Los gobernadores de la UCR visitaron a Milei: muchas promesas y pocas disculpas

Los gobernadores de la UCR visitaron a Milei: muchas promesas y pocas disculpas

El Presidente almorzó durante dos horas con los líderes radicales del interior.


El presidente Javier Milei recibió este martes a la última tanda de gobernadores con los que tenía planeado reunirse para ensayar cierto tipo de contención en medio del debate por el Presupuesto. Escuchó sus reclamos y respondió dudas, siempre a grandes rasgos, durante un almuerzo que duró más de dos horas, en el Salón de los Científicos de la Casa Rosada, junto al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y su hermana, Karina Milei, secretaria general de la Presidencia.

Estuvieron presentes Alfredo Cornejo (Mendoza), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Leandro Zdero (Chaco). Todos ellos, menos Zdero se habían reunido antes en la Casa de Santa Fe, a dos cuadras de Balcarce 50, para pautar de antemano los temas que le llevarían al Presidente en conjunto.

Milei buscaba terminar de convocar a todos los sectores dialoguistas del arco político, de cara a las definiciones en el recinto de las discusiones que están en marcha en el Congreso: el Presupuesto 2025, el freno que quiere ponerle el oficialismo al intento de modificar la ley de DNU; y la privatización de Aerolíneas Argentinas, que representa, a esta altura, un debate simbólico de la Casa Rosada frente a los gremios más combativos de la aerolínea de bandera.

Pero también hacer un guiño al radicalismo en general, mientras intentan sumar a un eventual interbloque a los diputados radicales que ayudaron al Gobierno a frenar los vetos previsional y universitario en Diputados. Por ahora ese plan está frenado, pero el oficialismo se prepara para las batallas legislativas del próximo año.

Las críticas a Alfonsín

Al promediar el encuentro se abordó un tema espinoso: la reincidencia de las críticas a Ricardo Alfonsín de parte de Milei. Ya en la campaña, el entonces candidato libertario había generado un escándalo al confesar que le “pegaba” a un muñeco que representaba a la figura del líder radical. Y la semana pasada, en su conferencia en Córdoba frente a empresarios de la Fundación Mediterránea, lo acusó de impulsar un “golpe de Estado” contra Fernando de la Rúa en 2001.

Esas declaraciones, que provocaron un fuerte malestar en el centenario partido, al punto de que provocaron la postergación del encuentro de este martes, en realidad estaba previsto para la semana pasada. Hoyu al mediodía, cuando promediaba la charla, fue Pullaro quien transmitió la molestia generalizada.

Milei no se disculpó, pero aún así, a la salida los gobernadores parecieron conformes con la respuesta del Presidente. “Lo que sí se trabajó, de alguna manera se conversó, de que no estábamos de acuerdo, en que es un punto de vista. Pero bueno, creo que es más del pasado”, dijo el correntino Valdés. Y agregó: “Es simplemente la frescura que tiene Milei, pero nosotros venimos a trabajar sobre el futuro”.

“Para nosotros Alfonsín es importante. Yo empecé a militar por él, pero fue una reunión para mirar hacia el futuro y para para empezar a transitar un camino de crecimiento”, agregó Pullaro.

Pedido de obras y fondos

Más allá de ese momento incómodo, Milei y los gobernadores hablaron principalmente sobre economía, cuentas públicas, deudas y fondos. Los mandatarios dijeron que sus provincias están “bien administradas”, y Milei les transmitió, como es habitual, que su principal foco es sostener el equilibrio fiscal, sin mayores precisiones.

Pullaro se refirió, en particular, al tema que más le interesa a Santa Fe pero también a los principales distritos: la deuda de la Nación por las cajas previsionales, que en su caso alcanza los 800 millones de dólares. En principio, se mostró proclive a aceptar la propuesta que presentó la semana pasada el Ejecutivo, a través de un decreto, para crear un régimen para pautar la devolución de fondos a través de la cesión de terrenos, rutas y edificios. Las provincias tienen 30 días hábiles desde el jueves pasado para adherir, y luego otros 30 para presentar la documentación respaldatoria, y por ahora no se avanzó formalmente: todos los mandatarios están a la espera de leer la letra chica.

“El Gobierno está de acuerdo en sentarnos en una mesa y, como dijo el Presidente, empezar a resolver problemas. Esta no era una mesa de trabajo técnica, en donde teníamos que ver puntualmente cómo lo resolvíamos. Pero sí hay una voluntad política de resolver ese problema, que para nosotros es un problema importante, digo para Santa Fe la deuda que tiene Nación con Santa Fe con respecto de la infraestructura”, dijo Pullaro.

El Presidente les transmitió a los mandatarios que está predispuesto a mantener una nueva reunión para discutir estos y otros temas, más adelante. Pero no se fijó una fecha. Para las cuestiones técnicas y políticas, la mayor parte habla con su asesor, Santiago Caputo; con el jefe de Gabinete, Francos, y su segundo, Lisandro Catalán -que hoy también acompañó a Francos-, además del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, y el secretario de Planeamiento de la cartera de Hacienda, Juan Pazo. En general, se quejan de que los pedidos, aunque sean recepcionados, terminan haciendo eco en los despachos, y se quedan sin respuestas concretas.

Los gobernadores le plantearon al jefe de Estado la necesidad de licitar la hidrovía; de la aceptación de pedidos de préstamos provinciales con organismos internacionales -por ejemplo, para para acondicionamiento de ferrocarriles y arreglos o extensiones de rutas-, y de la llegada de vuelos de aerolíneas privadas. “Le dijimos lo que necesitamos para mover nuestra producción. Si nosotros hoy en la modernidad no tenemos logística, es muy difícil poder tener productos competitivos en el mundo”, sostuvieron desde el interior radical.

Las obras fueron parte importante de la discusión. Con el traspaso de los proyectos de infraestructura ya rubricado por los gobernadores con Francos en reuniones bilaterales durante los últimos meses, ahora los gobernadores le piden al Gobierno que se ocupe de los pagos pendientes a las empresas constructoras, que los obligan a tenerlas frenadas a pesar de que tienen intención para finalizarlas con recursos propios.

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