesitaba fondos. En 1993 se crearon las Administradoras de Fondos de Jubilación y de Pensión (AFJP), que agravaron el problema de las jubilaciones. Por el contrario, entre 1950 y 1954 –cuando los fondos no eran accesibles para el Poder Ejecutivo– estos generaron un fuerte superávit, que rondaba el cuatro por ciento del PBI.
Movilidad es la palabra clave
Modificar la fórmula para calcular la movilidad jubilatoria le rendiría al Gobierno un ahorro de unos 100 mil millones de pesos, aunque algunos rebajan esta cifra hasta los 80 mil millones. Lo cierto es que los 40 mil millones que le entregarán a María Eugenia Vidal saldrán de allí y así se entiende mejor la jugada.
El tema del pacto fiscal se conecta en este preciso lugar con la reforma previsional, porque desde la Casa Rosada les prometieron a los gobernadores que los fondos que le deberán ceder a la provincia de Buenos Aires saldrán del ahorro que producirá la baja en las jubilaciones. Así, Macri consiguió los votos para aprobar ambas medidas.
Los mandatarios provinciales deberán, por su parte, rebajar su impuesto madre, el de Ingresos Brutos, a cambio de un bono que compensaría las demandas millonarias que algunas provincias le entablaron a la Nación. De paso, caerían los juicios, por lo que se puede decir que el futuro se les promete venturoso… si hay buena voluntad desde la Casa Rosada y si en los temas negociables hay acuerdo. La otra promesa –¿fueron hasta ahora todas promesas?– es que el flujo de fondos hacia las provincias funcionará más aceitadamente que hasta hoy, lo cual significa que todo dependerá de la buena voluntad y, además, que hasta ahora no fluían tan aceitadamente.
Carlos Tomada: “El corazón es la reforma previsional”
El exministro de trabajo de los gobiernos que encabezaron Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner se mostró crítico con las reformas al dialogar con Noticias Urbanas.
“La reforma laboral es importante por los efectos que produce y por su carga simbólica. Si se aprueba, se retrocedería muchos años, porque significaría la aceptación de que los problemas del ámbito laboral se resuelven afectando a los trabajadores”, definió el actual legislador porteño.
De todos modos, Tomada acepta: “La CGT le quitó el efecto devastador que traía la propuesta, pero aún sigue siendo peligrosa, porque sigue siendo una ley de flexibilidad y desregulación, y de esta manera desprotege a los trabajadores. Pasaron, de todos modos, siete ítems de un total de algo más de 20, pero todos son desastrosos”.
El exministro agregó que con esta reforma, “por ejemplo, los trabajadores de las empresas tercerizadas no podrán reclamar a la empresa principal si tienen problemas con sus empleadores directos. También facilitarán el Ius variandi, que es la potestad de que el empleador modifique unilateralmente las condiciones de trabajo, es decir, los horarios y la organización del trabajo”.
Para peor, se lamentó Tomada, “los trabajadores no podrán pedir medidas cautelares, lo que significa que o aceptan las nuevas condiciones que les impone su empleador o se dan por despedidos. En este punto, se utilizaría la negociación colectiva en su contenido más negativo, porque se crea un fondo de cese, por lo que la indemnización dejará de ser un método disuasivo contra los despidos arbitrarios”.
El exministro advirtió, además, que “el corazón del plan de Macri es la reforma previsional, que fue descuartizada entre las demás, con el fin de utilizar los recursos previsionales para solucionar el déficit en la recaudación. Además, así van a desfinanciar a la Anses, al bajar las cargas sociales a los empresarios”.
El legislador porteño alegó que “ahora la rebaja de la movilidad jubilatoria se paga en cuatro cuotas, pero de arranque el jubilado pierde el 10 por ciento de su ingreso solo en 2018. Así, en el Gobierno aseguran que bajan el déficit fiscal, pero podríamos decir que la paradoja es que los mismos que bajaron las retenciones y aumentaron ese mismo déficit ahora usan la plata de las jubilaciones para tapar el agujero que abrieron de la manera descripta”.
Tomada definió finalmente que “estas reformas no son nuevas ni buenas”. “Confío en que no van a pasar, finalmente. Confío en que los legisladores de origen peronista, estén en el bloque que estén, no la votarán. Lo que sí sé es que mi espacio político, el Frente para la Victoria, se va a oponer”, aseguró.
Daniel Lipovetzky: “Bajar la presión fiscal para crear empleo”
El diputado por la Ciudad en el bloque Cambiemos, en diálogo con Noticias Urbanas, manifestó que “el objetivo de las reformas es bajar la presión en uno de los países que tiene una de las mayores presiones fiscales del mundo y redireccionar esos impuestos para estimular el empleo y la inversión”.
“En la reforma impositiva que ya tiene dictamen de comisión se decidió una rebaja en el Impuesto a las Ganancias, en especial cuando se destina ese dinero a la inversión y una ayuda a las pymes con el impuesto al cheque, que es un impuesto regresivo, que se podrá aplicar desde ahora a cuenta de Ganancias. También habrá una baja en los aportes patronales, que tiene como objetivo la creación de empleo privado, que no crece en la Argentina desde hace cinco o seis años”, se entusiasma.
“Existe ya un dictamen de mayoría, que se logró con el aporte del bloque Cambiemos, más los votos del Bloque Justicialista y los diferentes bloques relacionados con los gobernadores, que votaron a favor de la iniciativa con alguna disidencia parcial, que iremos consensuando antes de que la ley llegue al recinto. Además existe un dictamen de minoría, que es del Frente para la Victoria”, manifestó el legislador.
El día en que se produjo la entrevista fue una fecha clave. Ese mismo martes 12 de diciembre se había emitido el dictamen de la reforma impositiva y más tarde –la entrevista fue al mediodía–, a las 15.30, se realizó la tumultuosa sesión del plenario de comisiones que dictaminó sobre la reforma previsional, en medio de incidentes, golpes y empujones. Los precios se pagan, a veces, como ocurrió luego de que el presidente del bloque Cambiemos en diputados, Nicolás Massot, desafió a los peronistas a pedir la plata a Ezeiza y Marcos Paz –adonde se encuentran presos varios exfuncionarios kirchneristas– y el diputado Rodolfo Tailhade le contestó que él iba a ir con Massot, así este, de paso, podía visitar a los genocidas amigos de su familia, que están detenidos allí.
“El proyecto de la reforma previsional resuelve varios temas, como la aplicación del 82 por ciento móvil en los haberes mínimos, que es un buen comienzo para que luego se aplique esa norma a todos los haberes. También se le otorga al trabajador masculino la posibilidad de poder seguir trabajando después de los 65 años, hasta los 70. Esa posibilidad no existía antes y si el empleador lo obligaba, debía jubilarse. Ahora, si quisiera jubilarse, puede hacerlo y si no puede seguir trabajando. La opción quedó en manos del trabajador, no de su empleador.”
–Desde la oposición alegan que esta reforma afecta los ingresos de los jubilados.
–Nosotros creemos que no, que el sistema actual tiene muchas fallas. No ha garantizado a los jubilados, justamente, ganarle siempre a la inflación. Es más, en 2014 perdieron frente a la inflación, quedaron siete puntos por debajo. No es un sistema ni infalible ni bueno, porque condena a los jubilados a que sus haberes se actualicen por la recaudación fiscal, y nosotros ahora planteamos una rebaja impositiva, que es muy buena para generar empleo e inversión, pero mala para los jubilados porque va a caer la recaudación fiscal. En ese sentido, el sistema que planteamos es un 70 por ciento de costo de vida y un 30 por ciento por la variación salarial, un índice que elabora el Ministerio de Trabajo. Así se asegura que el haber no pierda contra la inflación, algo que el sistema actual no garantiza. Además, a partir del año que viene, los haberes jubilatorios le van a ganar a la inflación por cinco puntos. Además, este es el sistema que se aplica en la mayoría de los países.
–¿Cómo podrían ser resumidos los cambios en la coparticipación?
–Es un cambio en los recursos, junto con algunos acuerdos con algunos gobernadores para hacer coparticipables algunas cuestiones que hasta ahora no lo son, para compensar de alguna manera los ingresos que se van a reconocer en el pacto fiscal a la provincia de Buenos Aires.
–¿Tiene razón el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, cuando dice que no le pagan una deuda nacional a su provincia?
–No lo sé. Seguramente hay cuestiones que las provincias reclaman en las que tienen razón. Algunos son reclamos que tienen muchos años y deberán ser analizados. Son manejos que se hicieron en otras épocas.
–En cuanto a la reforma laboral, ¿por qué la consideran tan buena en el Gobierno?
–Tiene tres puntos importantes. La primera es si existe la necesidad de una reforma laboral. La respuesta es una situación fáctica: uno de cada tres trabajadores está en negro. Estos no tienen ni aportes jubilatorios, ni seguro de riesgo de trabajo, ni actualización salarial por paritarias, por lo que la peor flexibilización es esta. Ninguno de los gobiernos anteriores lo quiso, lo pudo o lo supo resolver. Por eso, el blanqueo laboral es necesario. Segundo, los jóvenes necesitan capacitación para ingresar en un empleo. La Ley de Pasantías de los 90 no tuvo ningún tipo de éxito, por lo que hay que modificar esa ley. El tercer punto es la modificaciónde la Ley de Contrato de Trabajo, que es el punto más conflictivo. Es una ley de 1974, que es muy buena. La elaboró el laboralista Norberto Centeno, pensando en el mundo del trabajo de entonces. Hoy, la ley se mantiene casi sin modificaciones, porque era muy buena, pero hay algunas cuestiones que hay que revisar para adaptarlas al mercado laboral de este tiempo. En ese marco, las propuestas que se consensuaron con la CGT van en ese camino. Los cambios van a servir para incentivar la creación de empleo privado, que hoy es mínimo. No se va a tocar el espíritu de la Ley de Contrato de Trabajo, que es proteger al sector más débil en la relación, que es el trabajador. Lo que se toca son algunos aspectos puntuales, que mantienen el corazón de la ley. Cuando Centeno la redactó, tuvo dos premisas. La primera, proteger al sector más débil. La otra, darle previsibilidad al empleador para calcular cuáles son sus costos, por ejemplo, cuando debía despedir, que era un mes por año de servicio.