La tentación, ese campo que se ve fértil para plantar una propuesta distinta, aparece cada vez que le preguntan al vecino de a pie qué opina sobre la grieta que rige el día a día de la política argentina desde hace más de una década. A su modo, la mayoría confiesa su hartazgo. Y esta respuesta suena atractiva, en particular para los peronistas que se sienten incómodos con el liderazgo de Cristina Kirchner, que sueñan con una próxima época de menor confrontación.
El nuevo intento en esta dirección, así lo dejaron trascender, lo encararían actores que convivieron (y sufrieron a su manera) con el mundo Kirchner. Los ex ministros Florencio Randazzo y Roberto Lavagna, el ex gobernador salteño Juan Manuel Urtubey y la diputada Graciela Camaño aspiran a revivir la “tercera vía”, con la salvedad de que los tres primeros ya hicieron el intento y fracasaron.
Randazzo se presentó como candidato a senador por la Provincia en 2017 para competir contra la propia Cristina. Buscaba así su revancha luego de que la ex presidenta le cerrara la posibilidad de competir en la interna presidencial en 2015 contra Daniel Scioli. El ex ministro de Interior y Transporte se dio un pequeño gusto: con los 6 puntos que consiguió, aunque quedó lejísimos de la pelea grande, probablemente haya impedido que ese porcentaje fluyera hacia la actual vicepresidenta, que terminó derrotada por el macrista Esteban Bullrich.
Pero la construcción de Randazzo, que arrancó apoyado por más de una docena de intendentes y culminó con el sostén de sólo un par de ellos, sintió el frío de no estar con el grueso del peronismo de turno.
Algo similar les ocurrió a Lavagna y Urtubey dos años después, cuando se convirtieron en precandidatos presidenciales. El economista se negó a ir a una interna con Sergio Massa y otros postulantes peronistas, por lo que lanzó su candidatura en soledad. Por enésima vez, su armado político, que parecía sólido, terminó siendo escuálido. Su alianza con el exmandatario salteño no los llevó a terciar en la polarización y quedaron en el tercer lugar, muy lejos de Alberto Fernández y Mauricio Macri.
El consuelo vino para Camaño, candidata de Lavagna, que pese a la magra performance de la dupla presidencial de Consenso Federal, logró renovar su banca.
La debacle del espacio terminó de configurarse con la vuelta de Massa al peronismo. El mismo Sergio Massa fue hasta ahora el único en armar una tercera vía sólida, que en 2013 le sirvió para ganar la provincia de Buenos Aires como candidato a diputado y enterrar el objetivo de una Cristina eterna y que en 2015 finalizó con dignos 20 puntos en la presidencial, claves para que Mauricio Macri accediera a una segunda vuelta y venciera a Scioli en el balotaje. Para 2019, el ex intendente de Tigre concluyó que prefería volver al grupo al que había denostado antes que sentir el frío de una nueva derrota.
El mismo Sergio Massa fue hasta ahora el único en armar una tercera vía sólida, que en 2013 le sirvió para ganar la provincia de Buenos Aires como candidato a diputado y enterrar el objetivo de una Cristina eterna y que en 2015 finalizó con dignos 20 puntos en la presidencial.
La pregunta es si para este 2021 hay espacio para revivir una tercera vía competitiva. Al menos en los distritos clave, ya que se trata de una elección legislativa intermedia. En las dos Buenos Aires, hay dudas. En la Ciudad, las encuestas que circulan de intención de voto le dan un espacio considerable a la opción liberal de Espert, Milei y López Murphy, más que a un peronismo moderado. Y en la Provincia, esos mismos estudios ubican en algunos casos tercero al PJ no K, pero en torno a los 5 o 6 puntos. Casi testimonial.
Quizá las alianzas por fuera del Frente de Todos tengan alguna lógica en distritos como Córdoba, donde el PJ de Schiaretti se asemeja más al perfil de Lavagna y Urtubey que al de Cristina. El gobernador perdió las últimas legislativas a manos de Juntos por el Cambio en 2017 y sabe que el sentimiento anti K puede complicarlo este año. La duda es qué le conviene hacer: ¿unirse al Frente de Todos, pero con una lista propia? ¿O apostar por la tercera vía, sumando nuevos aliados a su sello Hacemos por Córdoba?
La única vía por la que conseguirán sumar masa crítica pasa por ir a buscar a los heridos, los dolientes, los disconformes y los expulsados del peronismo actualmente en el poder. Ese poder residual no les alcanzará para alcanzar grandes resultados, pero podrían restarle al Frente de Todos algunos puntos fundamentales para un triunfo o una derrota digna de la actual oposición, como ocurrió en 2015 y en 2017.