La estrategia de “asumir errores y pedir perdón” que usó Cambiemos durante sus primeros quince meses de Gobierno, caducó. Por ello, comenzó a realizar una serie de acusaciones sin datos sobre una supuesta “conspiración” que –no está claro quién o quienes- estarían haciendo para “desestabilizar” su gestión.
Primero fue el mismísimo presidente, Mauricio Macri, quien le dijo a Majul por televisión que “claramente, hay gente que quiere desestabilizar al Gobierno”.
Al mismo tiempo, el Gobierno mandó a sus trolls a invadir las redes sociales con un mensaje de un supuesto plan desestabilizador. Paralelamente, el call center del Pro está gestando una marcha a favor de Mauricio Macri para el 1 de abril, con el objetivo –tal cual dicen los mensajes- de “defender” al Presidente, aunque no se sepa bien de quien o de qué.
Como en una escala de ajedrez, tenía que salir otra figura importante del Gobierno a respaldar la teoría de la conspiración. Por ello, un una conferencia de prensa, al término del anuncio del acuerdo con el sector automotríz, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, pidió “no dejarse llevar por las voces de los que no quieren el cambio, y sabemos de quienes estamos hablando –agregó-; de los que necesitan que fracase el cambio, empezando por la ex presidenta Cristina Kirchner porque necesitan discutir otras cosas en otros lugares”.
Por su parte, a los dirigentes sindicales les dijo: “No hay una idea que puedan aportar hoy los dirigentes sindicales que no haya sido aportada en una reunión de trabajo y que estemos encarando, buscando alguna solución”.
También señaló que en estos 15 meses de gobierno con la CGT “se avanzó en más temas concretos que en los últimos años del gobierno kirchnerista, que solo los invitaba a aplaudir en los actos oficiales”.
