El empresario y exdueño de Tiempo Argentino, Mariano Martínez Rojas dio la cara ante los medios y afirmó que “en realidad, el Grupo 23, de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel, “era de Cristina Kirchner”. La entrevista fue con Nicolás Wiñazki en un sitio que no fue informado de los Estados Unidos ya que está prófugo de la Justicia por la “mafia de los contenedores”. Ante su exhibición, los trabajadores de la cooperativa de Tiempo Argentino publicaron un escrito pidiendo “al Estado que esclarezca el ataque” ocurrido en julio del año pasado.
En el diálogo, Martínez Rojas dijo: “Compré un medio vacío, quebrado, fundido, con todo tipo de mugre que se te pueda ocurrir, en pos de hacer una limpieza, flipearlo. Compré por uno, para venderlo por dos. Pero me encontré que estaba en un monstruo, que no había comprado una empresa normal, compré un quilombo”.
Con el objetivo de querer defenderse de lo indefendible y luego ser denunciado por el ataque a la redacción de Tiempo Argentino y la planta transmisora de radio América, el empresario aseguró que “no entró una patota. Entró gente conocida mía. Entré a mi diario, a mi empresa, a mi edificio, todo absolutamente mío. Adentro del edificio no había nadie, cuando yo entro. No entro a romper cabezas. Y entré con la Policía Federal, ningún periodista fue golpeado. Bajaron colectivos con gente de La Cámpora, a las dos de la mañana”.
Asimismo, Martínez Rojas dijo a Wiñazki que “la Cámpora se quiso meter adentro. Es lógico, porque si yo me quedaba adentro del diario, ellos perdían el único medio que les quedaba. ¿De quiénes son los medios? Los medios no eran de los periodistas, ni de Szpolski, ni de Cristóbal López, los medios son de Cristina Kirchner“. E insistió: “Soy dueño de Tiempo Argentino y de Radio América. Me sacaron las empresas. Los empleados me sacaron Tiempo Argentino, hicieron una cooperativa y se llevaron las cosas, que son mías“.
Tras la exposición mediática del empresario Mariano Martínez Rojas, su abogado Alberto Sánchez Kalbermatten, afirmó este martes que su cliente tiene “valijas gigantescas” con pruebas para presentar en la causa de la “mafia de los contenedores” y advirtió que “muchos van a quedar mirando el norte”. Por su parte, los trabajadores de Tiempo Argentino emitieron un comunicado donde piden el esclarecimiento de los hechos ocurridos tanto en la redacción como en la planta transmisora de radio América.
El defensor de Martínez Rojas, dijo que la imputación de lavado de dinero contra su defendido y su pedido de captura son solo fruto de una “persecución” judicial. Anteriormente, Sánchez Kalbermatten había acusado públicamente a exfuncionarios kirchneristas de fugar dólares a precio oficial mediante importaciones en la Aduana durante la época del cepo cambiario.
También, reclamó a la Justicia que “busque” al empresario Sergio Szpolski, a quien definió como “delincuente” y de quien expresó que su cliente fue “víctima” cuando le compró el diario Tiempo Argentino y radio América, cuyos trabajadores quedaron sin empleo y sin haber cobrado salarios ni indemnizaciones.
Este tipo mandó una patota a cortar la transmisión de Radio América y a romper la redacción de Tiempo Argentino. Qué lindo y normal todo ?? pic.twitter.com/SxK1HVqN2z
— Juan Amorín (@juan_amorin) August 29, 2017
El abogado de Martínez Rojas, sostuvo que su cliente “tiene documentación de todo, entre 70 y 100 kilos de papeles. Son valijas gigantescas. Su idea era revisarla de manera conjunta y hablar (ante la Justicia). Pero él viajó por cuestiones empresariales a Estados Unidos y le pusieron la trampera ésta, la de la captura (nacional e internacional)”. En la misma sintonía, ratificó que el empresario analiza la probabilidad de presentarse ante la Justicia como “arrepentido” y añadió que “aportando la información que tiene va a quedar totalmente desvinculado y muchos van a quedar mirando el norte”.
Por su parte, el juez en lo Penal Económico, Gustavo Meirovich, envió hoy un oficio al Ministerio de Seguridad de la Nación para que se vigile a la familia de Martínez Rojas, tras rechazar un pedido de eximición de presión del prófugo con pedido de captura nacional e internacional. Sin embargo, se lo pudo ver dando entrevistas desde Estados Unidos, donde se encuentra actualmente.
Lo que para algunos es un show, para otros es un recuerdo horrible. Duele ver a Martínez Rojas convertido en atracción periodística.
— Javi Schurman (@JaviSchur) August 30, 2017
El comunicado de Tiempo Argentino
Desde la cooperativa emitieron un escrito sobre la situación del Mariano Martinez Rojas, tras su exposición en los medios, y lo definieron no como el dueño de Tiempo, sino como “el líder de una patota que el 4 de julio de 2016 irrumpió en la redacción sacando a los golpes a sus trabajadores, rompió equipos de trabajo y cortó las redes de comunicación del medio cooperativo para impedir que pudiéramos seguir informando”. En la misma línea, agregaron que “hay cientos de testigos, fotografías y videos que lo muestran participando de los destrozos y luego saliendo del lugar escoltado por la policía”. “Todavía más, la única persona imputada por el ataque que declaró en la causa señaló que su ingreso a la redacción forzando una cerradura se produjo con la policía”, detallaron.
Tras los incidentes, los trabajadores de Tiempo Argentino conviven con la vigilancia de la Prefectura Naval, por orden de la Procuraduría de Violencia Institucional, quienes consideraron que era necesario resguardar la integridad física de los redactores. “El Estado es responsable de nuestra seguridad y, sobre todo, de proteger la libertad de expresión garantizando la salida y el normal desarrollo de la actividad en nuestro medio”, acusaron en el escrito.
En el caso de radio América, ocurrió un hecho similar el 11 junio de 2016 cuando el empresario “ocupó la planta transmisora y sacó del aire a los compañeros que mantenían su servicio informativo a pesar de no recibir el pago desde diciembre de 2015”. Ambos sucesos generaron denuncias penales que se tramitan en el fuero federal, “pues la interrupción de las comunicaciones y el ataque a la libertad de prensa son delitos que se investigan allí”. Sin embargo, “ningún juez federal se animó a investigar y la causa hoy duerme en la Corte Suprema esperando que allí se defina qué juzgado se va a hacer cargo”, remarcaron los trabajadores de Tiempo Argentino.
En base a sus declaraciones, “como integrantes de la cooperativa creada por los trabajadores de prensa que integrábamos el diario que vació el Grupo 23 de Sergio Szpolski y Matías Garfunkel y que recuperamos como medio autogestionado, exigimos que se haga justicia sobre el ataque que recibimos. Que se esclarezca quién es realmente Martínez Rojas, quiénes lo defienden o promueven y que todos ellos asuman la responsabilidad de sus delitos”, manifestaron.
Al finalizar, invitaron a la redacción a todos aquellos que quieran conocer de qué manera funciona el proyecto de periodismo autogestionado, todo a pulmón por parte de los integrantes del diario.