Massa se jugó de lleno por Vidal en la pelea por el presupuesto

Massa se jugó de lleno por Vidal en la pelea por el presupuesto

El líder del FR le pidió a su plana mayor que respalde a la gobernadora ante la “irracionalidad” del cristinismo. La interna en el FR y la conveniencia de aislar al FpV. Por Daniel Galvalizi.


Fue un fin de año muy movido para la provincia de Buenos Aires, cuándo no. Sumado al cataclismo legislativo que significó terminar el año sin Presupuesto ni previsibilidad de endeudamiento, se sumó la fuga de los asesinos del Triple Crimen, drama mucho más mediático que la aburrida novela de correveidile político que se vivió en La Plata.

Pero más allá del caso de los fugados, la gobernadora necesita ordenar las caóticas finanzas heredadas del sciolismo. El kirchnerismo, con la venia de Cristina Kirchner y la ejecución del soldado José Ottavis (presidente del bloque en la Cámara baja), taponó esa posibilidad. Uno de los principales operadores para destrabar esa situación es, sorprendentemente, Sergio Massa.

El diputado nacional y jefe del Frente Renovador se metió de lleno en la contienda legislativa. La Provincia es su bastión, origen de casi dos tercios de sus votos en la primera vuelta presidencial, y por lo tanto es su campo de operaciones de mayor interés.

El miércoles pasado, según pudo constatar Noticias Urbanas, Massa se reunió por casi tres horas con Vidal en La Plata y luego mantuvo un encuentro con la plana mayor de su partido en Provincia, como Graciela Camaño, Jorge D’Onofrio, Juan Amondarain, Mario Meoni, Jorge Sarghini, entre otros (con ellos en persona y con otros dialogó telefónicamente, como el caso del intendente Joaquín de la Torre).

“Massa nos pidió que lo acompañemos a ayudar a que la Provincia sea gobernable para Vidal, porque los kirchneristas la quieren mostrar como una gobernante débil y los radicales están mirando para otro lado. La idea es fortalecerla ante la irracionalidad de Cristina”, relató a NU uno de los integrantes de ese encuentro.

El tigrense debió capear en noviembre un debate interno sobre la postura del FR ante el gobierno de Cambiemos, con algunos dirigentes, como Felipe Solá, con voluntad de ser una oposición más cuestionadora. Massa saldó la discusión para instalarse como una oposición constructiva a nivel nacional, aunque en territorio bonaerense se podría catalogar de apoyo crítico. Ante la debacle legislativa, el respaldo se volvió total, al menos hasta que el paquete de leyes se vea aprobado.

Todo el coro de dirigentes de renombre del massismo criticó con dureza al kirchnerismo desde la caída de la sesión la semana pasada hasta hoy. Uno de ellos, De la Torre, en una de sus expresiones, recordó un dato histórico nada desdeñable: en 1999, cuando la Alianza de la UCR y el Frepaso tenían mayoría cómoda en ambas cámaras de la Legislatura bonaerense (venían de un triunfo notable en 1997 y una buena elección en 1999), le aprobaron al entonces gobernador Carlos Ruckauf el presupuesto, a pesar de que era un hostil opositor a Fernando de la Rúa.

La situación hoy dista de esa cordialidad. Y la renuencia del kirchnerismo encuentra a Massa en el lugar que quiere estar desde que se quedó fuera del balottage: ser el opositor constructivo, el interlocutor que sea puente a la gobernabilidad. El ex candidato presidencial comparte el objetivo común (e inconfesable) de borrar el liderazgo de Cristina Kirchner y aislar al Frente para la Victoria, para forzar su quiebre y que los peronistas más tradicionales lo abandonen, quedando La Cámpora como un grupo minoritario y sectario. Es el sueño compartido con varios peronistas, como Juan Manuel Urtubey. Para lograrlo, es imperioso que los Ejecutivos provinciales y nacionales no colapsen y se haga imposible un regreso triunfal del kirchnerismo. La nueva era recién comienza a escribirse.

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