Las reuniones de amigos son lugares donde situaciones diversas salen a la palestra bajo el amparo de la confianza que inspira la compañía. De esta forma, fantasmas, miedos y deseos aparecen sin ningún tipo de filtro. En este contexto se desarrolla Manipulaciones III: El banquete, una aproximación a “El matadero”, de Echeverría. No obstante, la riqueza de la puesta trasciende el conocer o no el texto aludido.
Se trata de un grupo de amigos que se reúne a celebrar el aniversario de la Patria y empieza a hablar al respecto, poniendo de manifiesto sus ideas. Pero estos amigos son “ilustrados”, pertenecen a un grupo que viajó y accedió a las mieles del progreso y la educación aunque estas virtudes son inversamente proporcionales a su codicia, salvajismo y desprecio a todo aquel que no sea como ellos. Se dice “Gente como uno” y tienen en “Civilización o barbarie” su biblia no leída que certifica este tipo de pensamientos.
La cena transcurre y la riqueza del texto va y viene a través del tiempo, atravesando ideologías y “conciencias de clase”. Las palabras molestan, despiertan bronca y vergüenza en aquellos que son interpelados tanto por su identificación personal o se ubican en la “otra vereda”. Hay un “nosotros” y un “ellos”. Un mayordomo en el cual se descarga el sadismo interno o una visitante que incomoda con sus preguntas.
Porque en este tipo de reuniones (extensibles a una sociedad) no se admiten interrogantes que pongan en duda lo establecido. No hay disenso, política ni debate. Solo dominación.
Las actuaciones son viscerales y exactas. Al igual que en Manipulaciones II, el desarrollo de la puesta se basa en la manipulación de los cuerpos que sirven para la actuación, con la combinación de diversos lenguajes y estéticas. Esta idea brinda frescura a una puesta fuerte que aborda temáticas como el racismo, la violencia, el machismo y las relaciones de poder.
Así, Diego Starosta creó, a partir del excelente texto de Gastón Mazieres, una puesta soberbia y actual. Imperdible y para ver más de una vez.
Dramaturgia: Gastón Mazieres. Escenografía, iluminación, puesta en escena y dirección general: Diego Starosta. Con Moyra Agrelo, Diana Cortajerena, Sebastián García, Federico Pérez Gelardi, Luciano Rosini y Claire Salabelle. Vestuario: Luciano Rosini. Música: Adrián Vázquez. Asistencia general y producción ejecutiva: Daniela Mena Salgado.
Camarín de las Musas. Mario Bravo 960. Jueves, a las 21.