Margarita marca la cancha

Margarita marca la cancha

A tres semanas de haber hecho junto a Massa un acto en el que exhibieron su trabajo conjunto en Diputados y prometían continuarlo de cara a 2017, Stolbizer salió a delimitar el terreno de juego.


En declaraciones radiales, la diputada reiteró que lo único que hasta ahora descarta de plano es buscar renovar su banca en la Cámara baja y aseguró que si compite, será por la senaduría de la provincia de Buenos Aires.

Pero Margarita fue más allá. Sugestivamente, apuntó al espacio por el cual podría competir: “Si soy candidata es por el GEN y el Frente Progresistas, que discutirá en abril su política de alianzas. Pero no sé todavía si voy a ser o no. Nosotros tomamos decisiones discutidas. El tema es complejo, así que vamos a dar toda una discusión en todos nuestros distritos para garantizar que sea el resultado de nuestro debate partidario”.

El subtexto cantado que terminó interpretando la comunidad política a partir de sus dichos fue un desmarque (como mínimo) de Massa. O, al menos, una advertencia de que ella no está dispuesta a asimilarse y desdibujarse en una boleta del Frente Renovador, sino que apunta a ir con el GEN como mascarón de proa en un acuerdo interpartidario con el massismo bonaerense.

Stolbizer pasa por un buen momento en las encuestas, especialmente en cuanto a su imagen personal, y cuando la miden en el binomio senatorial junto a Massa siempre figuran primeros. Aunque es muy pronto y el electorado también define sus opciones basado en quiénes compiten (en el kirchnerismo y Cambiemos aún no se sabe de candidatos definidos).

A sabiendas de este buen pasar, la diputada que puso a la expresidenta contra las cuerdas por la causa Hotesur seguramente quiere hacer valer su capital político y no quedar enfrascada como el furgón de cola de un dirigente que despierta tanta incertidumbre en los actores políticos como Massa.

“No me gusta quedar encasillada como denunciante de Cristina”, bramó Margarita en esa entrevista radial. Aunque parece ya un poco tarde para recular, Stolbizer sabe que el perfil de denunciadora serial es bueno para el corto plazo –sobre todo cuando es aupada por los oligopolios mediáticos que amplifican sus denuncias– pero poco sustentable a la hora de buscar ganar una elección que dispute cargos ejecutivos.

Fuera de micrófono, Stolbizer plantea dudas sobre Massa y admite conocer el juego mediático del tigrense. Le reconoce la agenda social que el líder del Frente Renovador plantea, aunque en el acto de fin de año remarcó: “Eso no quiere decir que esté de acuerdo con todo lo que hace”. Sin decirlo, no puede desconocer que su perfil asociado a la transparencia es un bien que el massismo aspira a fagocitar. No por nada algunos funcionarios de Cambiemos la llaman “lavandina”, por el uso que creen que Massa le da.

El contexto de los dichos de Stolbizer hace que se le presten más atención: ocurren apenas días después de la primera diferencia programática evidente entre ambos, planteada por la edad de imputabilidad de los menores. El massismo insiste hace años con que debe ser bajada, pero la líder del GEN cuestionó al Gobierno por intentar promoverlo. Luego, para cerrar una grieta que iba a ser aprovechada por el oficialismo, los dos diputados emitieron un comunicado conjunto en el que pedían tratar el tema en sesiones extraordinarias.

Que Stolbizer diga que será candidata por el GEN, en caso de definir competir, deja abierta la puerta no solo a que una alianza con el FR debería ser un cuerpo bicéfalo y frentista y no una fusión en un partido único, sino también la posibilidad de que haya una disputa en primarias. Muchos dudan aún en el camino hacia un acuerdo con el massismo. Pero según ya advirtió ella a los ansiosos, la margarita se deshojará hasta abril.

El salto

El ex gobernador de la Provincia, Felipe Solá, debe renovar su banca, obtenida en 2013. Pero desde la cúpula partidaria (léase Massa) quieren que pegue el salto al alambrado y caiga en la trinchera porteña. “Le insisten en que sea cabeza de lista en la Ciudad porque ahí mide mejor y hace falta un candidato fuerte”, explicaron a Noticias Urbanas fuentes del massismo.

Solá registra un alto nivel de conocimiento en el territorio bonaerense (fue gobernador entre 2002 y 2007) pero también un importante margen de imagen negativa. Sin embargo, en la Capital sus números mejoran y su discurso más ideologizado y antimacrista podría competirle al kirchnerismo el electorado opositor porteño. O, al menos, así lo ve Massa.

Por ahora, Felipe no se definió, pero en reuniones con algunos conocidos que trabajan en la Ciudad ya estuvo indagando sobre la política de la Ciudad y cómo está la situación en la Legislatura. Habrá que ver si los porteños le dan la bienvenida.

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