Luis Barrionuevo y Hugo Moyano se conocen desde hace décadas, compartieron el liderazgo de la CGT en este milenio, la relación luego se agrietó y terminó mal, pero parecía que en la designación de las nuevas autoridades de la central obrera en noviembre las tensiones habían quedado atrás: el gastronómico colocó en el triunvirato a Carlos Acuña y el camionero a su hijo Pablo. Pero, en poco tiempo, se evidenció lo frágil que es esa alianza.
Sin embargo, en Mar del Plata, el hogar natal de todo el clan Moyano, y donde está también la segunda seccional más grande de Gastronómicos, el gremio de Barrionuevo se llevaron adelante las elecciones del jueves 2 de diciembre y hubo sorpresas: ganó Pablo Santín, compañero de banco del colegio y amigo de toda la vida de Facundo Moyano.
Eso despertó sospechas y la señal que la guerra está declarada. Los Moyano se metieron en la interna de un gremio ajeno, el de Barrionuevo, y ganaron.
Encima Facundo provocó en las redes: “Pablo se impuso contra todo el poder gremial empresario que durante años abandonó al trabajador y miró para otro lado mientras se volvían más pobres y más precarizados”.
¡Ganamos la seccional de Gastronómicos en Mar del Plata! ¡Ganaron los trabajadores! Los laburantes de un sector que tiene un porcentaje de informalidad del 60% en nuestra ciudad. (Sigue) pic.twitter.com/4lIfQJ0hhY
— Facundo Moyano (@Facundo_Moyano) December 2, 2021
A pesar de ello, cerca del gastronómico le bajan el precio a los cruces al sostener: “Ya sabemos cómo son los Moyano”, dicen sobre la chicana de Facundo. Y aseguran que Santin lo primero que hizo cuando ganó fue llamar a Barrionuevo y ponerse a disposición. “
Además agregaron: “Él tenía un problema con el que lideraba en Mar del Plata, no con Luis. Entre Hugo y Luis está todo muy bien”.