El titular del Partido Socialista Obrero Español (Psoe), Pedro Sánchez, ya se prueba el traje de Mariano Rajoy. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) anunció esta mañana que apoyará su moción de censura presentada contra el gobierno del Partido Popular (PP) y lo dejó a un paso de convertirse en el presidente del gobierno español. La votación general tendrá lugar esta tarde y Rajoy, empantanado en uno de los mayores escándalos de corrupción en España sobre el cual el martes hubo una sentencia condenatoria, no estará presente en el parlamento.
La posición del líder del socialismo ya reunió 180 voluntades para dejar al presidente conservador afuera del poder: 84 del PSOE, 67 de los izquierdistas de Podemos, 9 del Esquerra Republicana de Catalunya (EPC), 8 del Partido Demócrata Europeo Catalán (PdeCAT), 5 del PNV, 4 de los valencianos de Compromís y 1 de Nueva Canaria.
Por su parte, el PP cuenta con sus 134 diputados, 32 de sus aliados de Ciudadanos, 2 del UPN (Unión del Pueblo Navarro) y 1 del Foro Asturias. Concientes de estos números, ni el presidente ni su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, estuvieron presentes este jueves en sus bancas de la Cámara legislativa. Luego, La Moncloa dejó trascender que el hasta ahora presidente dijo que solo dimitirá si pierde el apoyo de los suyos en el Parlamento.
Si esto sucediera, podría ocurrir que Sánchez -tal como se comprometió- retirara la moción de censura y dejara que Sáenz de Santamaría quedara al frente del gobierno pero con la obligación de llamar a elecciones para las próximas semanas. Si Rajoy no renunciara, podría someter su gobierno a la votación de censura y, en caso de perder, dejarle la puerta abierta a Sánchez para que tome esa mayoría y sea convertido en su sucesor.
“Le ofrecí al presidente del gobierno que dimitiera. Pero no me ha hecho caso una vez más”, dijo el líder del PSOE durante su intervención en el Parlamento de los Diputados, donde aseguró que “no hubo oportunismo político” de su parte para presentar la moción luego de la condena del caso Gurtel, una trama de sobornos que involucró a 29 personas, entre ellos empresarios y el ex tesorero del PP Luis Bárcenas. La sentencia obligó al partido conservador a pagar 245.492 euros como “partícipe a título lucrativo” de la trama corrupta, y dio por probado que el PP tuvo una caja negra desde 1989.
Sánchez se comprometió ante los partidos vascos de “realizar los cambios que sean necesarios” en el Parlamento para “actualizar” la legislación de modo tal que se pueda restablecer la armonía entre los independentistas y el Estado español.