Una impresionante masacre ocurrió hoy en Don Torcuato, partido bonaerense de Tigre, donde un hombre mató a los dos dueños de la compañía en la que trabajaba, a un administrativo, hirió a un compañero de trabajo, intentó prender fuego el lugar del hecho y luego se suicidó con la misma arma.
Todo comenzó cerca del mediodía, cuando un empleado de la empresa Bascoy,que se dedica al transporte de carga, ingresó al local de Boulogne Sur Mer y Frías, con una pistola 3.80, con la cual mató a Marcelo y Gabriel Bascoy, dueños de la compañía, y a Javier Etcheverry, uno de los gerentes del lugar. Además, a un empleado que intentaba escapar del lugar también lo mató a balazos, según la reconstrucción que hicieron testigos del hecho.
El asesino, dijeron los informantes, después de la masacre, pretendió prender fuego toda la empresa, con el aparente objetivo de borrar las huellas, pero finalmente, ante la imposibilidad de destruir el lugar y la llegada de la Policía, se disparó en la cabeza.
Todo el desastre se originó por una discusión de dinero, según coinciden los testigos, aunque no se pudo determinar si era por la falta de pago de obligaciones salariales que la empresa tenía con el empleado o por una supuesta promesa de que recibiría una fuerte suma de dinero por ser testigo en una causa. Independientemente de las versiones encontradas, la persona que originó la masacre habría tenido antecedentes de violencia en el trabajo.
Fuentes allegadas a la causa revelaron a medios periodísticos que el asesino, antes de este hecho, habría ocasionado graves disturbios y destrozos en una concesionaria de autos hace unos tres años. El fiscal de Tigre, Cosme Iribarren, a cargo de la causa, recién comenzaba a trabajar en el lugar y a tomar contacto con los detectives que recogían testimonios.
“No había un problema de sueldos. Es un tipo tocado, medio chiflado. Algún problema tenía”, dijo un empleado al canal América 24. Productores de ese medio terminaron convirtiéndose en voceros de la masacre ante el padre de los hermanos Bascoy, José, a quien le dieron la noticia de lo ocurrido cuando buscaban datos, apenas sucedido el episodio. José Bascoy, hoy de 79 años, había sido secuestrado a fines de 2002, hace exactamente diez años, y permaneció ocho días en cautiverio en una casa de la zona de Luján, cerca del límite con San Andrés de Giles.
Los secuestradores pidieron 500.000 dólares de rescate, pero para la familia era imposible reunir esa suma porque la firma estaba en convocatoria de acreedores, se explicó entonces. Finalmente, sin pagar el rescate, José Bascoy fue liberado cerca de la localidad de Carlos Keen.