Después de dos semanas de espera y muchas dudas sobre el formato y el contenido, el Gobierno no descarta convocar en los próximos días a sesiones extraordinarias del Congreso, pero mandaría recién la semana que viene el proyecto de ley con la tercera tanda de medidas, que se sumará al programa de emergencia anunciado por Luis Caputo y el DNU que se publicó anteayer en el Boletín Oficial.
Las reformas, de índole política, económica y administrativa, finalmente no se presentarían en varios paquetes como había pedido la oposición, sino en un solo documento unificado.
En el Ejecutivo admitieron que sopesaron cuidadosamente la posibilidad de hacer caso a las fuerzas aliadas, como el Pro y los peronistas anti-k, que habían pedido tratar “ley por ley” la batería de medidas que el Presidente sí mandará por la vía institucional legislativa. Sin embargo, en los últimos días terminaron de decidir que el paquete tendrá finalmente la forma de “ómnibus” y no de “combis”, como metaforizaron en Nación.
La letra podría incluir los cambios en el impuesto a las Ganancias -para retrotraer la suba del mínimo no imponible que se aprobó durante la campaña-; la reforma del Estado para achicarlo y fusionar áreas; y una reforma política que incluiría la implementación de la Boleta Única y la eliminación de las PASO.
Desconfiados con el apoyo de sus incipientes aliados del Pro, en el entorno del jefe de Estado quieren evitar que el Congreso “entorpezca” el tratamiento con señalamientos y maniobras legislativas, y advierten que en caso de que se pongan trabas no dudarán en avanzar por medio de nuevos DNU.
En los primeros días post-balotaje, Milei había dejado trascender que tenía planeado convocar a Extraordinarias apenas después de asumir, el 11 o el 12 de diciembre. Pero el llamado se postergó indefinidamente y, a dos semanas de la toma de mando, aún está pendiente. El motivo de la demora, explicaron, se debe a que no está terminado el contenido de la ley.
“Están terminando de trabajarlo los equipos técnicos”, dijeron desde la Presidencia. No obstante, dejaron abiertas las puertas a que el llamado se haga hoy mismo. “Es muy posible”, dijo un colaborador cercano al mandatario ante una consulta de Infobae, y aseguró que el temario, una de las condiciones para llevarlo a cabo formalmente, “ya está listo”.
Si bien la convocatoria a Extraordinarias se concretaría en las próximas horas, el esperado proyecto, que se tratará en paralelo al DNU, no pasaría por la mesa de entrada de Diputados hasta dentro de algunos días. “Sí o sí va a estar antes de fin de año”, adelantaron en Balcarce 50.
Un tema relativamente importante si se tiene en cuenta que en enero tiene previsto dirigirse a Davos, Suiza, para explicar su plan para bajar la inflación en el Foro Económico Mundial con una charla titulada “Libertad: la llave para la prosperidad”, en un momento donde su perfil de líder libertario llama la atención a nivel internacional.
El Congreso está en el centro de las preocupaciones de Milei. Más allá de la “ley ómnibus”, por el tratamiento del DNU que publicó anteayer en el Boletín Oficial y que los diputados y senadores deberían rechazar o aceptar durante los próximos días. El proceso se encuentra en la instancia de conformación de la Comisión Bicameral que debería encargarse de analizar el polémico decreto, y en Gobierno se muestran muy confiados en que, más allá de las críticas de las principales fuerzas opositores, podría aprobarse por omisión. Hoy, satisfechos, aseguraron que lograron que la presidencia de la comisión quede en manos de un referente libertario del Senado, lo cual podría facilitarles que pase.
El jueves el ministro del Interior, Guillermo Francos, encargado de la relación con los gobernadores, estuvo en el palacio del Congreso con los legisladores que responden a Milei, incluidos Victoria Villarruel y Martín Menem, para sumar lineamientos a la estrategia legislativa que planea el Ejecutivo. El martes había recibido a los gobernadores junto a Milei en la Casa Rosada, donde les pidieron apoyo tanto para el DNU como para el paquete de medidas. El primero es fuertemente resistido por el kirchnerismo, principalmente por el contenido, que desregula profundamente la economía y las relaciones contractuales.