Las dos últimas sesiones no fueran las esperadas. Especialmente para el Pro. Para peor, fueron todo lo contrario. Nada salió como querían, ni mucho menos. La sesión del jueves pasado terminó en escándalo. Y en la extraordinaria que se llevó a cabo hoy, el tema que le interesaba al macrismo y por el cual impulsaron la convocatoria no sólo no se trató sino que lo tuvieron que retirar. Con el agravante de que en el 2015 perderá estado parlamentario y deberán volver a presentarlo. Peor imposible.
El tema en cuestión era la cesión a un club de golf del permiso de uso, por 20 años, de un predio en el barrio de Lugano. El proyecto es polémico. Porque se trata de la renovación de la concesión de la cancha de Golf, de 45 hectáreas, ubicada en el Parque de la Victoria de Lugano. Por este tema, fue denunciada una ex Directora de Concesiones del gobierno porteño. Y además, la empresa concesionaria mantiene una importante deuda con la Anses.
Ayer, un asesor legislativo le dijo a Noticias Urbanas: “El Pro estaba entre la espada y la pared, porque el tema del Golf era prioritario y si no eran tratado este año, el primero de marzo del año que viene se cae su estado parlamentario y debían volver a presentarlo. Eso los obligó a convocar a una sesión extraordinario. Además, fue uno de los dos temas que luego de la sesión pasada se guardaron en secretaria para ser tratados en la sesión siguiente”.
“El proyecto del Golf se iba a aprobar. El Pro tenía el aval de algunos legisladores del kirchnerismo y de Unen y con eso llegaba a los 40 que necesitaba. Pero todo se cayó por el efecto Quattromano. Luego de los incidentes protagonizados por el legislador Pro, los votos K y los de Unen se bajaron. Y eso hizo fracasar el acuerdo que el macrismo había logrado para aprobar el proyecto”, le dijo a NU un legislador de la oposición.
En el caso del Golf se necesitan 40 votos porque es lo que dice el reglamento en caso de concesiones.
A eso se sumó que al bajar el proyecto de la sesión extraordinaria, el mismo terminó perdiendo estado parlamentario, ya que es del 2013. A los dos años de presentados, los proyectos pierden estado parlamentario con lo cual deben ser presentados nuevamente.
“Quattromano le pegó un tiro en el pie al Pro. Porque si no se hubieran producido los incidentes, en el mismo momento en que se debatía la iniciativa, el macrismo todo arreglado. Si vuelven a escuchar con atención los discurso de algunos legisladores K y de Unen que sólo pedían modificaciones para tratarlo, se llega a la conclusión de que tenían todo acordado. Cada vez que un diputado pide modificaciones es porque va a terminar apoyando el proyecto”, le dijo a este medio el asesor legislativo consultado con anterioridad.
El acuerdo por los Centros Culturales
Hasta la madrugada de ayer las reuniones entre los presidentes de bloques del Pro y del Frente para la Victoria fueron continuas. Lasa negociaciones para consensuar un texto que beneficiara a ambos bloques fueron intensas.
Porque el tema de los centros culturales necesitaba para ser aprobado 45 votos. La suma si se juntan los bloques Pro y K, 28 más 17 da 45.
El problema era que no se podía tratar en la sesión extraordinaria porque no se había presentado. En una extraordinaria no se puede pedir que se traten temas sobre tablas.
Entonces una vez que los dos bloques acordaron, idearon la forma de tratarlo: mediante un pedido de apartamiento del reglamento.
La otra cuestión que debía resolver era la de la mayoría especial, pero eso era la de menos, ya que una vez que hubo acuerdo entre los dos bloques, la mayoría se logró automáticamente.
“Para lograr la aprobación del tema de los centros culturales hubo un toma y daca de favores entre el macrismo y los K. Ambos bloques metieron modificaciones y para lograrlas debían ceder en otras cosas. ¿Qué es lo que se pactó entre ambos espacios a cambio de esas concesiones? Por ahora, es un misterio. Se cuidaron bien de que no se filtrara información de las reuniones, pero como todo misterio que tiene como escenario la Legislatura, no faltará mucho para que se conozca”, advirtió con ironía un legislador de la oposición.