El senador radical Martín Lousteau se quedó con la codiciada presidencia de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Servicios de Inteligencia tras un acuerdo político que le permitió sumar los votos del kirchnerismo.
El titular del Comité Nacional de la UCR, que se diferenció de gran parte de su partido y se mostró confrontativo con el Gobierno durante el tratamiento de la Ley Ómnibus, tendrá un rol clave ya que podrá supervisar la reforma de Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) que implementó el oficialismo, así como también el aumento de $100 mil millones otorgado por decreto para gastos reservados.
La conformación de la bicameral, único órgano que puede controlar a los servicios de inteligencia, venía sufriendo graves demoras por una serie de vetos cruzados. Mientras el gobierno nacional impulsaba como presidente al entrerriano Edgardo Kueider (Unidad Federal), la vicepresidenta Victoria Villarruel -titular del Senado-, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el Pro proponían al macrista Martín Goerling.
La comisión está conformada por 14 integrantes, siete por cada Cámara. Son seis kirchneristas (Germán Martínez, Paula Penacca, Oscar Parrilli, Wado de Pedro, Leopoldo Moreau y Florencia López), dos radicales (Mariela Coletta y Martín Lousteau), tres del Pro (Martín Goerling, Cristian Ritondo, Elizabeth Terenzi), dos libertarios (Gabriel Bornoroni y César Treffinger), y un peronista federal (Edgardo Kueider).
Tanto Kueider como Goerling necesitaban, además de los votos del Pro y LLA, el apoyo de los dos representantes del radicalismo. Sin embargo, si bien el gobierno nacional ha entablado un buen vínculo con algunos mandatarios provinciales de la UCR, tanto Coletta como Lousteau pertenecen a Evolución, una de las líneas internas del radicalismo más confrontativas.
Así, el titular de la UCR logró quitarle un lugar clave a la Casa Rosada y continúa profundizando su rol opositor a Javier Milei.
Por su parte, en las filas de Unión por la Patria (UP) consideran que Kueider es un traidor que no solo rompió el bloque en 2023 sino que aprobó la Ley Bases y el Pacto Fiscal. En tanto, entienden que Goerling es un hombre orgánico del Pro y como tal creen que no impulsará ninguna investigación que pueda salpicar al oficialismo o a Patricia Bullrich.
Dado que los kirchneristas tampoco tenían ninguna posibilidad de imponer un nombre propio, se inclinaron por Lousteau, que a diferencia del grueso del radicalismo, ya se ha mostrado muy crítico de la Ley Ónibus durante el tratamiento en el Senado y también votó en rechazo del DNU 70 de desregulación económica.
De hecho, los diputados que responden al tándem Lousteau-Yacobitti votaron a favor de tratar en la última sesión el DNU 656 que amplía los fondos reservados para inteligencia. Si bien la medida fue rechazada, dejó en claro que ese espacio político no ve con buenos ojos la decisión del Gobierno de aumentar en $100.000 millones los gastos de la SIDE.
Los diputados de Evolución jugarán el miércoles un papel destacado ya que podrían asegurar o hacer caer el quórum de la sesión convocada por el bloque Encuentro Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, para analizar la validez del DNU que amplía los fondos reservados para los servicios de inteligencia. Ya han adelantado su voto en contra los diputados de Unión por la Patria (UP), de la Coalición Cívica, de Encuentro Federal y el sector de la UCR que se referencia en Facundo Manes.