En el transcurso del acto en el que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich presentaba la nueva Policía Federal, se acercó a acariciar a un perro labrador entrenado para detectar drogas, pero éste, exhibiendo una conducta impertinente, intentó moder a su máximo superior.
El ataque, que se produjo en la sede del Cuerpo de Policía Montada ubicado en el barrio de Palermo, en realidad, no pasó a mayores porque el entrenador del can lo quitó rápidamente de la cercanía de la funcionaria, que salió solamente con algún magullón, sin consecuencias graves.
El ataque generó “una paradoja en la seguridad”, dado que la sublevación del can ascendió hasta la máxima autoridad sin que el operativo de protección acertase a evitarlo.