Rosales: “En Pennsylvania, quedó muy claro que Trump es un comandante en jefe”

Rosales: “En Pennsylvania, quedó muy claro que Trump es un comandante en jefe”

El periodista internacional que se encuentra trabajando con Dick Morris en la campaña presidencial de Donald Trump habló con NU.


¿Cuál es su análisis sobre la renuncia de Joe Biden a su candidatura presidencial?

Indudablemente, para los demócratas es mejor candidata Kamala que Biden. De eso no hay duda. Por lo menos, es una candidata que habla, razona, se ríe, contesta. Biden estaba en una situación muy compleja. Y era casi insostenible. La gran duda es cómo, sabiendo esta situación, porque es el presidente de los Estados Unidos y no un abuelito cualquiera que sacaron a pasear, hicieron todo esto. ¿Fue algo premeditado? ¿No pudieron manejarlo? ¿Hay algún guión detrás de todo esto? ¿Hay un movimiento estratégico? Y la otra gran pregunta es, si Biden no está en condiciones de ser candidato, ¿está en condiciones de ser presidente? Y eso no sólo nos lo tenemos que preguntar los norteamericanos. Todos nos lo tenemos que cuestionar, porque es el hombre más poderoso de la Tierra. Él tiene la capacidad de iniciar una guerra, de extinguir a la humanidad si quiere, con el arsenal nuclear con el que cuenta, de modificar nuestras vidas con el tema del dólar. Es cierto que Estados Unidos tiene instituciones muy fuertes, que exceden la voluntad de un hombre. Pero es intranquilizador que el hombre con más poder sobre la Tierra en un régimen presidencialista, como es el de los Estados Unidos, no esté en condiciones. Eso es complejo.

¿La aparición de Kamala Harris en la contienda dificulta las posibilidades de triunfo de Donald Trump?

Como candidata es mejor Kamala. De todos modos, antes de que fuera candidata, cuando se la medía con Trump, porque siempre se tuvo en cuenta esa opción, a Trump le iba mejor. Y ahora, también. Con algunos cambios. Trump ha subido enormemente el voto en los sectores que le son afines. Es decir, el voto rural, blanco, norteamericano del medio oeste de los Estados Unidos. Tiene que ver mucho con la elección del vicepresidente, que es uno de los representantes de aquellos sectores medios un poco postergados en la economía moderna norteamericana. Y ha habido algún pequeño movimiento del voto negro. Estaba repartido entre Biden y Trump, sorpresivamente porque normalmente eran votantes mayoritariamente demócratas. Pero Trump había entrado ahí, especialmente con lo de su persecución judicial. Empezaron a ver a Trump como uno de ellos, como otra víctima de un sistema injusto. Y ahora, por la ascensión de Harris al primer lugar, bueno… empieza a haber algún tipo de traslado de votos negros a los demócratas de vuelta. Y el voto latino se mantiene más o menos bien. Y le va muy bien a Trump. Esa es otra novedad de estas elecciones. Así que, en el total, la carrera sigue siendo pareja. Pero yo te puedo decir que Trump es mejor candidato porque nunca se iba a derrumbar como Biden. Va a ser una elección que hay que pelearla, obviamente. Ahora, seguro va a haber un período de luna de miel por parte del electorado con Harris, porque viene la convención demócrata dentro de un par de semanas. Y eso sube la espuma, siempre. Después, cuentan los que saben, que septiembre y octubre, cuando terminen las dos convenciones, son los dos meses donde realmente se define la cosa.

¿Cómo surgió la elección de J.D. Vance como VP de Trump?

Vance es el prototipo del American Dream (Sueño Americano, en español) trasladado a este grupo social, cultural y demográfico que fue clave en el triunfo del 2016 y del voto en el 2020 de Trump. Trump desde el principio, casi sin darse cuenta, le puso voz a un sector olvidado de la política norteamericana. Se les dio mucha importancia a las minorías en los Estados Unidos. Me refiero a los afroamericanos, a los latinos, a las mujeres, aunque no son minoría en términos de números, a los gays y a otras minorías sexuales o de género, como hay que decir ahora. Tanto lugar se les dio, que se les olvidó atender las necesidades del norteamericano medio. Sector que, como han crecido los otros, se ha transformado en una primera minoría. No es la mayoría absoluta, como era antes. Es el blanco, protestante, anglosajón. Y Vance es joven, tiene apenas 39 años, pero en su vida ha llegado a ser el modelo del exitoso. Su libro Hillbilly Elegy (Una Elegía Rural en español), que después inspiró la película, hace referencia a este grupo de personas. Eran inmigrantes europeos que vivían en las montañas Apalaches y se dedicaban generalmente a la minería, como lo hacían en Inglaterra. Y cuando se fue agotando ese negocio, se empezaron a mudar a las grandes planicies norteamericanas. Y fueron la enorme mano de obra que impulsó a la industria norteamericana poderosa: automovilística, metalúrgica. Con la globalización y con la importación masiva de manufacturas más baratas en Estados Unidos, esas industrias quedaron de lado. Y ese sector entró en decadencia. Y sintieron que la política norteamericana privilegiaba mucho los derechos de los negros, de los latinos y de las minorías, mientras ellos iban quedando olvidados. Trump, en las primeras elecciones, les puso voz. Y ahora, le puso carne y hueso.

¿Cómo fue el camino que llevó a Vance a formar parte de la política estadounidense?

Vance es un emergente del sector al cual Trump le devolvió un lugar. Nació y surgió de esas ciudades. Y en su libro, que es autobiográfico, habla de cómo viene de un hogar disfuncional, algo muy común en esos sectores, por la decadencia que mencioné. Él nace en un pueblito de Ohio. Y es criado por sus abuelos. Después, se mete como marine, como hacen muchos, porque lo ven como una salida laboral. Combate en Irak con honores. Después, vuelve y logra estudiar con una beca en la Universidad de Yale. Se recibe y empieza a trabajar en empresas de tecnología en California. Y luego, vuelve a su pueblito. Se presenta en política y gana la senaduría nacional. Un cargo altísimo. Y muy joven, a los 34 años. Trump encuentra en este personaje, el representante en carne y hueso de su masa enorme de votantes, que es justamente ese norteamericano medio.

El libro y la película apelan a la empatía del espectador al retratar las vicisitudes que Vance tuvo que transitar desde su infancia. ¿Cree que su historia de vida puede servir para atraer a electores, no necesariamente trumpistas?

Sí, puede ser. A ver… para hablar bien con los negros, tenés que sintonizar el discurso de los afroamericanos. Lo mismo, con los latinos y así. Pero puede ser que Vance humanice a Trump. Lo humaniza en algún punto. A nosotros, los latinoamericanos, nos cuesta entender cómo puede funcionar alguien tan frío y calculador como es Trump. Contrasta con nuestro criterio de candidato popular que saluda, que abraza. Trump es seco, práctico y eficiente. Pero eso funciona acá, en Estados Unidos.

La reacción seca de Trump al atentado que sufrió pareciera haberle jugado a favor. ¿Por qué?

En Estados Unidos, en las elecciones presidenciales, no solo se busca un político popular que sepa manejar un país. Buscan también al Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Y esa tarde, en Pennsylvania, fue muy claro que Trump es un comandante en jefe. Es decir, un buen de comandante en jefe que, herido en medio de la batalla, se levanta e insta a seguir luchando, como son todos los grandes generales. La foto de él, ensangrentado, levantando el puño y con la bandera norteamericana atrás es icónica. Es una foto que va a pasar a la historia.

Pasando al financiamiento de la campaña de Trump, uno de los grandes contribuyentes es Elon Musk. ¿Qué significa tener de su lado a una personalidad tan controvertida?

En la composición de lo que hace falta tener sirve, porque claramente Musk es una especie de empresario emergente muy rico y bastante popular entre ciertos sectores, etarios como es el caso de los más jóvenes. Algo parecido a lo que ocurre con Milei, que también atrae por su discurso disruptivo. Además, está dando muy buena plata a la campaña. Hay que recordar que en los Estados Unidos, las campañas se financian con donaciones. Nada que ver con Argentina, donde tenés que tener una “caja”, que es algún recurso público mal habido para poder dedicarte a la política.

Tal como mencionó, Musk y Milei tienen en común el hecho de ser disruptivos. Pero no es lo único que comparten. Intercambian mensajes en las redes sociales y hasta se han encontrado en persona. ¿Pero es tan real la relación entre ellos y qué influencia tiene Trump?

Todo parece indicar que Trump ayudó concretamente a Macri, cuando era presidente. Se conocían desde antes. La faceta personal es muy importante en las relaciones internacionales. Trump y Milei no son amigos. Trump lo conoce más a Macri que a Milei. Hace un año, no sabía quién era Milei. Ahora lo sabe. Milei sorprende a todos. Y yo te digo que acá, en los alrededores de Trump, eso también sucede. Sus excentricidades y sus ideas disruptivas son algo que a la derecha le gusta, sin duda. Ahora, después viene la agenda de los países. Y las agendas, muchas veces, son independientes de la amistad personal. Hay una cierta idea de que hay un movimiento internacional de figuras parecidas. Viste que juntan a Bolsonaro con Milei, con VOX en España, con Orbán en Hungría, con Meloni en Italia. Y Trump sería en Estados Unidos la pieza más importante. Por ahí puede funcionar la coincidencia ideológica. En lo personal, pueden desarrollar una relación, sin duda. Pero la realidad es que Trump es muy práctico. Trump se sentó con su enemigo ideológico, Lopez Obrador de Méjico y llegaron a ciertos acuerdos. Lo mismo lo hizo con Kim Jong-Un, de Corea del Norte. A lo que voy es que si tiene que lidiar y negociar, lo va a hacer. Pero siempre conviene que haya una buena relación. Y yo creo que entre Trump y Milei esa relación se va a desarrollar, seguramente. Sí vale la pena destacar algo. Milei se empezó a meter en las campañas de los diferentes países y hacía lío. En Estados Unidos, se habla mucho de la izquierda, Biden y Harris, versus la derecha de Trump, cosa que le atrae mucho a Milei. ¿Pero por qué no se mete? No lo hace porque no puede. Entendió que el que firma con el Fondo Monetario Internacional y tiene poder, es Biden. O quien ocupe el lugar de presidente de los Estados Unidos. Entonces, su no involucramiento en la campaña norteamericana no es por algo en contra de Trump, sino porque entendió que no se puede pelear con aquel que le presta la plata.

Hablando de la agenda internacional, ¿cuáles son los ejes que marcan la campaña?

Los temas internacionales en las campañas tienen que ver con la repercusión que tengan dentro del electorado interno. Es así. Los norteamericanos, cuando se ponen en modo elecciones, todo lo que importa es cómo te modifica. Entonces, analizando uno de los temas que más importan, es Israel. Porque siempre fue un tema importante, por el apoyo que hay hacia Israel. No sólo por la comunidad judía de los Estados Unidos, que es la segunda más grande después de Israel y es clave en algunos estados con respecto al voto. Además, Israel representa algo muy valioso en términos del voto evangélico, por sus connotaciones bíblicas. Otro tema que nos concierne es el de la inmigración. Y aquí entra mucho América Latina. No tanto por Argentina, porque no hay casi inmigrantes ilegales argentinos. Pero sí por lo que está pasando en Venezuela. Un gran motivo por el cual a Trump le preocupa el tema de Venezuela es porque, en caso de que se agrave la situación, están calculando que a los 600 mil venezolanos que ya viven en Estados Unidos, se les van a sumar unos dos millones más. Por supuesto que, siendo el actor hegemónico del mundo, a Estados Unidos le interesan todos los temas de política exterior. Pero en época de elecciones, se privilegian aquellos que tengan repercusión en la interna.

En las campañas presidenciales, surge la figura del estratega. ¿Dick Morris vendría a cumplir ese rol en la campaña de Trump?

Los estrategas de campaña, figura que existe en todas partes como fue el caso de Duran Barba para Macri, establecen el mensaje y el discurso de la campaña. La estrategia habla de qué pasos se tienen que ir dando y cuáles son las grandes líneas de la campaña. Eso después se traduce al gerente de campaña, que lo lleva a lo concreto. Por ejemplo, ahora el gran tema es qué tiene que decir Trump con respecto a Venezuela.

¿Se involucran también en los medios de comunicación?

No, la política de medios la desarrolla otra persona. Acá, hay una grieta importante entre los medios. Fox y Newsmax, donde Dick Morris y yo somos columnistas, son las cadenas más republicanas. Y después, todo el resto es pro demócrata.

¿Durante la época de elecciones, los medios tienen que cumplir con ciertas normas?

Pueden decir lo que quieran. Como cualquier medio periodístico, tienen que verificar que los datos que presenten sean reales y correctos. Por supuesto que sí hay un cierto sesgo ideológico, como ocurre también en Argentina.

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