Los dos dilemas de Larreta

Los dos dilemas de Larreta

Opinión.


Horacio Rodríguez Larreta es el único candidato de Juntos por el Cambio que logró triunfar en su categoría en un distrito a nivel nacional. El aislado triunfo en la categoría Presidente de Macri en Córdoba, lo acompaña con el color amarillo en el mapa nacional.

Los 14, 5 puntos de diferencia que arrojó el resultado definitivo del escrutinio entre Larreta y Matías Lammens son algo menos de 300.000 votos que deberá descontarle el presidente de San Lorenzo, la mayoría en la primera vuelta, ya que corre el riesgo de no llegar al ballotage por la cercanía de Juntos por el cambio al 50 por ciento de los votos en estas PASO. Hay que tener en cuenta que votó el pasado domingo el 76.9 por ciento del padrón por lo que no crecerá mucho más, quizás un cuatro o cinco por ciento, en las generales. Muchos votos, una misión difícil para Lammens y Cía.

Horacio tal como le gusta que le digan, supo siempre que corría con el riesgo menor si lo comparamos con las posibilidades de las que gozaban María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. Era el único que ganaba la PASO, pero tras el huracán Todos que azotó al país en dicha primaria, se valora doble la concepción del armado amplio e intenso que diseñó Larreta para la ocasión al revés del cierre de sus pares.

Un sólo párrafo para describir la tarea. Inauguró en tiempo y forma los viaductos y el Paseo del Bajo, las dos joyas que podía mostrar en este mandato. Desde lo político mantuvo a Diego Santilli en la oferta como vicejefe, aún cortándole la proyección en la Ciudad al “Colorado”, sumó a último momento de lleno a la propuesta al incómodo Martín Lousteau (que podría heredar su lugar si acierta) y a los radicales a la vez que intentó agarrar algo del voto progre con la inclusión de Roy Cortina del socialismo. Se dio hasta el lujo de reivindicar a Macri en los medios y lo invitó a las inauguraciones top, aunque sabedor de los riesgos que corría huyó de la estrategia de Marcos Peña y le puso su impronta a la misma.

A Lammens lo tiene más cerca de lo que hubiera deseado. Pero no solo fue Lammens quien llegó hasta ahí, ya que ni siquiera alcanza todavía un nivel alto de conocimiento, pero el efecto Alberto Fernández, un hombre de este distrito, lo arrastró de manera mansa, sin tener que pagar el costo de un kirchnerista duro (como Mariano Recalde) que le hubiera puesto seguramente un techo algo más bajo por las características históricas del votante de la Ciudad. Poco conocimiento también es poco rechazo.

Su primer dilema es llegar al 50 por ciento en octubre que -aunque nadie lo diga- es la obsesión del equipo de Gobierno. Todos los recuerdos del último ballotage son angustiantes para ese espacio, que si llega a esa instancia lo hará ya sin la piedra Macri en juego, derrotado, pero como contrapartida habrá euforia “loca” en el peronismo albertista empujando a su adversario.

Por eso el 50 es la obsesión en octubre. Y la tranquilidad de tener una posibilidad de proyectarse hacia el futuro del país desde la ciudad más rica del mismo, siendo Larreta la cabeza de una oposición que deberá replantearse muchas cosas.

Pero si lograra el triunfo Larreta pasaríamos al segundo dilema: ¿Cómo alambrar la Ciudad ante el retorno de los ejércitos nacionales y provinciales vencidos en octubre?. Cientos, por no decir un par de miles de funcionarios se quedarán sin trabajo y sin poder y sin proyectos al otro lado de la General Paz y de la Plaza de Mayo. En los pasillos ya se habla de cambiar las combinaciones, las contraseñas, los contactos en las redes y olvidar una etapa que supo ser compartida, que no se negará pero que ya está concluida. Por supuesto que habrá excepciones, y en María Eugenia Vidal -si fuera derrotada- resumimos a los que serán bien recibidos en Uspallata o en los distintos ministerios o Entes. No será la única pero lo seguro es que serán pocos. No se necesita ser rencoroso, ni vengativo para no darles lugar, sólo tener la sensatez que no supieron tener algunos cuando idearon un proyecto de cartón -símil digital- en un país de vientos alocados. Los lugares son finitos en los proyectos serios. Como siempre hay amigos en desgracia que se portaron bien y otra gente que alguna vez se la creyó, destrató e ignoró viejos “amigos” desde la cúspide, se olvidó que en política todo vuelve y en diciembre retornarán al peor de los castigos: el llano, paso anterior al pronto olvido, siempre en el mejor de los casos.

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