El diputado nacional Marco Lavagna (Argentina Federal) analiza en esta entrevista las medidas económicas que tomó el Gobierno nacional en las últimas semanas y las cuestiona. El economista, que responde a Sergio Massa, cree que el Gobierno nacional se “apuró” al pedir un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que la política económica “no es clara”. Para el resto del año prevé una posible recesión y aunque asegura que no hay recetas “mágicas”, considera central que las medidas apunten a un solo objetivo: el crecimiento. Mientras tanto, no ve un liderazgo claro dentro del peronismo hacia 2019 y, sin dar nombres, asegura que el massismo trabaja para “generar una alternativa”.
–¿Está de acuerdo con el pacto con el FMI?
–Hubo, si se quiere, un apuro en salir a buscar el acuerdo con el Fondo. Había otras formas. Cuando buscás acordar con el FMI, significa que tu política económica fracasó y necesitás el paraguas de un organismo como el Fondo, que te arma un programa económico. El Fondo termina proponiendo un camino para solucionar los desequilibrios de la economía. Creo que había margen para otras cosas. Espero que este acuerdo no termine, como ha pasado muchas veces, en la falta de cumplimiento y lleguemos a resultados peores que los originales.
–¿Qué otras salidas había?
–Creo que el Banco Central tenía las herramientas para evitar corridas cambiarias. Se podía recurrir a la posibilidad de hacer swap con otros países. Se podía tomar la decisión de empezar a desarmar las Lebacs. Había otros mecanismos que se podían utilizar sin necesidad de llegar al punto extremo de pedir un stand by al Fondo Monetario Internacional.
–¿Qué consecuencias puede tener no pagarle al Fondo?
–No sabemos todavía la letra chica del acuerdo, que es fundamental en este tipo de pactos. Hablan de un plazo de tres años de gracia, después de los cuales se empezaría a pagar. Pero es muy difícil saber qué es lo que va a hacer el Gobierno y las medidas que va a ir tomando. Por ahora, no hay riesgo alguno de que la Argentina no pueda pagar sus deudas, pero tiene que corregir su rumbo para corregir los errores en los que ha caído muchas veces en su historia.
–¿Cómo se corrige el rumbo?
–Yo creo que la parte fundamental de cualquier política que apliques, porque no hay una sola medida mágica, es basar el esquema económico en hacer crecer la economía. Si permanentemente se busca el ajuste, se termina en un círculo vicioso donde el ajuste lleva a otro ajuste y nunca hay crecimiento con desarrollo social. Es a través de este crecimiento que se van a ir corrigiendo los desequilibrios. Esto no significa que no haya áreas donde no haya que ajustar si había un sobreprecio o un problema con el gasto. Pero el objetivo de la política económica tiene que ser el movimiento de la economía. Para eso hace falta poner en movimiento el mercado interno.
–Activar el consumo.
–Sí, pero no como hacía el gobierno anterior, que mantenía el consumo alto artificialmente. Para una economía sana se necesita consumo, inversión y exportaciones. Sin esos tres pilares, hay un problema, ya sea por déficit fiscal o por déficit de cuentas externas. Acá se necesita un esquema donde se puedan tener las tres variables como ejes de la política.
–El Gobierno dice que el ajuste es condición necesaria para que llegue la inversión.
–Hasta ahora vienen haciendo un ajuste muy grande. Con el aumento de tarifas, por ejemplo, no apareció una gran lluvia de inversiones sino una lluvia de inversiones financieras, que no generan trabajo y desarrollo. Todos coincidimos en la necesidad de tener cuentas equilibradas. El tema es cómo lograrlo. No es sano entrar en el ajuste del ajuste. Si subís las tarifas, pero en lugar de generar un ahorro fiscal terminás pagando los intereses de las Lebacs, lo único que hiciste es una transferencia de riqueza. Les sacás a diez millones de personas para darles a las 200 mil o 250 mil que tienen títulos de Lebacs. El tema es cómo distribuir la carga de los costos. Y siempre el objetivo tiene que ser el crecimiento de la economía. No se puede reducir siete puntos de déficit si no es por la vía del crecimiento.
–¿Está de acuerdo con la intervención del Banco Central?
–Ahí, nuevamente, no queda claro cuál es la política del Banco Central. Lo que se había dicho, con el acuerdo con el Fondo, era que no iba a haber más intervenciones. Sin embargo, intervinieron. No hay claridad en la política económica que está llevando a cabo el Gobierno. Hay un problema de claridad y hace falta corregirlo. Quizás ellos tienen claro lo que hacen, pero del otro lado no se entiende. Una economía clara necesita mostrar señales claras. Si el rumbo es muy errático, es imposible que lleguen las inversiones que generan puestos de trabajo.
–Después del acuerdo con el FMI, ¿es más factible que lleguen inversiones de otro tipo?
–Por ahora lo veo difícil por dos motivos: el mercado interno está muy deprimido y sigue cayendo. Y el mercado importador es caro en términos de competitividad, por lo cual no se puede vender afuera. Si no podés vender afuera ni adentro, salvo a algunos sectores particulares, el resto de las inversiones son difíciles. Andá a decirle a una pequeña o mediana empresa, o a un comercio, que se amplíe o abra un nuevo local en una situación donde es más fácil darse vuelta y poner esos recursos en títulos que paguen el 40 por ciento. Mientras no cambie eso, yo no lo veo. Hasta que no cambie este esquema cada vez más financiero, no lo veo.
–¿Cómo se organiza el peronismo para 2019? ¿Ve que se aclara el liderazgo?
–Todavía no. Lo que venimos haciendo desde el Congreso, en Argentina Federal y con los senadores que representan a los gobernadores, es trabajar en una agenda común con la que pretendemos generar una alternativa en serio, que permita pensar en algo electoral. La prioridad, hoy, es lograr una agenda en común y plantear alternativas a la situación económica.