Mariano Mera: “Hay que volver a la política de los valores”

Mariano Mera: “Hay que volver a la política de los valores”

Fue integrante fundador del Pacto de San Antonio de Padua y forma parte del espacio que lleva adelante las políticas de la encíclica Laudato si. Está ligado al peronismo y a River. Por Laura Di Marco.


El dirigente peronista salteño Mariano Mera integra la Red Laudatista, lanzada en octubre como un espacio, hasta el momento no partidario, integrado por diferentes líderes políticos del arco opositor, con el liderazgo del papa Francisco. En esta entrevista da los lineamientos de su trabajo, desde el Pacto de San Antonio de Padua, que reúne a más de 400 intendentes de todo el país. Asegura que no busca ningún cargo político, ni a nivel gubernamental ni en River, aunque esté ligado a la dirigencia del club. Y compara a la Red Laudatista con La Hora de los Pueblos de Juan Domingo Perón, su otro líder de referencia además del Sumo Pontífice.

–¿Qué es el laudatismo?
–El laudatismo surgió a partir de la encíclica ‘Laudato si’, del papa Francisco. Distintos sectores del quehacer político, sindical y social empezaron a dialogar en función de iniciar acciones tendientes a aplicar lo enunciado en la encíclica. Hace casi un año que nos estamos reuniendo. El laudatismo es un proceso, más que un espacio en sí. La idea es que cada uno, en su ámbito, pueda aplicar las políticas de la encíclica. Lo que nos diferencia de otros grupos que trabajan en el mismo sentido es que también tomamos el proyecto nacional de Juan Domingo Perón, que tiene pautas muy similares a la encíclica, en cuanto al cuidado del medio ambiente, los valores, la dignidad humana.

–¿Usted cómo aporta al laudatismo?
–Con varios intendentes creamos el Pacto de San Antonio de Padua, en la Casa Franciscana de San Antonio de Padua, en presencia del obispo Fernando Maletti y las autoridades franciscanas. Fue firmado en su momento por un intendente y se amplió: hoy tiene más de 460 intendentes. En principio fue firmado por intendentes justicialistas y hoy lo han firmado referentes de todos los partidos políticos, líderes religiosos de varios credos y legisladores nacionales, provinciales y municipales. Como el laudatismo, esto es parte de un proceso para convertir en políticas de Estado lineamientos de la encíclica.

–¿En qué consiste el pacto?
–El pacto son diez puntos: combatir el narcotráfico; tratar con propiedad a nuestros hijos que han caído en la enfermedad de la droga; combatir la violencia de género, la trata y la explotación infantil; promover políticas de calidad educativa, de energías renovables y de tratamiento del agua; defender la vida desde la concepción, y promover el techo, el trabajo y la tierra, que son las tres T de francisco. Lo que el pacto va haciendo es firmando el compromiso de hacer políticas que tengan que ver con estos diez puntos. Fue suscripto también por alcaldes de Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú y Colombia. Son siete países cuyos alcaldes trabajan con las mismas características, multipartidarias, interreligiosas. Han suscripto a este movimiento americano difusor de las políticas de la encíclica. El anfitrión del pacto es Gustavo Menéndez, el intendente de Merlo, uno de los nueve fundadores.

–¿Hay referentes de Cambiemos en el Pacto de Padua?
–Sí, Jorge Macri, Néstor Grindetti, Diego Valenzuela y Martiniano Molina han firmado. En el convento de San Francisco se hizo una ceremonia ante el altar mayor, y ahí firmaron 22 credos religiosos y unos 120 alcaldes, entre ellos de Cambiemos, el FpV y el massismo. Por ejemplo, el actual ministro Joaquín de la Torre, que era intendente, firmó. También Julio Zamora, de Tigre. Y del interior vinieron de Concordia, de distintas localidades de Formosa. Han venido todos. Incluso la gobernadora Rosana Bertone convocó a los intendentes de Ushuaia a firmar; el intendente de Caleta, de Cambiemos, también firmó. Es muy plural, multipartidario y multirreligioso. El Papa es el que ha hecho la encíclica, hemos ido siguiéndolo y defendiendo su consigna. Se creó un espacio, y esto es lo interesante, que, en realidad, es un proceso donde cada uno de los actores aporta e interviene. Pero no es un espacio con líderes ni un sistema partidocrático. Tal vez esa sea la principal diferencia entre el Pacto de Padua y el laudatismo, que tiene hombres específicos en la política, que sacaron un documento, con acción específica en la política. El pacto está promovido desde el diálogo, el debate, la incorporación de las ideas, de las pautas del laudatismo, y es un compromiso de llevar a políticas de Estado las ideas del papa Francisco.

–¿Piensa en una candidatura?
–Yo soy apoderado de la orden franciscana. He sido el anfitrión en el convento de Padua y ahora hay varias reuniones del laudatismo que se hacen en el convento de San Francisco, en Buenos Aires. No aspiro a ningún cargo sino a que el debate y el diálogo sirvan para tomar conciencia de que estamos muy mal y de que hay que salir adelante tomando lo mejor de cada uno de nosotros.

–Entonces, ¿no aspira a ningún cargo?
–Creo que mientras esté el Papa no voy a tener cargo de nada. Yo soy abogado, asesor del municipio de Merlo, del intendente Gustavo Menéndez. Trabajo en la orden franciscana. Cada uno tiene su visión. Mi visión es que ya es hora de volver a los hombres que representen la política de valores. Y que su propio lomo los represente.

–¿En particular a quién ve en la provincia de Buenos Aires?
–A mí me gustaría que un hombre como Gustavo Vera representara a los bonaerenses.

–¿Qué piensa de la gestión de María Eugenia Vidal?
–Todavía está en pañales. Es una gestión con mucha proyección estética, gran elaboración de la imagen pero muy distante de la demanda de la realidad bonaerense.

–¿Y qué piensa de la corrupción en la etapa kirchnerista?
–Creo que los ladrones tienen que ir a la cárcel, sean quienes fueren. Pero tampoco estoy con la política de la extorsión, de decir “si no estás conmigo vas preso”. La Justicia tiene que ser independiente y ser rigurosa con todos, sin cerrar el ojito con nadie.

–Para usted, ¿el laudatismo se identifica con algún colectivo del pasado?
–Con La Hora de los Pueblos, del general Perón. Cuando retorna en el 72, convoca a todo el arco político y arman el Frente Justicialista de Liberación Nacional. Esa convocatoria muy amplia, que se hizo desde Vicente López, se llamó La Hora de los Pueblos.

–¿Cuál es su rol en River?
–Acompañé a D’Onofrio en la elección anterior y creo que a nivel deportivo ha sido muy exitoso. En medio de la crisis de los clubes argentinos, está entre los clubes más ordenados.

–¿Buscaría un lugar allí?
–Mientras esté el papa Francisco no. Tuve la oportunidad de ser vocal en la elección pasada y tomé la decisión de no hacerlo y seguir trabajando con mi misión, con el papa Francisco. Ni en River ni en el Gobierno, sino con humildad, no pretender nada para uno, servir al bien común.

–¿Cuándo fue la última vez que habló con Francisco?
–Cuando fui al Vaticano. Solamente he hablado personalmente.

En primer plano

• Un lugar. Salta.
• Un restaurante. El Cuartito.
• Una comida. Asado.
• Un libro. La rebelión de las masas, de José Ortega y Gasset.
• Un personaje histórico. Juan Domingo Perón.
• Una película. El padrino, de Francis Ford Coppola.

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