El referente de la Corriente Peronista Descamisados, Marcelo Koenig, afirmó que el cierre del barrio debe estar acompañado por una “fuerte intervención del Estado” para garantizar la asistencia alimentaria y de insumos médicos.
Además, Koenig respaldó la idea de la legisladora del kirchnerismo Fernanda Vallejos para que el Estado se quede con parte de las acciones de las empresas que poseen deudas fiscales de larga data.
-¿Está de acuerdo con el aislamiento total que dispuso el gobierno de la provincia del asentamiento en Villa Azul, Quilmes, donde hubo un brote de coronavirus?
-No conozco otra forma de resolverlo. China tuvo que hacer esto con una ciudad de once millones de habitantes y le dio un buen resultado. Hacerlo de manera estricta permitió que el virus no se expanda en una población de miles de millones.
Hay dos cuestiones a tener en cuenta. Esto tiene que hacerse con una fuerte intervención del Estado, que es lo que se está haciendo en este momento en Villa Azul, paliando la injusticia real en la que viven muchos argentinos y argentinas.
El hacinamiento y determinadas condiciones de esos barrios no se van a resolver en términos inmediatos. Lo que sí se puede resolver es que todos aquellos que no tengan la obligación de salir, sigan cobrando el sueldo; que lleguen alimentos, vacunas y todos los elementos que tienen que llegar para hacer esa cuarentena forzosa, en razón del peligro, un poco más llevable.
Es importante agregar que, como se puede ver en las tomas áreas, Villa Azul tiene dos zonas. Una donde viven en condiciones de dignidad y otra donde no. Coincide esto con la delimitación geográfica. La parte de Avellaneda, bajo la gestión de Jorge Ferraresi, tiene un plan de viviendas, y la otra es el clásico pasillo. Esto tiene que ver con la capacidad de construir condiciones de dignidad. En Quilmes se sumaron los cuatro años de mala gestión del peronismo con los cuatro años de Martiniano Molina, que fueron un desastre para los sectores humildes por la insensibilidad de la derecha.
Muchos los CEOs de estas empresas son los que se rasgan las vestiduras llamando planeros a los que cobran subsidios del Estado. Cuando son las empresas las que cobran, no piensan que son vagos o planeros.
-Daniel Menéndez, funcionario nacional y dirigente de Barrios de Pie Somos, dijo que hay que reforzar la asistencia alimentaria a Villa Azul porque no es suficiente. ¿Alcanza con la ayuda del Estado? Muchos no pueden trabajar o realizar changas por la cuarentena.
-Creo que tiene que ser suficiente. A veces me genera un sinsabor que haya compañeros que por momentos son parte del Estado y en otros momentos se ponen a hablar por fuera del Estado. Es responsabilidad de todos reivindicar la acción política de nuestro gobierno y si el Estado no llega, es parte responsabilidad nuestra.
No hay que pararse del lado de afuera y tirar piedras, sino entender que hay que tomar manos en el asunto y generar las condiciones para que esos sectores populares vivan bien. De lo contrario, me suena a oportunismo.
-¿Habría que realizar una mayor cantidad de testeos para contener el virus en las zonas vulnerables?
-Seguro, eso hay que hacerlo en la medida de las posibilidades. Tener detectado al virus no es la solución, sino que no se expanda. En Villa Azul se están haciendo testeos, seguro se podrían hacer más. Es una zona muy populosa, por lo cual, va a llevar tiempo. Supongamos que detectamos que muchos lo portan, después vamos a tener el problema con quienes estuvieron en contacto con ellos.
Más allá de la detección, la solución es realizar preventivamente un aislamiento con una fuerte intervención del Estado.
-¿Está de acuerdo con la idea de Fernanda Vallejos para que el Estado se quede con parte de las acciones de las empresas que asiste por la crisis?
-Sí, totalmente. Como aclaró Fernanda en su momento, no es para las pymes, sino para grandes empresas que cotizan en la bolsa. Es absolutamente justo. Muchos los CEOs de estas empresas -algunos cobran parte de sus sueldos vía el Estado, lo cual me parece una aberración y un contrasentido que los subsidiemos a ellos y no a los trabajadores-, son los que se rasgan las vestiduras llamando planeros a los que cobran subsidios del Estado. Cuando son las empresas las que cobran, no piensan que son vagos o planeros.
Si el Estado va a subsidiar, sería justo que la empresa pague con lo que tiene: sus acciones. Eso no impide el funcionamiento privado de las empresas. Recordemos que una parte de esas acciones fue a parar al Estado cuando se nacionalizaron las AFJP.
El miedo que tienen los empresarios es que el Estado tenga acceso a su contabilidad o a su ‘doble contabilidad’ y a sus secretos. Muchas veces en esas empresas se da la mayor evasión de impuestos.
-¿Esta crisis por la pandemia será peor que la del 2001?
-No sé si peor, pero lamentablemente vamos a tener una crisis económica gigante. La del 2001 tuvo más del 50% de la población por debajo de la línea de pobreza. No sé si llegaremos mucho más que eso, pero a esas cifras vamos a llegar.
Tras el desastre que dejó el macrismo en cuatro años de gestión -aumentó diez o quince por ciento la cantidad de pobres-, vino esta pandemia. No podemos responsabilizar a Alberto o al Gobierno por las consecuencias del coronavirus.
Y, además, la crisis tampoco es por la resolución que se tomó, es decir, por la cuarentena. Los PBI de los países que no decretaron una cuarentena, igualmente van a bajar de forma brutal. Algunos, incluso, más que el de la Argentina. Seguramente eso va tener un impacto, todos vamos a salir perjudicados y un poco peor. Pero el peronismo siempre tiene la capacidad de construir y tengo mucha confianza. Tendremos que reconstruir desde cero el aparato productivo para poner de pie de nuevo a la Argentina.