Enrolado en el sector del presidente de la UCR, Ernesto Sanz, el legislador radical Hernán Rossi está convencido de que su partido dio, el pasado fin de semana, una “lección de democracia interna” durante la Convención de Gualeguaychú, que avaló la estrategia de aliarse con Pro a nivel nacional.
“La Argentina necesita un gobierno no peronista y una fuerza política que sea una alternativa real al populismo. Una fuerza democrática, pluralista y republicana”, apuntó en la charla con Noticias Urbanas.
Rossi, que es santafesino, está convencido de que en 2015 se elegirá entre “república y populismo”.
A principios de la década de 1990 ingresó en la Franja Morada de la Universidad Nacional del Litoral, donde presidió dos veces el Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho. Unos años después, su identificación con los ideales reformistas de la UCR lo llevó a afiliarse al partido. Pertenece a la Cantera Popular, un espacio interno del radicalismo que se fundó después de la implosión de la UCR, en 2003. En 2004 fue elegido presidente de la Juventud Radical y desde 2013 es legislador porteño.
–¿Qué significó Gualeguaychú?
–Un acto de responsabilidad política que transcendió la mera necesidad de supervivencia de la UCR. En Gualeguaychú los radicales dimos una lección de democracia interna, porque la democracia es la posibilidad de ofrecer alternancia. Es decir, una fuerza competitiva que no sea una trampa y que a la vez tenga la chance de llegar al poder. Porque hay que recordar algo: la UCR es un partido de poder.
–¿Y por qué con Macri?
–La pregunta no es por qué con Macri sino por qué no con Massa. O con los barones del Conurbano. Gualeguaychú le dijo que no a la expresión más virulenta del populismo. Y eso no tiene nada que ver con una posición gorila. Por lo menos, las generaciones más jóvenes de la UCR tenemos mucho respeto por el peronismo. Y realmente confiamos en que un peronismo desde el llano, liderado por Massa, por ejemplo, pueda tener la posibilidad de renovarse. De democratizarse. Lo que se juega en 2015 es una opción democrática y republicana versus el populismo del kirchnerismo.
–¿Y no podría tratarse de un rejunte solo para derrotar al kirchnerismo?
–Rejunte hubiera sido si lo sumábamos a Massa para armar una coalición opositora a cualquier costo.
–De todos modos, en estos días se habló de que Massa podría formar parte de la coalición opositora, en la provincia de Buenos Aires, a través de un candidato a gobernador como Felipe Solá, por ejemplo.
–Felipe Solá no tiene el perfil de un barón del Conurbano. Esto es lo que vetó la Convención Radical.
–Me queda una duda a nivel local. Si todo es tan maravilloso con los socios Pro, ¿por qué apoyan a la alianza ECO, de Martín Lousteau, y no a Rodríguez Larreta o a Michetti?
–Porque son dos niveles totalmente distintos de la política. En primer lugar, nosotros vamos a enfrentar a Macri en una interna con un candidato a presidente propio, que es Ernesto Sanz. A nivel nacional, hay una alianza ideológica que ofrece democracia y república. A nivel local, en cambio, la disputa no es ideológica sino más bien de gestión. Nosotros creemos que Lousteau puede llegar a ganarle al macrismo en una segunda vuelta.
–¿Y por qué no dirimieron esa posibildad en las PASO porteñas?
–Porque Macri no nos dio esa posibilidad. Y nosotros estamos convencidos, también a nivel local, de que la Ciudad necesita una fuerza competitiva al oficialismo de Pro. Y, en este caso, esa fuerza de alternativa es Lousteau.
–¿Carrió tenía razón, entonces? Le pregunto porque desde el radicalismo le dijeron de todo.
–Sí, tenía razón. Ella había hecho una buena lectura. El punto diferencial, sin embargo, es que ella tiene un partido mucho más chico y nosotros somos un partido grande que tiene sus tiempos. No podemos simplemente tomar una decisión sin el proceso interno de debate y la formulación de una estrategia.
–¿Cuál sería la diferencia de esta coalición con la Alianza?
–Muchísimas, pero básicamente el hecho de que las candidaturas se van a dirimir en las PASO, un instrumento que no existía en la época de la Alianza. Y solo se dirime el candidato a presidente, no el vice. Los acuerdos parlamentarios también serán una clave porque el próximo presidente, cualquiera fuere, no tendrá mayoría parlamentaria durante al menos dos años. Más que la Alianza, nuestro modelo es el de la Concertación chilena.
–¿Y no corre riesgo de fractura la UCR? Algunas declaraciones de Gerardo Morales parecen ir en ese sentido.
–La UCR está lejísimo de una fractura. Morales y Sanz son amigos, además. Y el desafío de Sanz es gobernar para todos los sectores de la UCR y no solo para el propio.
–El compañero de fórmula de Sanz es aún una incógnita. ¿Podría ser Carrió, si decidiera bajar su propia candidatura a presidenta?
–Para nosotros eso sería ideal. Tenemos más coincidencias ideológicas con nuestros socios de la Coalición Cívica que con los del Pro. Aunque con el Pro coincidimos en algo estratégico y fundamental: los valores republicanos.
–¿Por qué fracasó Unen?
–Por lo que te decía antes: lamentablemente dejó de ser una fuerza competitiva. Allí tenemos amigos que nos hubiera gustado que formaran parte de este nuevo acuerdo. Pero decidieron no acompañarnos. Es una pena, aunque respetamos esa decisión. Sin embargo, la UCR es un partido de poder y no podíamos quedarnos en un armado testimonial.
–¿Qué es lo mejor que le puede pasar a la Argentina?
–Tener un presidente radical como Sanz. Y yo no descarto esa posibilidad.