Milei pierde poder en el Congreso

Milei pierde poder en el Congreso

El libertario viene enfrentando duras derrotas en el Poder Legislativo y, ahora, la salida de una diputada lo complica aún más.


Las últimas dos semanas no han sido fáciles para el oficialismo que se referencia en el presidente Javier Milei, que viene cosechando adversidades. La primera derrota ocurrió en la Cámara de Diputados, con el rechazo del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 656/2024, mediante el cual el Poder Ejecutivo pretendía destinar 100.000 millones de pesos a la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y la segunda ocurrió en el Senado de la Nación, donde se aprobó una nueva movilidad jubilatoria.

Pero las enemistades que soportó el oficialismo no provinieron sólo del Pro y de la UCR, a los que se sumó Unión por la Patria, para ir contra la agenda oficialista, sino que dentro de su espacio estallaron una serie de internas, que provocaron el caos político dentro de las filas del libertario, que ya comenzó a desconfiar hasta de sus propios legisladores.

Una renuncia anticipada dentro del bloque oficialista

Este martes 27 de agosto, la diputada nacional Lourdes Arrieta renunció al bloque de La Libertad Avanza (LLA), en los minutos previos a una reunión clave, en la que sus compañeros iban a votar su expulsión del espacio.

La renuncia de la mendocina no es un hecho aislado, sino más bien el reflejo de una crisis interna que se manifiesta en el seno del Gobierno, que se originó hace tiempo, pero arreció en las últimas semanas. Los escándalos dentro del oficialismo comenzaron cuando se produjo la visita de varios legisladores nacionales del bloque a un grupo de represores de la última dictadura que, sancionados por la Justicia, cumplen sus condenas en el penal de Ezeiza.

Arrieta, quien fue una de las seis diputadas que participó de ese polémico encuentro, señaló en reiteradas oportunidades que fue engañada y que desconocía la identidad de las personas que iba a visitar. Según contó, su intención era realizar una visita humanitaria y conocer las condiciones edilicias y sanitarias de los internos. Sin embargo, este episodio desató una serie de conflictos internos que culminaron con la decisión de apartarla del bloque.

En una conferencia de prensa posterior a su renuncia, la libertaria se mostró desafiante y acusó a sus colegas de “lavarse las manos” con respecto a la visita a Ezeiza. “No puedo ser parte de un bloque que está en contra de la agenda del presidente”, expresó. Y, luego, anunció la creación de un monobloque que llevará el nombre de “Fuerzas del Cielo-Espacio Liberal” (FE).

Denuncias cruzadas

La renuncia de Arrieta no fue un mero trámite burocrático, sino el desenlace de una serie de acusaciones cruzadas que involucran a importantes figuras del bloque libertario. Una de las primeras señales de ruptura fue cuando la legisladora, en la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, solicitó investigar al presidente de la Cámara, Martín Menem, por su presunta implicación en la organización del traslado de los diputados a Ezeiza.

Este pedido exacerbó las tensiones internas y fue seguido por una fuerte discusión en el Congreso de la Nación, en la que Arrieta acusó a varios de sus colegas, entre ellos a Nicolás Mayoraz, de violencia de género.

Las declaraciones de la diputada generaron una gran controversia dentro del bloque, sobre todo cuando utilizó sus redes sociales para exponer conversaciones privadas del grupo de WhatsApp en el que se había organizado la polémica visita. En estos mensajes, Arrieta intentaba defender su postura y su derecho a expresar opiniones críticas dentro del bloque, lo cual, según ella, le costó la enemistad de varios de sus compañeros.

A medida que los rumores sobre su expulsión se intensificaban, Arrieta hizo un descargo público, en el que afirmó que “nadie me ha dicho a los ojos que quieren echarme”. La diputada se refirió además a la presión que sufría dentro del espacio libertario, señalando que había sido víctima de un “régimen verticalista totalitario”, en el que no se permitía la disidencia interna.

La posición de Arrieta respecto a la visita a Ezeiza

Uno de los elementos centrales en el conflicto entre la mendocina y sus compañeros de bloque es la visita a los represores condenados por delitos de lesa humanidad. Ella trató en varias oportunidades de distanciarse de ese episodio, alegando desconocer la identidad de los detenidos con los que se reunió. “Yo nací en 1993, no sabía quién era Alfredo Astiz”, comentó Arrieta en una declaración pública e intentó despegarse del vínculo con uno de los represores más emblemáticos de la última dictadura militar.

Sin embargo, esta explicación no convenció a muchos dentro de su propio espacio, ni a la opinión pública. Mientras que el escándalo crecía, Arrieta presentó una denuncia penal contra sus compañeros, acusándolos de coacción agravada, abuso de autoridad y otros delitos. No obstante, esta denuncia fue desestimada por el fiscal Sergio Mola, que calificó los argumentos de Arrieta como “carentes de verosimilitud” y “provistos de un infantilismo que hiere la inteligencia”.

El rechazo de la denuncia representó un duro revés para la diputada, quien esperaba que la Justicia tomara cartas en el asunto. A pesar de esto, continuó defendiendo su postura y denunció lo que ella consideraba una maniobra interna para desacreditarla y forzar su salida del bloque.

Incertidumbre dentro del bloque libertario

La renuncia de Arrieta expuso las profundas divisiones dentro de LLA, un espacio que, a pesar de su corta existencia, mostró señales de fragmentación desde su llegada al parlamento. La crisis en el bloque libertario comenzó a visibilizarse en abril, cuando Oscar Zago, entonces jefe de la bancada, también fue apartado de manera intempestiva.

La visita a los represores en Ezeiza fue el catalizador de una serie de conflictos internos que venían gestándose desde hace tiempo. En este sentido, las diputadas Rocío Bonacci y Marcela Pagano, también se sumaron a la polémica y mostraron sus diferencias con la conducción del bloque y fueron señaladas como posibles próximas deserciones, aunque la santafesina se encargó de desmentir estos rumores y afirmó que no perjudicaría al espacio oficialista.

No obstante, la tensión dentro del bloque es palpable y el temor a nuevas deserciones no se ha disipado. La posibilidad de que más diputados decidan conformar bloques disidentes pone en riesgo la estabilidad del oficialismo en Diputados.

El futuro de Arrieta en LLA

Con la creación de su propio bloque, Arrieta dejó en claro que no piensa renunciar a su banca y que seguirá apoyando la agenda del presidente desde su nuevo espacio. “Seguiré defendiendo mis valores judeocristianos y liberales, acompañando al presidente de la Nación”, afirmó la diputada en la nota enviada a Menem, en la que formalizó su salida de LLA.

Más allá de las controversias que la rodean, la mendocina mostró una postura firme y dejó entrever que no se mantendrá en silencio ante lo que considera injusticias dentro del espacio oficialista. En una reciente entrevista radial, la diputada sostuvo que no renunciará a su banca y que, a pesar de las amenazas, continuará luchando contra lo que ella describe como “un sistema de corrupción enorme” dentro de la política argentina.

“Me echaron como un perro”, expresó. Según argumentó, su renuncia fue una decisión estratégica para evitar que el oficialismo pierda más escaños y se debilite en el Congreso.

Por el momento, la diputada mendocina proseguirá con su labor parlamentaria desde su monobloque y prometió que su primer proyecto será la “ampliación de la investigación” sobre la visita a los represores en Ezeiza, un tema que, según ella, aún no fue debidamente esclarecido.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...