Leandro Santoro asegura que “es un error pensar que los dirigentes son el peronismo, tanto como suponer que los dirigentes del radicalismo son el radicalismo” y que los que se oponen a CFK “perdieron en sus provincias”. Opina que la política económica del Gobierno “va a generar una recesión mucho más profunda” y que las consecuencias por las medidas tomadas “no son impredecibles”.
–¿Cómo ve la perspectiva de la economía con el nuevo plan del Gobierno para frenar el dólar?
–La veo muy frágil. No hay un programa económico sino financiero, que tiene como objetivo despejar la posibilidad de default en el corto plazo. Pero la búsqueda del bienestar y el empleo está ausente. Esta política va a generar una recesión mucho más profunda. El Gobierno busca equilibrar el déficit estructural en la Argentina a través del sacrificio de la gente.
–¿Cuál es el camino para equilibrarlo sin estos esfuerzos?
–La Argentina no produce los dólares que necesita para su crecimiento, pero no se trata solamente de traer dólares sino de frenar su salida. Por ejemplo, con regulaciones como ya puso en su momento Roberto Lavagna. Aumentar los encajes, no permitir que vengan a especular los capitales de afuera. Hay que buscar la manera de incentivar las exportaciones, hay que ver cómo se generan dólares genuinos. El bloque de poder que constituye el núcleo duro está constituido por el sector financiero y agroexportador, de industria concentrada. Ellos vinieron a aplicar este modelo económico, y sus consecuencias no son impredecibles. Se sabía las medidas que iban a tomar. Lo que podía variar era la magnitud y los plazos, pero todos sabíamos lo que iba a suceder por consecuencia de un proyecto económico basado en la especulación financiera y no en el crecimiento de un país a través del mercado interno. Es una decisión política, no una consecuencia no intencional.
–¿Cuáles son sus referentes a nivel nacional?
–Cristina Kirchner.
–¿Alguien más?
–En lo económico, Leopoldo Moreau.
–¿Y en la Ciudad?
–Soy del bloque de Unidad Ciudadana. Axel [Kicillof] me parece un compañero que en la Ciudad tiene más proyección electoral, porque la gente lo quiere. Y soy muy amigo del Cuervo Larroque.
–¿Los cuadernos de las coimas son parte de una persecución política?
–Creo que hay una persecución política, porque en lugar de usar los cuadernos de las coimas para garantizar la justicia y la transparencia, se trata de violentar argumentos para que el Gobierno tenga un beneficio electoral político. Pero no soy de los que cree que la AFI redactó los cuadernos. Creo que existieron y que efectivamente Centeno estuvo donde estuvo, pero creo que hay otros datos que se contradicen. Esto quedó demostrado, y el poder concentrado y los medios de comunicación hacen como que esa contradicción no existe. Esto se suma a la violación de las garantías procesales en la causa, al haber allanado a Cristina de la forma en que se la allanó, sacando a su abogado y aprobando la vuelta a sus casas de los que acusaban para arriba. Esto plantea a las claras que lo que se busca no es justicia, sino que es una operación política sostenida sobre el Poder Judicial.
–¿Cristina estaba al tanto de las coimas?
–Creo que no. Me llama la atención que el primo hermano del Presidente haya admitido que pagaba coimas en el gobierno anterior y que el Presidente no diga nada. Porque hay gente que dice que Cristina tenía información, pero pasa por alto la posibilidad de que Macri supiera. Su primo hermano les pagaba coimas al señor Baratta o al señor López. Es raro que Macri no lo supiese, siendo que la empresa constructora que pagaba era propiedad de su familia. Pero no hay sospechas de la complicidad de Macri. Creo que Cristina podía no saber y tengo muchas dudas del desentendimiento de Macri de toda esta operación.
–¿Por qué?
–Tanto Jorge Rial como Clarín hicieron públicas conversaciones entre Calcaterra y Macri pocos días antes de declarar con Bonadio, en las que se decía que había sido asesorado por Angelici y habían construido un acuerdo con el fiscal Stornelli para que Calcaterra pudiese declarar y quedar eximido de prisión. Esto pasó desapercibido en la opinión pública. Y yo estoy considerando hacer una presentación judicial, porque un funcionario público no puede atender a su primo como familiar. Tiene la obligación de denunciarlo. Algunos medios, que reprodujeron los tuits de Rial, advirtieron de este manejo antes de que declarara Calcaterra. Hay más indicios de que quien estaba al tanto del sistema de coimas era el actual Presidente y no hay ningún indicio de que se le daba plata a Cristina o de que Cristina estuviera al tanto. En las declaraciones nadie dice que se le daba plata a Cristina.
–¿Cómo ve la nueva alianza entre Urtubey, Massa, Pichetto y Schiaretti?
–Me parece que es un grupo de militantes políticos del peronismo racional, entre comillas, del peronismo de centroderecha. Llegaron a la conclusión de que el formato de acumulación política del Pro no está agotado, que lo que está agotado es el Pro como proyecto de poder. Están tratando de copiar la simbología, la estética y el discurso de la constitución del Pro. Por eso tienen estas piezas de comunicación privada, los discursos vacíos, los contenidos meritocráticos en los argumentos políticos, un discurso corrido a la derecha: están preocupados por interpelar al electorado desencantado del Pro. Porque el Pro demostró ser más eficiente en ganar elecciones que en gobernar. Gobernando no lograron resolver un solo problema de los argentinos. Estos muchachos quieren interpelar a su electorado desencantado y están esponsoreados por los mismos actores: el Grupo Clarín y otros sectores económicos, que trataron de crear la ilusión de que el proyecto de Cambiemos era viable para la Argentina.
–¿Cree que pueden llegar a tener chances en las próximas elecciones?
–Creo que no les cree nadie. Es un grupo más preocupado por el poder que por la situación de la Argentina y de nuestros compatriotas. Hay poco de sensibilidad social y poco de convicción ideológica. Y mucho de oportunismo político y narcisismo. La mayoría de ellos acompañaron a este gobierno los primeros meses, cuando se definieron las líneas directrices de este proyecto que hoy estamos padeciendo.
–¿No es una forma de unir al peronismo y vencer al macrismo?
–Es un error pensar que los dirigentes son el peronismo, tanto como suponer que los dirigentes del radicalismo son el radicalismo. Son dos culturas políticas que a veces son interpeladas por los dirigentes, pero a veces son interpeladas por otros dirigentes. A mí me pasa muchas veces. Yo creo que el peronismo está con Cristina. Ninguno de estos muchachos que se sentaron en la oficina del asesor de Clarín para sacarse una foto ganó en su distrito, excepto Schiaretti, que hay que reconocer que tiene control territorial sobre su provincia y tiene votos propios. Pero los otros tres hicieron elecciones malas para abajo y perdieron en sus provincias.