Los más osados pueden llegar a afirmar que la real politik tiene algún punto de contacto con la poesía. O sea, que puede llegar a tener varias interpretaciones. Para otros, la política suele ser definida como el conjunto de decisiones y medidas que toman determinados grupos que detentan el poder, en pos de organizar una sociedad o grupo particular. En la Legislatura porteña, ambas interpretaciones son aceptadas.
Para este segundo semestre del año, hay un listado de temas que el gobierno porteño de Jorge Macri quiere que se traten, pero no todo es tan fácil y mucho menos, tan lineal. La interna de los sectores que integran Juntos por el Cambio (JxC) en el Palacio Legislativo juega un rol clave en la toma de decisiones que determinan que los proyectos sean aprobados. A eso se debe sumar que el oficialismo necesita de manera imprescindible que los dos bloques de la Libertad Avanza también acompañen para asegurar su sanción.
Tras el receso invernal, la Legislatura porteña arrancará la segunda parte del año con temas prioritarios para ser aprobados en el recinto. La semana que viene volverán las reuniones de comisión y en ese marco, el tema de la ludopatía en menores será uno de los temas que llegará al recinto.
El Ejecutivo porteño está impulsando medidas para combatir la problemática de la ludopatía infantil. En la Legislatura porteña hay 17 proyectos relacionados con ese tema, originados tanto en el oficialismo como en la oposición y la idea es generar un proyecto único que contemple todas las medidas necesarias. Sobre ese tema, hay varios proyectos de concordancia entre JxC y el bloque de Unión por la Patria, por lo cual el tratamiento de la ley podría llegar al recinto a fines de agosto.
El otro tema que le interesa al Gobierno porteño es el “master plan” para ejecutar en la autopista Dellepiane a partir de un rediseño de la traza, con la incorporación de un nuevo carril exclusivo para el transporte público, la continuidad de las calles colectoras, la construcción de un puente peatonal y mejoras en los espacios verdes remanentes para convertirlos en un parque lineal.
La iniciativa oficial ya fue presentada en la Legislatura porteña e incluye un pedido para tomar deuda por un monto cercano a los 75 millones de dólares para financiar el plan de obras que, además, prevé pasos bajo nivel y puentes peatonales en otros puntos de la Ciudad. La deuda se tomaría con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF).
Este tema podría tratarse luego de la cuestión de la ludopatía infantil. El tercer tema que el Gobierno porteño impulsa para este segundo semestre es la modificación al Código Urbanístico. El proyecto del Ejecutivo ingresó el martes 30 de julio último a la Legislatura y tiene más de 2.500 páginas, además de un detalle de los cambios comuna por comuna. Sobre este tema, el propio jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, dijo que “nos guía un objetivo muy claro: respetar la identidad de cada barrio. No vamos a permitir más que en las zonas residenciales se construyan edificios que no cuiden la esencia de cada manzana y vamos a promover desarrollos sólo en avenidas con la infraestructura adecuada”.
Otro de los temas que también le interesa al oficialismo está relacionado con la ex AU3. La traza de la ex AU3 recorre la ciudad de Buenos Aires desde la Avenida General Paz, en barrio de Saavedra hasta Puente Alsina, atravesando los barrios de Belgrano, Villa Urquiza, Coghlan, Chacarita, Villa Ortúzar, Colegiales, Palermo, Almagro, Villa Crespo, Balvanera, Parque Patricios y Nueva Pompeya. El proyecto del Gobierno porteño es llevar adelante la relocalización definitiva de los vecinos que ocupan los predios de la Ciudad en la Zona 4, o sea en la Comuna 15. Esta iniciativa tiene la particularidad de que para su aprobación se necesitan 40 votos (dos tercios de la Legislatura). Por eso, el oficialismo porteño va a necesitar del acompañamiento del peronismo para su sanción.
Tres temas más cerrarían el listado de las cuestiones que el gobierno de Jorge Macri quiere aprobar de acá a fin de año. El primero es la creación de la justicia laboral porteña. El proyecto, que ya ingresó al Palacio Legislativo, admite la posibilidad de presentar una nueva ampliación presupuestaria. Ya se votó una en la primera parte del año y para diciembre se trataría la ley de leyes, que es el Presupuesto 2025.
La pata política, la interna oficialista y el rol de los libertarios
Desde el 10 de diciembre, con la asunción de Jorge Macri, los resultados electores en la Ciudad provocaron una reconfiguración de la Legislatura porteña. Los espacios que integran JxC a nivel local ubicaron a 30 legisladores, uno menos, de los 31 necesarios para aprobar la mayoría de los proyectos. Por eso, la alianza que Macri logró con los hermanos Javier y Karina Milei hizo que los nueve legisladores de La Libertad Avanza, ahora divididos en dos bloques, apoyaran las iniciativas que el Gobierno de la Ciudad quería aprobar en la Legislatura. Para poner dos casos importantes del primer semestre: la ampliación presupuestaria y la Ley de Reiterancia. Estos temas eran prioritarios para la gestión de Jorge Macri y gracias a los imprescindibles votos libertarios, se aprobaron. Esta dinámica de la alianza no sufriría cambios en el segundo semestre. Algo nada menor, porque éstos son los votos con los que se terminarían aprobando los proyectos del oficialismo para el segundo semestre.
No tener los 31 votos necesarios para aprobar los proyectos hizo que la situación interna de todo el espacio parlamentario de JxC cambiara con respecto al año pasado, cuando el oficialismo tenía 32 votos y el Gobierno porteño lograba la aprobación de las iniciativas sin tanto debate interno. Ahora, la situación cambió. El vicepresidente primero de la Legislatura porteña, el legislador del Pro, Matías López, es el encargado de que “todos los patitos se pongan en fila” y que, a pesar de las diferencias internas, JxC siga funcionando en la Legislatura como espacio unido. En la primera parte del año, López logró eso y también el acompañamiento de LLA. Pero existe un debate interno. “Ahora, como cada voto es imprescindible, hay muchos que se levantaron el precio”, le dijo a Noticias Urbanas un legislador del Pro, en off the record. De los 30 legisladores oficialistas el Pro y la Coalición Cívica integran un bloque de 15 (12 + 3), además hay ocho radicales, tres de Confianza Pública, uno del socialismo, uno de Republicanos Unidos y dos del Frente Liberal Republicano.
El bloque del radicalismo acompaña los proyectos del Gobierno porteño, pero también tiene pedidos para hacer. Están dispuestos a aprobar las iniciativas a cambio de que el Ejecutivo porteño les dé tratamiento y aprobación a varias iniciativas de ley de la UCR. “Nosotros estamos con el gobierno, pero también queremos que se aprueben nuestros proyectos. No podemos sólo aprobar los de ellos”, aclararon desde el bloque.
Aunque no son un interbloque, los bloques de la UCR, CP, de la legisladora Gracias Ocaña y la legisladora del socialismo, Jessica Barreto, actúan en sintonía.
Durante el primer semestre hubo varios hechos concretos que expusieron la interna del oficialismo. Uno de ellos fue cuando en la sesión que se aprobaron las autoridades del Instituto de Gestión Electoral, los cuatro legisladores que responden a Patricia Bullrich no lo apoyaron. Otro hecho se produjo durante la votación de la Ley de Reiterancia, cuando el legislador radical y angelicista Gustavo Mola no acompañó la iniciativa. En el tema de la Reiterancia y antes de que llegara al recinto, varios de los espacios de JxC exigieron cambios al proyecto del oficialismo para acompañarlo. Dos de esos casos fueron el radicalismo y la CC.
Antes del receso invernal, en la última sesión ordinaria, la del jueves once de julio, JxC se dividió ante la iniciativa de los vecinos y la Junta Comunal de Lugano, que Mola llevó al recinto, que pretendía crear una mesa de diálogo entre el Gobierno porteño y los vecinos para que no se realizaran en el barrio pasos bajo nivel, los denominados vulgarmente “sapitos”. Mola llegó a contar con el apoyo de los legisladores del peronismo, la izquierda y, por supuesto, de la UCR, CP y el socialismo. En ese momento fueron 32 legisladores los que apoyaron la iniciativa. Un número que encendió las alarmas en el Pro. Mola recibió algunas quejas de algunos colegas amarillos por ese tema, a lo que el legislador respondió que su obligación era defender a los vecinos. Finalmente, la iniciativa no prosperó, pero fue un hecho que demostró de manera contundente que en JxC las internas existen.
En cada espacio de Juntos por el Cambio, sus integrantes saben que sus votos son muy importantes y por eso exigen cosas a cambio. Algo que en la anterior Legislatura no pasaba. Sin embargo, el oficialismo porteño logró sus objetivos en el primer trimestre.
El andar de la política demuestra, como arriesgan los más osados, que no tiene nada de lineal. Todo es más complejo de lo que aparenta. La Legislatura porteña es un ejemplo de eso.