La canciller argentina, Diana Mondino, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, se reunieron este viernes con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en Washington. Allí, abordaron temas relacionados con la crisis de rehenes en Venezuela, la situación humanitaria en Haití y la ofensiva de China en América Latina, entre otras cosas.
En un acto ante la prensa, Mondino y Blinken firmaron un memorándum para restablecer el alto diálogo estratégico y fortalecer la relación bilateral entre ambos países.
La reunión entre los funcionarios se desarrolló en el Departamento de Estado, con la presencia del embajador de Estados Unidos, Gerardo Werthein, una persona importante para lograr un meeting (reunión) entre el mandatario estadounidense Joe Biden, y su par argentino Javier Milei en el G7 de Italia.
La administración demócrata de Biden busca fortalecer la relación estratégica con el gobierno de La Libertad Avanza (LLA), y dicha decisión geopolítica tuvo su correlato en la burocracia que funciona detrás de cada viaje.
Junto al Jefe de Gabinete Nicolás Posse, la Canciller Mondino profundiza la relación con Estados Unidos en su visita a Washington 🇦🇷🇺🇸
Ambos funcionarios se reunieron con el Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Jake Sullivan, en la Casa Blanca.
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— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) May 17, 2024
Los temas en la reunión
La crisis de los rehenes opositores venezolanos fue uno de los temas principales, ya que Argentina refugia seis del régimen de Nicolás Maduro. La Casa Blanca tiene distintos canales de comunicación con Caracas y podría mediar para forzar la concesión o garantizar la inviolabilidad de la embajada argentina en Venezuela.
En cuanto a la situación humanitaria en Haití, Estados Unidos solicitó colaboración a la Argentina, y ya está en el Congreso un pedido de autorización de envío de tropas para colaborar con la seguridad en la isla caribeña. Haití es un estado fallido, y la intención regional es encontrar instancias para revertir su anomia institucional.
Por último, la Casa Blanca ya despliega una estrategia propia para balancear la influencia de Xi Jinping de América Latina, y el gobierno de Milei es una pieza clave. Por su parte, el presidente argentino está en las antípodas ideológicas de su par chino y cree en la alianza estratégica con Estados Unidos.
En base a ello, Argentina no permitirá puertos chinos en el Sur, y menos aún su participación en emprendimientos tecnológicos o vinculados al control de la Hidrovía.