La política es imperfecta. Los dioses no quisieron saber nada con ella. Fue una creación exclusiva de los hombres. Por eso sus reglas son tan flexibles como severas, según las circunstancias. En el caso de las elecciones legislativas de 2017, las estrategias se modifican constantemente. Aunque los políticos no lo digan públicamente, la campaña ya comenzó. En la Ciudad, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tiene los objetivos claros: debe hacer la mejor elección posible para soñar con su reelección en 2019. Pero tiene un contrincante todavía indefinido, Martín Lousteau.
“Horacio sabe que el rival a vencer es Lousteau. El embajador en Washington ya dijo que competirá en 2019. Así que, más tarde o más temprano, el enfrentamiento es inevitable. Por eso, como buen político, Larreta quiere vencer a Lousteau lo antes posible”, le dijo a Noticias Urbanas un larretista porteño.
A partir de este punto surgen varias alternativas. Uno de los antídotos de Larreta contra el economista tiene nombre y apellido: Elisa Carrió. Llegado el caso de que Losteau compita con una lista de candidatos a diputados nacionales y legisladores porteños propios, a través de ECO, el jefe de Gobierno planea utilizar a Carrió como cabeza de lista en la Ciudad. Larreta está convencido de que Lilita es imbatible y que el triunfo está asegurado con ella.
En el caso de que el embajador en Washintgton se vuelque por ir a la interna de Cambiemos y enfrentar al larretismo, Horacio está seguro de vencerlo con el aparato partidario, igual que lo hizo en las PASO anteriores con Gabriela Michetti.
Otro de los problemas que enfrenta Lousteau en 2017 es la falta de un candidato indiscutido para encabezar la lista de legisladores. El dato no es menor. El aparato porteño del economista se basa principalmente en el radicalismo, aunque sus seguidores confían en el magnetismo del exministro para no tener que depender de ninguna estructura interna y ponen como ejemplo la última elección a jefe de Gobierno.
De ir con lista propia, Fernando Sánchez tiene todos los números para encabezar la de diputados nacionales. El problema que se le presenta a Lousteau es si juega Carrió y se termina conformando una lista de unidad entre el Pro y ECO.
“El ofrecimiento del larretismo fue concreto: por cada tres lugares del Pro, va uno de ECO. Los radicales son los más proclives al acuerdo, los seguidores puros de Lousteau son los más reacios a acordar”, aseguró un operador del Pro. Siguiendo esta lógica, Sánchez quedaría en cuarto lugar, con lo cual sus posibilidades de entrar con cierta holgura se achicarían.
La estrategia planificada por Rodríguez Larreta para derrotar a Lousteau parece no tener fisuras: o lo vence con Carrió o con el aparato partidario.
“Ir a una interna con Horacio es complicado. El Pro de la Ciudad le responde ciegamente. Controla todo. Por eso están tratando de que Martín juegue por adentro, porque están seguros de vencerlo”, repiten confiados los seguidores del jefe de Gobierno.
Los partidarios de Lousteau creen que también ellos son fuertes. Y creen que Larreta depende mucho de la ayuda de Mauricio Macri.
Todos los competidores porteños están convencidos de que su estrategia es la mejor. Sin embargo, los planes perfectos no existen. Ni siquiera en la mejor novela policial. Hasta la intriga más elaborada, al final del relato, se derrumba y queda al descubierto. Ese es el momento preciso en que llegan las decepciones.