Se acabó la disidencia en el Banco Central. Como culminación de su ofensiva antikirchnerista, por medio del Decreto 571/2017, que fue publicado este jueves en el Boletín Oficial Nº 33.675, debido supuestamente a “diversas manifestaciones realizadas por el Director del Banco Central de la República Argentina señor D. Pedro Martín Biscay respecto de medidas adoptadas por la mencionada entidad”, éste fue removido de sus funciones.
Biscay fue designado en 2014 por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con acuerdo del Senado para cumplir un período que se extendía hasta 2019. Varias veces se había manifestado en forma crítica acerca de algunas resoluciones que había tomado el presidente de la entidad, Federico Sturzenegger, lo que explicaría su despido.
El funcionario despedido -un abogado de 38 años que había sido propuesto para el cargo por el ahora amenazado exministro de Economía y actual diputado, Axel Kicilloff- fue acusado por el presidente de la Nación en base a supuestos “variados y consistentes elementos de juicio que determinan la violación de la Carta Orgánica del BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA” por su parte.
Lo más grave fue que se definió en el Decreto que “las actitudes del mencionado Director no se compadecen con las obligaciones de su cargo y que afectan el marco de legalidad del BANCO CENTRAL y los objetivos constitucionales del mismo, lo que configura un caso de mala conducta y violación de los deberes de prudencia y responsabilidad requeridos por la función que desempeña“, una acusación que no se compadece con los elementos de juicio que obran en poder de sus destituyentes.
El decreto está lleno de considerandos, pero en su faz resolutiva es corto. “Remuévese del cargo de Director del BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA al señor D. Pedro Martín BISCAY (M.I. N° 26.691.009), por mediar mala conducta e incumplimiento de los deberes de funcionario público” dice, escuetamente el presidente de la Nación, al que acompañaron con su firma el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. El otro artículo es meramente de forma: “comuníquese, archívese” y, lo más importante, “publíquese”.
Las razones de la revancha
Anteriormente Biscay no se la hizo fácil a Cambiemos. Había cuestionado la actitud de Sturznegger, a la que calificó de una “gravedad institucional enorme”, al haber desarrollado una actitud “persecutoria” contra Florencia Kirchner, la hija de la expresidenta de la Nación.
Lo que ocurrió fue que, “existió” una reunión -se realizó cuando Biscay estaba de licencia-, en la que se establecieron pautas para encontrar alguna manera de perseguir a la hija de Cristina Fernández de Kirchner.
Florecia Kirchner declaró luego que Sturzenegger “habría exhibido una diapositiva de Powerpoint que contenía una fotografía suya” en esa reunión, en la que el funcionario “habría exhortado a los presentes a fin de que aporten ideas para iniciar causas penales en mi contra o bien involucrarme en procesos judiciales ya existentes“. Las autoridades del Banco Central desmintieron luego que tal circunstancia se hubiera producido.
Luego, en el mes de mayo, el funcionario despedido publicó una columna de opinión en la que advertía una “mayor inestabilidad financiera con efectos negativos sobre el tipo de cambio, el nivel de precios, el consumo, el empleo y los derechos de propiedad de los usuarios financieros, aún mayores a los que ya atraviesa nuestra dolida economía”, cuestiones relacionadas, consideraba, con las medidas que impulsaba Sturzenegger.
En otras ocasiones, Biscay se había mostrado contrario a las tasas, a la vez que imputó al Banco Central de favorecer la fuga de capitales, tanto que llegó a decir que “es profundamente peligroso mantener los niveles de fuga de divisas y compra de dólares que se vienen registrando en los últimos meses”.
Uno de los nombres que suena para reemplazar a Biscay es el de Enrique Szewach, un economista liberal de viejo cuño que alguna vez fue vicepresidente del Banco Nación, que además oficiaría como un control del a veces arisco Sturzenegger.