El presidente Mauricio Macri y la vicepresidente Gabriela Michetti recibieron a Santino Guglieri, el niño de 13 años que en febrero le había pedido al jefe de Estado que impulsara una ley para que los supermercados donen a entidades de caridad la comida que van a descartar.
Santino, quien padece Síndrome de Asperger, había manifestado su planteo a través de una carta en la que recordó que Francia sancionó una ley de esas características en 2016. Tras leer el texto, el Presidente invitó al pequeño a la residencia de Olivos.
“¿No se supone que esto es un país civilizado? ¿En qué tipo de país civilizado hay gente con comida de sobra mientras otra gente se muere de hambre en las calles?“, se preguntaba el entrerriano en la misiva.
Con extrema lucidez, planteaba: “¿No se supone que el gobierno debe ayudar a los ciudadanos? ¿No son la gente pobre ciudadanos, aunque sean pobres?”. “Al parecer seis millones de pasan hambre en este país, una ley así podría ayudarlas mucho”, concluía la carta.
La gran preocupación de Santino es terminar con el hambre en el mundo. La semana pasada, junto a su papá, conoció el Banco de Alimentos de Rosario, donde, dijo, aprendió mucho sobre la recuperación de comida.
Además, contó que le propuso a la directora de su colegio agregar una asignatura para que los alumnos puedan “identificar a un maltratador” y que ningún chico sufra un acoso.
Amante de las letras, el niño ya ganó dos premios en el Concurso Literario de la Biblioteca Popular de Paraná por sus libros “Pasillos” y “Ojo Rojo”, y le confesó a Macri que su sueño es convertirse en un gran escritor.