Hay situaciones que parecen incomprensibles. Desde que estalló el escándalo del Correo, los dichos y acciones de la titular de la Oficina Anticorrpción (OA), Laura Alonso, parecen estar destinadas a perjudicar al Gobierno de Mauricia Macri, del que la funcionaria forma parte.
La semana que el escándalo copó el centro de la escena, Alonso aseguró que no ponía las manos en el fuego por Mauricio Macri. Lo que se pareció más a la declaración de un opositor que de un aliado.
Ahora, rechazó por segunda vez la invitación para asistir al Congreso a hablar del acuerdo con el Correo Argentina y en represalia la oposición podría invitar a Franco Macri, que estaba a cargo de la concesión.
Alonso se negó a asistir hace una semana, en esa oportunidad con la excusa de su participación en la reunión del Grupo Antisoborno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en París. Pero garantizó que estaría mañana.
Su inasistencia la comunicó Paula Bertol a través de una carta en la que negaba la actuación de la Sigen en el polémico acuerdo por el Correo, considerado abusivo para el Estado por la fiscal Gabriela Boquín. El mismo día se había conocido un informe de Rial previo al acuerdo.
La excusa para faltar era la visita que hará el miércoles el jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, a Diputados, donde brindará el segundo informe de gestión.
Sin embargo, para la oposición no es suficiente y planean continuar con el cronograma de convocatorias para dilucidar porqué el Gobierno creyó conveniente cerrar el concurso de acreedores del Grupo Macri. Por eso, ya estudian llamar al propio Franco Macri.