En un discurso ante los trabajadores de la empresa Cresta Roja -una paradoja- Mauricio Macri anunció a las 10:35 que el destino de la Ley de Emergencia Ocupacional era el veto total.
Macri llegó a la planta de Cresta Roja minutos antes de hablar, acompañado por la gobernadora María Eugenia Vidal y el ministro de Trabajo Jorge Triaca. El presidente anunció allí la creación de nuevos puestos de trabajo, cuestionó que “hace cinco años que no se crea en Argentina trasbajo de calidad” y repitió en varias ocasiones sus tips habituales, como el de una realidad “que nunca antes se vio”, o la promesa del avenimiento de un futuro venturoso, a pesar de las penurias actuales.
Luego disparó que “voy a vetar una ley que es antiempleo, una ley que es contra de los argentinos“, para justificar su decisión, en un tono de voz algo más tenso de lo usual.
Luego de su discurso, fue el tiempo de las declaraciones de Triaca. Habló primero de “la coherencia de este gobierno”, luego dijo que “este proyecto no favorece a los trabajadores” y que lo más importante es “el nuevo proyecto para crear empleo” que envió al Congreso el Gobierno, para desarrollar las PYMES.
En su última declaración, Triaca fue a la vez elogioso y crítico con el proyecto vetado, cuando afirmó que, si bien éste era “un cepo al trabajo, porque limita la salida, pero también limita la entrada” de trabajadores al mundo del empleo.
Tanto el discurso del presidente como las declaraciones de Triaca fueron de escasa duración, conscientes de su incómodo trámite y del impacto que tendrá la medida en la imagen del Gobierno, a pesar del disparatado optimismo de Jaime Durán Barba (ver en este misma página “Durán Barba: Los trabajadores lo entenderán”).