En política la conveniencia pesa mucho más de lo que muchos creen. Las declaraciones públicas de la diputada nacional y líder de la Coalición Cívica-Ari, Elisa Carrió, son un claro ejemplo de esa afirmación.
El domingo estalló el escándalo de los Panamá Papers, que impactó al Presidente Mauricio Macri. Sin embargo, el ingeniero se defendió y dijo que no había cometido ningún ilícito.
La socia política de Macri tildó de “sospechosos de corrupción” a Franco Macri, al intendente de Lanús y exministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti y a Daniel Angelici por la difusión de sus nombres en la investigación Panamá Papers por sociedades offshore. En cambio, defendió al Presidente de la Nación, ya que dijo que el Presidente le envió “por mail” las pruebas de su inocencia. Una ridiculez difícil de creer.
Luego, ilógicamente siguió apuntando sus cañones hacia el exministro de Hacienda de la Ciudad. “Grindetti no tiene explicación. Siempre sospeché que era corrupto”, dijo Carrió en declaraciones televisivas sobre el intendente de Lanús al tiempo que enviaba la declaración jurada de Macri a sus amigos de los medios.
“El ataque de Lilita contra tiene una explicación política muy lógica, Macri es su socio, no Grindetti por eso le echa toda la culpa a Néstor. Eso es sólo una movida política de Lilita sin ningún fundamento detrás”, le dijo a este medio importante político porteño del Pro.
De esa manera, Carrió ya eligió su blanco, y por supuesto también a quien salvar.
