Massa no se retira de la política y ya planifica su futuro

Massa no se retira de la política y ya planifica su futuro

Reabrirá una Fundación y hará cambios en el Frente Renovador.


En medio de las especulaciones por el futuro del ministro Sergio Massa, desde su entorno aseguran que no dejará la Argentina después del 10 de diciembre. Aunque advierten que posiblemente viaje más por cuestiones laborales. Relanzará su think tank junto a una mesa chica de incondicionales y desde allí buscará aportar propuestas con foco en áreas como economía, industria y seguridad. Un opositor basado en las ideas y no desde la resistencia.

Los funcionarios más cercanos que se seguirán acompañando son el titular de la Aduana, Guillermo Michel; el secretario de Industria, Juan José de Mendiguren; el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, el diputado Ramiro Gutiérrez; el secretario legal, Ricardo Casal y el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein

El objetivo, es trabajar en la elaboración de políticas públicas vinculadas a temas de Seguridad, Económicos y de Producción. Además, para enfatizar que se queda en la Argentina, Massa repite a sus colaboradores que “no se retira de la política” lo que no tiene intenciones es “ocupar un cargo político”.

El excandidato presidencial de Unión por la Patria (UP) ya le dijo a los suyos que no piensa saltar al escenario político inmediatamente para liderar al peronismo. No tiene esa vocación. “No voy a tener el protagonismo que tuve hasta acá”, fue la frase que usó para dejárselo en claro a los dirigentes que le preguntaban por su futuro y su rol en el espacio político.

Va a aportar ideas, va a contribuir en la reformulación de la agenda política y económica del peronismo, pero no va a buscar con inmediatez aferrarse al liderazgo que tuvo durante los últimos cinco meses de campaña. En el oficialismo hay varios dirigentes que creen que Massa solo tiene que dejar pasar el tiempo para que se reacomode el tablero y después volver al ruedo. No hay demasiados nombres propios que aparezcan como opción para liderar el nuevo proceso político.

Cambios en el Frente Renovador

Mientras tanto, aspira a que el Frente Renovador (FR), que fundó en el 2013, tenga una renovación en conducción. Nuevos nombres al frente del esquema partidario, con el objetivo de que se revitalicen las filas massistas de cara al debate que se dará en el peronismo en los meses que se avecinan. Una cúpula nueva y no estar él al frente. Eso es lo que quiere en el comienzo de esta etapa donde hará política desde otro lugar.

El ministro de Economía cree que el peronismo tendrá muchas voces en el llano. No habrá una sola. Ni siquiera la de Cristina Kirchner, que es la dirigente más trascendente del espacio político. Entiende que habrá multiplicidad de discusiones sobre cómo reconfigurar la fuerza política y que para que eso ocurra primero debe empezar a rodar el gobierno de Javier Milei. Los pocos liderazgos que hay en pie son parciales y no tienen legitimidad sobre la mayoría de la fuerza política.

Massa no tiene pensado salir a plantear sus diferencias con las medidas que aplique el presidente electo. Ya lo hizo en la campaña. Sería insistir sobre una forma de solucionar los problemas económicos que no recibió el respaldo de la mayoría. Perdió por tres millones de votos. “Milei está legitimado para ajustar porque lo dijo muchas veces en la campaña”, aseguran cerca del ministro. La forma en la que reaccione la gente es una incógnita. Y el golpe que tenga en el bolsillo, también.

Está convencido que el peronismo debe reformular su agenda de temas porque existe una disociación grande entre la agenda de la política y la de gente. Una parte de la derrota electoral está apoyada ahí. La gente decidió inclinarse por un outsider con propuestas disruptivas. Lo supo con anticipación. El jueves previo a la elección las encuestas que le habían llegado a su teléfono avisaban la derrota. El domingo de la votación, a las 11 de la mañana, el primer corte de mesas testigo confirmó que la elección estaba perdida. Durante el resto del día tuvo margen para procesar el final del proceso electoral.

Considera que perdió por un cúmulo de motivos. Entre ellos la difícil situación económica, la unidad de Milei, Patricia Bullrich y Juan Schiaretti contra su candidatura, el enojo de la sociedad con la política, la sequía desbastadora de este año y la frustración que está enquistada en muchos sectores de la población. El gobernador cordobés jugó fuerte en su contra durante la campaña, pero no le guarda rencor. Entiende que el “Gringo” se movió así para representar al electorado de su provincia. La relación entre ellos está cortada.

Ahora es el momento del gobierno de Milei. Tiene que empezar y desarrollarse. El impacto real de las medidas y el correlato en la sociedad es indescifrable más allá de los escenarios posibles que analistas económicos y dirigentes políticos en los últimos días. ¿De cuánto será la devaluación? ¿Hasta dónde será el ajuste? ¿Cuál es el margen de tolerancia del ciudadano? ¿Cuál podría ser la inflación de diciembre? ¿Y la de enero? En Economía estiman que la de noviembre rondará el 10%.

En ese contexto, Massa entiende que el peronismo debe dedicarse a representar al 44% que lo votó en el balotaje. Son 11 millones y medio de personas. Deben mostrar coherencia con el discurso de la campaña y no zambullirse en una discusión de poder partidaria. Y para hacer ese efectiva esa representación el lugar indicado es el Congreso, ya que hacía allí irá dirigida la “ley ómnibus” con reformas profundas en el Estado.

El excandidato presidencial vuelve al llano político con la tranquilidad de haber explicado en la campaña el costo de las medidas de Milei. Una frase que expresó hace pocos días en una reunión de funcionarios, en el quinto piso del Palacio de Hacienda, quizás sirva para definir su parecer: “Los relatos se terminan cuando la gente no llega a fin de mes”.

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