El despido del subsecretario de Deportes, Julio Garro, que ejecutó el miércoles Javier Milei agravó el malestar creciente que hay en el Pro con el Gobierno. A tal punto que dirigentes de peso del partido que preside Mauricio Macri pusieron en duda su presencia en una reunión a la que habían sido convocados en Casa Rosada para acordar la agenda parlamentaria del segundo semestre, entre otros temas.
“No sé si vamos a ir”, transmitieron desde el Pro después de la confirmación por redes sociales de la salida del Ejecutivo del exintendente de La Plata. Con esta novedad, ya son al menos 58 los funcionarios y colaboradores echados o que renunciaron.
La historia de la expulsión de Garro, que había llegado a ese cargo como alfil de Macri, empezó el miércoles a las 8:29 de la mañana en una entrevista radial a la que accedió por pedido de Daniel Scioli, su superior, siguió en redes sociales con unas andanadas de críticas de fanáticos libertarios encabezados por el “Gordo” Dan que exigieron su salida inmediata del cargo, y terminó a las 20.15 con la publicación de un mensaje de la cuenta oficial @OPRArgentina: “La Oficina del Presidente informa que ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano. Por esta razón, Julio Garro deja de ser Subsecretario de Deportes de la Nación”.
La Oficina del Presidente informa que ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano. Por esta razón, Julio Garro deja de ser Subsecretario de Deportes de la… pic.twitter.com/o4JRC7gGB1
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) July 17, 2024
El ahora exsubsecretario de Deportes había cometido la imprudencia de decir: “Creo que el capitán de la Selección (en referencia a Lionel Messi) debe salir a pedir las disculpas de ese caso, lo mismo que el presidente de la AFA. Creo que corresponde y coincido con vos, es algo que nos deja como país mal parados con tanta gloria y sería bueno llevar esto a algo ejemplificativo”.
Garro había compartido esa opinión el día después del escándalo internacional que se generó por los cánticos con frases discriminatorias de la Selección referidas a los jugadores de Francia que fueron transmitidas en vivo por la cuenta de Enzo Fernández, quien ya pidió perdón.
Milei -que es admirador absoluto de Messi y desde antes de ser presidente sostiene que es el mejor futbolista de todos los tiempos- al tomar conocimiento de las declaraciones no sólo se fastidió, sino que ordenó su despido.
Ni Scioli, que es secretario de Turismo, Deportes y Ambiente; ni el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tuvieron injerencia en la decisión. El despido se comunicó desde la cuenta de la red social X, que expone las decisiones y declaraciones oficiales del primer mandatario.
Más allá de que Garro no ocupaba un cargo de primer nivel en el Gobierno, su lugar era clave porque era el único de nítida identidad macrista que quedaba en la gestión. Ni los ministros Luis Toto Caputo (Economía), Federico Sturzenegger (Transformación del Estado) y Patricia Bullrich (Seguridad), que tuvieron cargos en la presidencia de Cambiemos, reconocen el liderazgo de Macri. Y los que tienen pasado en el Pro que ocupan posiciones en la administración ya están alineados detrás del proyecto libertario.
“Las cosas que nos dice Milei todo el tiempo y seguimos bancando. De chorros a nido de ratas, y seguimos. Julio cometió una imprudencia, una equivocación, pero no corresponde echarlo así, por Twitter. Justo Garro se quedó en el Pro y no rompió el partido en la provincia de Buenos Aires como hizo Patricia Bullrich. ¿Habrá sido que encontraron la excusa para sacárselo de encima?”, se preguntaban en la primera línea del partido amarillo, donde se entremezclaban las innumerables desavenencias que viene acumulando la relación entre los dos aliados principales del oficialismo.
Fue la expresión de un malestar larvado que excede al despido de un subsecretario de Estado. Un enojo extendido y que reconoce en el 9 de Julio un hito: el destrato que, creen en el Pro, tuvo Mauricio Macri el día de la firma del Pacto de Mayo. “Lo hicieron tomar dos aviones, volar más de 15 horas, para dejarlo a la intemperie más de dos horas. No firmó el Acta, no estuvo en la foto y ni siquiera la transmisión oficial lo enfocó una vez”, se quejaron.
“Hay un compromiso del Pro con el rumbo que tiene el Gobierno, pero nosotros tenemos nuestra agenda. Martín Menem ya la tiene. Todavía no sabemos si vamos a ir a la reunión que estaba prevista en Casa Rosada”, expresaron. El jefe de Gabinete tenía prevista una reunión con líderes de los bloques parlamentarios dialoguistas, previa a otra que estaba convocada para las 16.30 en Diputados, junto con el presidente de la Cámara baja.