En el marco del debate que se instaló en la sociedad por la legalización del aborto, el diputado del Frente para la Victoria Daniel Filmus presentó nuevamente un proyecto en la Cámara baja para garantizar la producción nacional de pastillas de misoprostol, la droga recomendada por la Organización Mundial de Salud para interrumpir los embarazos sin efectos adversos.
“Presentamos un proyecto de ley nacional, junto a diputados/as de todos los bloques, para la producción pública de medicamentos, recomendados por la OMS, para la segura interrupción del embarazo, en casos no punibles, y para garantizar el derecho al acceso equitativo a los mismos”, celebró Filmus en su cuenta de Twitter.
Presentamos un proyecto de ley nacional, junto a diputados/as de todos los bloques, para la producción pública de medicamentos, recomendados por la OMS, para la segura interrupción del embarazo, en casos no punibles, y para garantizar el derecho al acceso equitativo a los mismos. pic.twitter.com/m6Z0M64nOc
— Daniel Filmus (@FilmusDaniel) August 26, 2018
Según explicó el legislador, la iniciativa “garantiza la soberanía en materia de salud” en tanto prevé que sean los laboratorios de la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos los que produzcan misoprostol y mifepristona. También establece que el Ministerio de Salud Nacional incluya ambos medicamentos en el Programa Médico Obligatorio (PMO). El proyecto fue acompañado por otros 15 legisladores de distintos espacios políticos, como Daniel Lipovetzky, Victoria Donda, Brenda Austin, Cecilia Moreau y Araceli Ferrreyra, entre otros.
“El propósito de este proyecto de ley es garantizar el derecho de las mujeres al acceso equitativo a los medicamentos recomendados por la OMS para una segura interrupción del embarazo en los casos no punibles, con una disminución considerable de los riesgos, así como de los costos del sistema de salud en general”, destacó el exministro de Educación, quien señaló también que esta ley está “en sintonía con las medidas adoptadas por las provincias de Santa Fe y Río Negro, donde se prevé la pronta fabricación pública”.
A pesar de que la OMS considera al misoprostol como un medicamento esencial desde 2005, recién este año la Anmat permitió que esta droga sea de uso obstétrico en condiciones hospitalarias, pero hoy sólo la comercializan dos laboratorios. Tras una larga demanda de los organismos de Derechos Humanos y del colectivo de mujeres, este mes la Anmat autorizó al laboratorio Domínguez a que produzca “la especialidad medicinal que se denominará Misop 200. Además, la agencia permitió la comercialización de envases con 4, 8, 20, 48 y 100 comprimidos.
El Laboratorio Industrial Farmacéutico de la provincia de Santa Fe (LIF) trabaja desde 2013 en la fabricación de misoprostol y estará en condiciones de abastecer al sistema público de salud de todo el país, una vez que terminen las pruebas de estabilidad sobre el primer lote de 100.000 comprimidos de uso obstétrico.
Entre el medicamento del LIF y el del laboratorio Domínguez hay diferencias: las pastillas ya producidas en Santa Fe son para uso oral, mientras los que producen en Buenos Aires son de uso vaginal (y por ahora, el Anmat sólo lo autoriza para uso hospitalario). Hay dos maneras de utilizar este medicamento cuya eficacia abortiva está calculada en el 90 por ciento. Una es ponerse en el fondo de la vagina 4 pastillas de misoprostol cada 12 horas, tres veces. La otra es ponerse debajo de la lengua 4 pastillas cada tres horas, también tres veces. En los dos casos, se requieren doce pastillas para interrumpir el embarazo.
“Estamos convencidos de que el misoprostol viene a cambiar el paradigma en la interrupción del embarazo. Para darles autonomía a las mujeres, se decidió que fueran orales. No es lo mismo una mujer que le tengas que colocar una tableta vaginal que lo pueda tomar por vía oral y manejarlo ella. Eso para nosotros fue muy importante”, expresó Jorge Stetler, otro de los cinco directores del LIF. “Fuimos punta de lanza, desde el convencimiento de que era necesario, aunque en ese momento fuera más difícil, porque después se dio la discusión de la ley, que fortaleció mucho nuestra posición, y hubo que difundir qué era el misoprostol. Todo esto sirvió para que cada mujer sepa de qué se trata”, agregó.