El presidente de la Nación, Mauricio Macri y su esposa, la primera dama Juliana Awada, recibieron en la Quinta de Olivos a la diva de los almuerzos -y de las cenas- Mirtha Legrand, y protagonizaron un encuentro que tuvo algunos picos de tensión inesperados, ante la pimienta que utilizó ésta para algunas preguntas.
Avanzando el programa, Mirtha decidió -sumergiéndose en el arte de la tauromaquia- rejonear un poco al presidente y lo acusó de que “ustedes no ven la realidad”, al tiempo en que le bajaba el precio al principal asesor de imagen del presidente, Jaime Durán Barba. Macri, al borde del asombro, lo defendió, explicando que se trataba de “un colaborador que cumplió un rol importante para Cambiemos“.
Lo mismo aconteció cuando la diva le espetó, muy suelta de cuerpo, al presidente que “vos prometiste Pobreza Cero“. Nuevamente a la defensiva, Macri explicó que es una propuesta que “significa un objetivo”, a la vez que expresó que desea “ser evaluado en estos cuatro años” en cuanto sus objetivos de disminuir la pobreza, que de todos modos, afirmó, no sin arrojo, “ya está bajando“.
En medio, Macri debió aclarar que en cuanto a los datos que difundieron los expertos de la Universidad Católica, que encontraron un millón y medio de nuevos pobres, “desde 2011 viene aumentando sistemáticamente. Es una tendencia que logramos recertir en septiembre, agosto del año pasado. Empesamos a recorrer el camino inverso, a revertir la pobreza. Nos falta crecer 20 años“, se defendió.
Luego, explicando la que consideró que “una semana difícil” para los argentinos, Macri manifestó que “estamos viviendo una transición, un cambio que no se podrá detener por más que lo intenten aquellos que fracasaron durante años. La gente votó por este camino y vamos a estar cada día un poco mejor”, dejando en el aire una profesión de fe que sorprendió a Legrand. Lo mismo, consideró que las manifestaciones y los cortes de calle son actividades que “no sirven”.
En ese camino, Macri cuestionó al sindicalismo argentino. “No se entiende el paro de la CGT y la actitud que tiene los gremios docentes, que se oponen a los cambios de fondo que necesita la educación. Esos sectores no quieren discutir mejoras en el sistema. Por suerte, las adhesiones de los maestros a los paros están bajando”, se esperanzó el mandatario.
A la vez, Macri cuestionó que, de acuerdo con su visión, los dirigentes de la Confederación General del Trabajo “no han posido explicar porqué es el paro, porque lo peor fue en agosto del año pasado, ahora estamos generando empleo”, se defendió nuevamente. Luego, llamó a “sentarse todos en una mesa”, para conseguir luego “tener convenios laborales del siglo 21”.
El presidente aseguró que “sufro” por lo que pasa en el país, declarando seguidamente que “soy el primero que querría levantar con mis manos todo esto más rápido. Pero hay un ciclo, construir el país que soñamos no se hace en 15 meses”. Luego, el presidente volvió a su muletilla habitual cuando debe explicar algunas decisiones: “el kirchnerismo está haciendo lo imposible para que el cambio no avance, pero no lo van a lograr“, prometió.
Paralelamente, Macri volvió a traer a colación una de sus obsesiones: la conducta del líder de los docentes Roberto Baradel. “Le falta autocrítica”, opinó, haciéndolo responsable por “la decadencia de la educación pública en la provincia” de Buenos Aires, a la vez que denunció que en la actividad docente existe un “alto ausentismo”.
De todos modos, el presidente, a pesar de mostrarse interesado por los reclamos de los docentes, no supo explicar cuál es el reclamo salarial de los docentes. “No sé cuánto piden“, reconoció, ante una pregunta de la conductora y contraatacó afirmando que “acá hay gremios que no quieren laburar y se oponen a una reforma de fondo“, acusando a los maestros de que “estos señores se creen los dueños de la educación y han destruido la educación pública“.
Luego, continuando con el desconocimiento de los datos de la microeconomía, el presidente demostró desconocer el detalle de la jubilación mínima. “Cobran nueve mil pesos y pico, creo”, afirmó, mientras desde la producción lo corregían soplándole la cifra exacta, que equivale a 6395 pesos. Antes, Macri le había respondido a Mirtha que el dinero del blanqueo se utilizó para pagarles a los jubilados, siempre sin precisar los montos.
Paralelamente, Macri justificó el aumento de las tarifas de los servicios públicos con un argumento curioso. “Estábamos a una materia de terminar como Venezuela“, se defendió, afirmando a continuación que “lo que estamos cobrando de la luz es el 45 por ciento de lo que vale“, cuando en realidad quienes cobran son las empresas concesionarias del servicio y no el propio Gobierno.
Finalmente, el primer mandatario adelantó “un triunfo” de Cambiemos en las elecciones del 22 de octubre, mientras ingería un ojo de bife asado con papa rellena, queso Finlandia y el clásico cimichurri, que prepararon los cocineros de la producción.
Sobre el final, el presidente apuntó contra los constantes y cada vez más numerosos cortes de calle que se reproducen por todo el país, aunque se ciñó en especial sobre el territorio conocido. “Horacio (por Rodríguez Larreta) está tomando cartas en el asunto“, aunque -reconoció- “queda claro que hay que encontrar un equilibrios en esta situación“, en alusión a la colisión de derechos que existe entre la protesta y la libre circulación.