Luego de una semana negra en el Congreso, la Casa Rosada está en busca de una “reorganización” de su comando político sobre los legisladores propios y de la relación con las fuerzas aliados.
En general, culpan a Mauricio Macri por soltarles la mano a pesar de los guiños de Javier Milei para subsanar la relación. Pero también hay pases de factura internos y cierto nivel de autocrítica por la infructuosa redistribución de roles desde la aprobación de la Ley Ómnibus.
Después de la aprobación de la ley de movilidad jubilatoria, que salió aprobada en desmedro del Gobierno hace pocos días y obligará al Presidente a vetarla, el Ejecutivo tomó la decisión de que el tridente que trabajó en los consensos para aprobar la Ley Ómnibus vuelva a activarse.
El asesor Santiago Caputo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor de Karina Milei, Eduardo Lule Menem, que se habían volcado a la administración nacional y a la preparación del armado político de la campaña del año que viene, respectivamente, resolvieron volver a trabajar en tándem como lo hicieron durante los debates para aprobar la Ley Ómnibus.
En la Casa Rosada volaban las recriminaciones hacia las autoridades de ambas Cámaras. En el Senado, claro, a Victoria Villarruel, con quien el encono escaló a niveles impensados, probablemente sin retorno. “Nunca jugó tan mal como ahora, ya está”, dijeron pocas horas después de que el “alfil” de la vicepresidenta, Francisco Paoltroni, llamara “mocoso” a Santiago Caputo.
En Diputados el enojo no es tan fuerte, pero sí hubo varias manifestaciones de disconformidad con el papel que cumplieron Martín Menem, y, sobre todo, el titular del bloque violeta en Diputados, Gabriel Bornoroni. “Falta política”, resumían en distintos despachos.
El Gobierno está preocupado por la continuidad de su conducción política frente a las discusiones legislativas que se vienen, con la ley de Presupuesto, que empieza a debatirse a mediados de septiembre, como el eje de mayor inquietud. Y antes está pendiente la resolución del problema de las jubilaciones, donde Milei quedó como el palo de la película a pesar de sus exposiciones sobre el daño que hacía el proyecto aprobado la semana pasada a las cuentas públicas.
En Balcarce 50 niegan que la especie de vuelta atrás en la dinámica política represente una autocrítica y dicen que Francos “no podía estar en todo”.
La interna libertaria preocupa
Sería su primer contacto directo con la inexperimentada tropa legislativa desde que salió eyectado el expresidente del bloque, Oscar Zago, quien había propiciado algunas charlas del jefe de Estado con sus espadas en el Parlamento y venía llamando la atención sobre la interrupción de este tipo de cónclaves ordenadores.
El lunes, Milei se comunicó con Zago, que había contribuido desde el MID a conformar La Libertad Avanza en 2021 pero quedó en la mira de Karina Milei y sufrió las consecuencias. Ahora se habla de la posibilidad de que se conforme un interbloque con ese partido, e incluso de que el diputado quede a cargo de la conducción. Sería un golpe para la hermana del Presidente y en la Casa Rosada, por ahora, lo niegan.