En política la suma de aliados no suele tener una correlación matemática en votos. Ahora, lo que si es seguro, es que cuando se ataca a un competidor es porque ese competidor es peligroso y hace daño. En la actualiad ese competidor tiene nombre y apellido, se llama Roberto Lavagna. Y en tanto el macrismo como el kirchnerismo lo atacan por igual. Eso lo dice todo, Lavagna es un peligro para ambos.
El 7 de enero, Noticias Urbanas publicó una nota titulada, “Roberto Lavagna: el precandidato silencioso que la grieta no vio venir”. En la misma se publicaban datos y encuestas que demostraban que en un balotaje Lavagna les ganaba a Cristina y a Macri. Eso explica claramente los ataques que recibe, pero hay más.
Las motivaciones de los ataques tienen puntos en común, pero también datos diferenciadores.
“Para ambos es un enemigo peligroso, pero también puede ser aliado para atacarse entre si. Esto que quiere decir, que el macrismo lo puede utilizar para sacarle votos a Cristina en el interior del país, así lo utilizaría a Lavagna contra Cristina. El kirchnerismoo solo lo aceptaría como un aliado que le traiga votos peronistas a los que Cristina no llega”, le dijo a Noticias Urbanas un importante consultor político que trabajó en varias campañas presidenciales.
Pero el año nuevo trajo novedades. Lavagna levantó la cabeza y comenzó a reunirse con Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa, los macristas y los K le apuntaron los cañones.
“El primero objetivo es limarlo y por eso salieron atacarlo”, agregó un político de la oposición a NU.
Una de las primeras referentes en intentar desactivar la posible candidatura de Lavagna fue la diputada Elisa Carrió. “Yo competí con Lavagna y ya era grande”, dijo intentando desacreditarlo de manera tosca, raro en ella.
Desde el kirchnerismo Alberto Fernández salió a decir que “a Lavagna lo están proponiendo para dividir la elección y llevarse un 15% de votos, están haciendo lo imposible para que Lavagna se convierta en un candidato atractivo”, pero “ningún candidato de Alternativa Federal puede ganar las elecciones. Hoy en día, si Macri quiere polarizar con Cristina Kirchner, pierde”. Un afirmación temeraria, por lo menos dudosa.
Y durante el último fin de semana fue más allá al decir que no tiene votos, traducido en otras palabras tanto ataque es por algo.
El kirchnerismo además, está instalando la idea de que Lavagna finalmente no se va a presentar como candidato a presidente. Y utilizan, al igual que el macrismo, el tema de su avanzada edad para descalificarlo.
Las coincidencias en la crítica del kirchnerismo y Cambiemos son sintomáticas.
Pero llegado el caso en que compita ambos están diseñando estrategias para neutralizarlo y al mismo tiempo usarlo en contra de su enemigo de grieta.
Lavagna parece el candidato ideal para Alternativa Federal ya que ninguno de los tres postulantes que tiene despegue: Massa, Pichetto y Juan Manuel Urtubey. A lo sumo puede haber algún vice o gobernador en ese trío.
Llegado el caso de que sea el candidato de esta alianza, Cambiemos lo utilizará para limar a Cristina y para que le saque votos.
Lavagna era el aliado ideal del cordobés Juan Manuel de la Sota, con esa fórmula irían por la Presidenncia y hubieran puesto en serios problemas tanto a Macri como a Cristina, con quien el cordobés ya había recuperado algo de sintonía en un par de reuniones.
Pero, los cristinistas aún sueñan que el canal de diálogo con De la Sota pueda servir para llegar a una especie de alianza con Lavagna. Figuritas difíciles todas.
El exministro, por ahora, no quiere saber nada con los K. No es el tiempo mientras ella mantenga centralidad Y Cristina sabe que el 2019 es ella o la oscuridad, quizás de una prisión.
Sin acuerdo posible con Mauricio y de pronóstico muy difícil con Cristina, ambos sectores harán todo lo posible por sacarlo de la cancha. Y eso que el partido recién comenzó.
