En el marco de una serie de construcciones en la Línea H de Subte dispuestas por el Gobierno de la Ciudad, la Auditoría porteña aprobó un informe sobre el monitoreo realizado por el organismo de control sobre “aspectos legales, financieros y técnicos”.
El organismo trabajó sobre las obras contenidas en la Licitación 144/10 que contemplaba el armado de nuevos tramos, nuevas estaciones y obras complementarias en toda la línea y que fue adjudicada en 2011 a la empresa Techint-Dycasa.
La tarea de auditoría, realizada entre marzo y septiembre de 2016, arroja una lista de graves observaciones. Entre ellas, se pudieron destacar que, dentro del proceso constructivo, se retrasaron las obras y generaron enormes costos extras para las arcas públicas; las deficiencias en las licitaciones, que llevaron, entre otros problemas, a la anulación de las estaciones Pompeya, Sáenz y Plaza Francia -que fue reemplazada por la estación Facultad de Derecho-, la eliminación de obras y la reubicación de la cochera y el taller en Parque Patricios; el incumplimiento de los plazos previstos; y la incorrecta aplicación de sanciones por parte del Gobierno de la Ciudad a la contratista por obras entregadas fuera de los términos acordados.
La presidenta de la Auditoría porteña, Cecilia Segura, manifestó: “Los errores de planificación de la gestión macrista perjudican las arcas del Estado y benefician a las grandes empresas contratistas. El macrismo promueve un Estado “bobo” (o más bien cómplice) que paga caro por obras realizados con deficiencias y demoras”. No obstante, existe una observación del informe que, “además de la gravedad, una de las insuficiencias que demoró la obra del subte fue el desconocimiento de las características del suelo”.
En un comunicado de Segura, también se afirmó: “El gobierno licitó la obra de la línea H con un plan que no estaba determinado y que asimismo tenía serias deficiencias en la planificación. Esto generó incontables problemas, contramarchas y demoras. Sin embargo, las multas que están contempladas para estos casos no fueron aplicadas”.
La funcionaria indicó que “esta situación es un verdadero modus operandi del macrismo para beneficiar a las empresas contratistas. Tiene que quedar claro: cuando una obra se demora es negocio para las empresas porque eso permite un constante aumento de los costos por la vía de la redeterminación de precios, y en la gestión del Pro la demora de las obras es la regla”.
También, agregó: “Cuando auditamos las obras del macrismo siempre aparece lo mismo: hay una connivencia entre la contratista y los funcionarios del Estado que tienen que controlar el cumplimiento de los pliegos. En el caso específico de esta obra hay, por ejemplo, una modificación irregular para beneficiar a la contratista que tenía todos los plazos de entrega vencidos. Por eso digo que marca de la obra pública en la ciudad es la relación turbia entre las contratistas y el Pro”.
Finalmente, la responsable del organismo señaló: “El macrismo con el subte ha fracasado rotundamente. Las obras se licitan mal, los proyectos están llenos de vaguedades por lo que hay que hacer cambios constantemente que retrasan los tiempos y agrandan los costos, y los resultados están a la vista: desde que gobiernan la ciudad hicieron algo menos de 6 km de subte. En el mismo tiempo, Santiago de Chile hizo 30 km y México DF 24 km.”
Por último en la comunicación, también se sostuvo que “la consecuencia final de todo este conjunto de falencias es que, según el pliego con el que se licitó, las obras que iban a llevar el subte hasta Pompeya en un extremo, y hasta la Facultad de Derecho, en el otro, deberían haber terminado en abril de 2015 y al día de hoy, más de dos años después, no se sabe cuándo estarán concluidas”.