La situación con la que se encontará el presidente Mauricio Macri en Brasil no es la mejor. Mañana, miércoles, se reunirá en Brasilia con el presidente Jair Bolsonaro. Ambos líderes acordaron reunirse “para empezar a trabajar juntos en esta nueva etapa”. Buscarán poner en sintonía sus gobiernos. El Mercosur y Venezuela serán otros temas.
El problema es que la reunión no se producirá en el mejor momento. Una decisión de Bolsonaro provocó una grave crisis de seguridad en el nordeste del país, que debido a su magnitud nadie sabe como terminará. La violencia parece fuera de control.
La ola de violencia se desató después de que el nuevo director de la administración penitenciaria anunciara el endurecimiento de las condiciones de detención, para impedir que las bandas criminales puedan dirigir operaciones desde las cárceles.
Esa medida tuvo una respuesta inmediata. Integrantes de grupos de narcotraficantes atacaron bancos, autobuses e incluso comisarías al noreste de Brasil.
En el estado de Ceará se contabilizaron más de 200 ataques en 43 ciudades.
De hecho, la madrugada del sábado, derribaron un gran poste eléctrico en Maracanaú, en las afueras de Fortaleza, la capital de Ceará, donde algunos barrios quedaron sin electricidad durante horas.
También se registró la explosión de una bomba a proximidad de un concesionario de vehículos. Las autoridades locales contabilizaron más de 200 ataques en 43 ciudades de Ceará, un estado pobre de las regiones semiáridas del noreste, desde el inicio de los disturbios. Además, la policía brasileña detuvo a más de 300 personas durante estos actos.
El sábado, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que los actos de violencia y saqueos cometidos por bandas criminales, desde hace unos diez días, en el estado de Ceará, deben calificarse como “terrorismo”.
“Sus actos, como incendiar o hacer explotar bienes públicos o privados, deben ser tipificados como TERRORISMO”, tuiteó el nuevo jefe del Estado.
El Gobierno, através del ministro de Justicia, Sergio Moro, envió un operativo de más de 500 miembros de las tropas federales de elite a la zona desde el comienzo de la semana. Sin embargo, la ola de violencia siguió adelante, afectando al turismo de esa región de playas paradisíacas y la vida diaria de todos sus habitantes.
De hecho, en su tuit del sábado, el presidente Jair Bolsonaro citó un proyecto de ley de un senador que prevé redefinir el “tipo de conductas que pueden calificarse de terrorismo”.