Los integrantes de las doce cooperativas que realizan la recolección de residuos reciclables, como temen por estos días que serán víctimas de una privatización, marchaban en la mañana de este jueves con rumbo al Ministerio de Medio Ambiente y Espacio Público para protestar por esa causa. A las 11:00 se reunieron en el Monumento al Trabajo ubicado en Independencia y Paseo Colón y de allí se dirigían a la sede del Ministerio, ubicada en Martín García, entre Irala y Avenida Patricios.
Una de las primeras señales de alarma para los recicladores urbanos -los únicos ecologistas de la ciudad- fue la dimisión del director general de Reciclado, Lucas Peverelli, que expresó en el texto por el que la efectivizó, que “motiva la presente renuncia, las diferencias manifiestas sobre el destino y proyección del Servicio Público de Recolección Diferenciada de la Ciudad de Buenos Aires, y mi convencimiento personal de que continuar con esta política pública, y desarrollar el servicio de recolección diferenciada con integración social, es el camino que debemos seguir como gobierno”.
En el texto, que fue redactado el 1º de julio último, como se puede ver, el ahora exfuncionario insinúa que la política de reciclado está a punto de cambiar de dirección, cuando insinúa “mi convencimiento personal de que continuar con esta política pública, y desarrollar el servicio de recolección diferenciada con integración social, es el camino que debemos seguir como gobierno”.
Las organizaciones de trabajadores que participan de la protesta son la Cooperativa El Álamo; Cooperativa Recuperadores del Oeste; Cooperativa El Ceibo; Cooperativa Las Madreselvas; Cooperativa Amanecer de los Cartoneros-MTE; Cooperativa Baires Cero; Cooperativa Alelí; Cooperativa Reciclando Trabajo y Dignidad; Cooperativa Primavera; Cooperativa El Trébol; Cooperativa Cartonera del Sur; Cooperativa Recolectores del Oeste y la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores.
Estas cooperativas reciclan todos los días hasta 700 toneladas de residuos y dan trabajo a 5.500 trabajadores, una estructura laboral y social que el Gobierno, si es que pretende hacerlo, no podrá desarmar con facilidad.
En este contexto, el objetivo de Basura Cero, que fue implementado a través de la Ley 1.854/06, estaría muy lejos de concretarse si no fuera por la presencia y el trabajo de los cartoneros, que impiden con su labor que aumente el volumen de basura que marcha a los Centros de Disposición Final del CEAMSE todos los días.
Para calcular en la Ley de Basura Cero la disminución de residuos que fueran a los Centros de Disposición final, los legisladores tomaron como base el millón y medio de toneladas enviadas a enterramiento en 2004. En ese contexto, la Ley 1.854 propuso como objetivo disminuir el envío hasta un millón, 50 mil toneladas para 2010 -un objetivo que no se cumplió-; a 749 mil toneladas para 2012 -otra meta no alcanzada- y de 374 mil toneladas en 2017, otro objetivo que a este paso tampoco será posible de lograr. Peor aún, en 2020 ya estará prohibido enviar a enterrar ninguna basura tanto reciclable como aprovechable y no hay perspectivas de que esto sea posible, a no ser que exista un dramático giro en la política de reciclado de residuos.
Sergio Sánchez, presidente de la Federación Argentina de Cartoneros y Recicladores, una de las convocantes de la protesta, afirmó, en diálogo con Noticias Urbanas, que “hoy estamos nuevamente bajo la sombra de la privatización del reciclado. Por hoy, es un fantasma, pero en la renuncia de Peverelli, que trabajó mucho con nosotros en la política de reciclado, aparece la posibilidad”.
Luego el dirigente manifestó que con la marcha que realizan “vamos a demostrar que estamos unidos todos los que trabajamos en las doce cooperativas, en las que se da empleo a 5.500 cartoneros”.
De todos modos, Sánchez reclama porque “los pliegos que están en vigencia en la política de reciclamiento de residuos, no se cumplieron. Nosotros queremos trabajar en la redacción del próximo pliego, porque queremos seguir luchando por un trabajo digno. Todos los residuos reciclables tienen que ser nuestros, porque nosotros no podemos competir con las empresas privadas, que ponen diez camiones en la calle en dos minutos, en el tiempo en que nosotros a duras penas podemos poner uno. Por eso, sin apoyo del Estado, no podemos trabajar”.
Para sostener su reclamo, Sánchez afirma que “nosotros somos cuidadores del medio ambiente”, para cuestionar que “el Gobierno no construye los centros verdes, no entrega el equipamiento al que estaban obligados y, para peor, dejaron acéfalo el control de los recicladores”.
A los cartoneros les preocupa que aún no se haya designado al sucesor de Peverelli y, como termómetro para medir la consideración que les guarda el Gobierno porteño, se quejan porque “no nos convocaron para el festejo del Día del Medio Ambiente”.