El tema universitario viene siendo un dolor de cabeza para las autoridades de los establecimientos y políticamente una piedra en el zapato para el gobierno de Javier Milei. Ya ha sufrido dos marchas multitudinarias y federales por la desfinanciación del sector. Ahora en plena emergencia salarial, Noticias Urbanas entrevistó a Lucille “Lula” Levy, actual consejera superior de la UBA y contadora y Lic. en Administración de empresas.
NU- Las autoridades de las universidades han insistido con la emergencia salarial. Además de los obvios salarios de los docentes y no docentes ¿Cuáles son los otros sectores afectados de la vida universitaria?
LL-El desfinanciamiento está afectando a todo el sistema universitario, con el presupuesto reconducido la situación sigue siendo asfixiante sobre los gastos de funcionamiento, esto obliga a las universidades a revisar funciones centrales que tiene y que hoy no llega a cumplir. Pero a esto se suma el desmantelamiento del sistema científico tecnológico nacional y las obras de infraestructura (aulas, laboratorios, campus de deportes) que se frenaron en todo el país.
Pero sin dudas, los más afectados de esta crisis somos los estudiantes. La UBA abraza a más de 350 mil alumnos. El desfinanciamiento pone un manto de incertidumbre sobre la continuidad de nuestros trayectos académicos, y todos los días se va lesionando ese prestigio y excelencia académica, cuando el docente que se formó toda la vida para estar frente a un aula tiene que elegir otro laburo porque no llega a fin de mes, cuando no hay fondos para realizar un viaje o actividad de formación, cuando no podes avanzar con una investigación por falta de insumos. Esto es lo que venimos advirtiendo: hay una decisión política de desmantelar nuestro sistema universitario, empezando por destruir su prestigio.
A eso hay que sumarle como el contexto económico también afecta el acceso y la permanencia. Es algo que advertimos hace ya muchos años. Alquilar en CABA es una odisea, los costos de expensas, comida, servicios y transportes se hacen cada vez más duros de afrontar. En ese marco, trabajamos muy intensamente el año pasado en lograr que la Legislatura Porteña apruebe el Boleto Educativo, y pese a estar aprobado, arrancó el 2025 y aún no funciona.
El conflicto desatado el año pasado, evidentemente a pesar del amplio apoyo social a lo largo del país no se logró llegar a ningún entendimiento estructural. ¿Cuál es el panorama hoy?
No hay un entendimiento estructural porque este gobierno demostró que tiene la decisión política de avanzar sobre las universidades. Pero el año pasado nos dejo una enseñanza importante: luchar sirve. Si no fuera por la inmensa movilización del 23 de abril con el apoyo social tan inmenso que tuvo la universidad, no hubiéramos logrado el incremento en gastos de funcionamiento. Por eso las facultades se mantuvieron abiertas todo el año, porque luchamos incansablemente para que así sea.
Este año es aún más preocupante porque ya venimos con el desgaste del año pasado. El Presupuesto Nacional se volvió a reconducir (son montos pensados para el año 2023), lo que nos deja atados a la discrecionalidad absoluta del gobierno.
El gobierno intento instalar el tema de la corrupción en la Universidad. Insistió con auditorias, a pesar que ustedes ya las tenian. Como se proyecta este tema para el 2025, y ya que estamos en el tema ¿Insistirán con la Ley de Financiamiento Universitario?
La Ley de Financiamiento Universitario era la oportunidad para resolver esta situación con racionalidad y consensos. Se trataba de un proyecto responsable fiscalmente, que venía a recomponer la situación salarial de los trabajadores universitarios y a su vez, proponía un plan de auditorías permanente y distribución objetiva del presupuesto universitario.
En este contexto no descartamos ninguna herramienta que nos sirva para resolver la situación y para visibilizar lo que estamos atravesando. Una porción minoritaria, pero suficiente, viene de acompañar el veto a esa ley, y a su vez el Congreso permitió que los argentinos nos quedáramos sin presupuesto para 2025. Insistimos que el Poder Legislativo está para equilibrar poderes y definir las prioridades del Estado y hoy no está cumpliendo ese rol.
¿Que opinión tenes acerca de lo que se decidió con los extranjeros? Me refiero a los residentes ya que los otros no pueden ser admitidos entiendo…
Este es otro ejemplo de cómo el gobierno tergiversa datos, miente y desinforma constantemente. En primer lugar, es importante aclarar que para inscribirte en la UBA tenes que tener DNI argentino, es decir, los extranjeros no residentes no pueden inscribirse en la Universidad Pública. Y partiendo de esta base ya es una discusión que debemos dar con la Constitución en la mano.
Ahora bien, abramos el debate porque es necesario, pero hagámoslo con los datos de la realidad:
En primer lugar, hoy los extranjeros solamente representan el 3.9% de la matricula de todo el sistema universitario. En el año 2021, a partir de una investigación que se realizó en la Facultad de Económicas se calculo que los estudiantes aporto a la economía local 390 millones de dólares solamente en CABA. ¿Eso no es positivo para la Ciudad?
Otro dato importantísimo es que los rankings internacionales (esos donde nos enorgullece siempre ver a la UBA entre los primeros) valoran positivamente la llegada de estudiantes extranjeros por la diversidad cultural que proponen. Por eso, los países con mayor matricula extranjera son EEUU, Reino Unido, Australia, Canadá. Es una apuesta a la formación, la diversidad cultural, al crecimiento.
¿O acaso cuando nos vamos atender a un hospital o clínica preguntamos de que nacionalidad es el médico? Tenemos confianza total en que es un médico graduado de la UBA y no hay mayor garantía de confianza que esa.
Es cierto que los docentes, quizás como otras profesiones como los medicos, necesitan más de un trabajo y eso influye en su rendimiento en cada establecimiento.
¿Cómo hace un docente para llegar a fin de mes si en el último año perdió el 50% del poder adquisitivo de su salario? Muchos de ellos, en función de su cargo y dedicación están por debajo de la pobreza. Cuando el gobierno no libera las paritarias y corta esa vía de negociación, tomando decisiones unilaterales, hoy esta empujando a los docentes a elegir entre la renuncia y el exilio. No se puede hacer docencia con salarios de miseria, ni condenar la vocación a la indignidad. Y por supuesto que este es un problema con el que tenemos que ser solidarios, y los estudiantes entender que es un desafío también nuestro: lo que se ve atacada directamente es nuestra calidad académica y el valor de nuestro título, eso es lo que estamos resignando.
La sociedad tiene un gran respeto por las universidades argentinas. Más allá de la sordera del gobierno ¿como ves al resto del arco político en este difícil momento, de tanto ajuste a nivel general?
Este año la dirigencia política debe redoblar los esfuerzos. Siendo un año electoral, es primordial poner en agenda el conflicto de las Universidades y entusiasmar tanto al movimiento estudiantil y a la sociedad en su conjunto. No podemos permitir que una elección legislativa ponga en segundo plano la importancia que merece este tema. Lo que está en juego no es una partida presupuestaria, sino el derecho a acceder a la educación pública, gratuita y de calidad. Milei pretende destruir la universidad pública y los jóvenes la vamos a defender.