El 7 de septiembre de 2014, Mauricio Macri, Gabriela Michetti, Oscar Aguad y Emilio Monzó, entre otros referentes del PRO, coincidieron en Marcos Juárez. ¿Escapada de descanso? No, los dirigentes se corrieron hasta esta próspera localidad de unos 30.000 habitantes del sur cordobés para celebrar el triunfo de Pedro Dellarossa. ¿Por qué tanta algarabía en un comicio municipal? Porque era la primera vez que el PRO ensayaba una alianza con la UCR para enfrentar al peronismo. Y salió bien.
Aquel hito electoral se toma en la reciente historia política como el kilómetro 0 de la alianza Cambiemos, que se formalizaría al año siguiente con una tercera pata: la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
En 2018, cuando el presidente Macri pasaba un tiempo de zozobra económica del que nunca se recuperaría, Marcos Juárez le dio al menos un respiro: Dellarosa obtuvo su reelección y así Cambiemos sostuvo el manejo de esa localidad tan emblemática.
Pero el 2022, que uno supondría más favorable aún para la oposición nacional, trae fuertes alertas desde Córdoba: este domingo 11 de septiembre vuelve a votarse allí para renovar la intendencia, ya con Dellarosa sin posibilidad de ir un nuevo mandato. Y las encuestas y los analistas y políticos locales advierten que puede haber dos sin tres: en una pelea reñida, la favorita hoy parece Verónica Crescente, la aliada del gobernador peronista Juan Schiaretti.
Lo llamativo, que tiene explicación y pases de facturas, es que Crescente es afiliada al PRO. ¿Por qué pegó el salto? Porque cuando pidió competir, y dirimir en una interna o una PASO la puja con Sara Majorel, la preferida de Dellarossa, el intendente suprimió las primarias y metió a su delfín mediante la prepotencia del dedazo. El experimentado Schiaretti vio allí luz y se metió: bajó a su candidato y aglutinó al peronismo y a una fuerza de vecinalistas detrás de Crescente.
Para sostener a Majorel, ya viajaron hasta Marcos Juárez figuras nacionales de Juntos por el Cambio como Macri, el titular del radicalismo Gerardo Morales, su par del PRO Patricia Bullrich y definía una visita también el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta. También fueron a dar su apoyo dirigentes provinciales que piensan en la puja por la gobernación: el macrista Gustavo Santos, el radical Rodrigo de Loredo y el cívico Luis Juez, entre otros.
Una derrota de Majorel, creen, los afectaría a todos. El kirchnerismo, que no participa bajo ningún sello en esta contienda (Córdoba es quizá la provincia más anti K del país), ya tiene preparado el discurso: una caída en Marcos Juárez podría ser el preludio de que Juntos por el Cambio no tiene tan allanado el camino para el 2023.
