Daniel Viglietti Indart, nacido en el invierno de 1939, murió en Montevideo, este 30 de octubre, mientras estaba siendo operado en un sanatorio local. El viernes 27 había hecho su última actuación y semanalmente conducía su programa radial “Tímpano”.
Fue uno de los principales cantautores populares del Uruguay, considerado un símbolo del canto de protesta de los años setenta y durante el exilio en la dictadura militar (1973-1984).
Era muy chico y vivía en un hogar con padre guitarrista y madre pianista. La música lo llevaría a trascender con su arte fuera de fronteras y a meterse en caminos revolucionarios.
Sus canciones combinarían la dulzura de “Gurisito mío“, con “Niño, mi niño, vendrás en primavera, te traeré…“, con la llamarada revolucionaria anti capitalista de “A desalambrar a desalambrar, que la tierra es mía, tuya y de aquel, de Pedro, María, de Juan y José“.
En su audición radial, Viglietti había seguido su militancia política con la firme defensa de los gobiernos de la “ola progresista” regional, como el chavismo en Venezuela, el kirchnerismo de Argentina, Lula en Brasil, Evo Morales en Bolivia, y Correa en Ecuador.
El cantautor contaba que su madre, la pianista Lyda Indart, y su padre el guitarrista Cédar Viglietti, habían sido influencia para su formación musical.
Con su madre, se metió en la música de Stravinsky, Debussy, Ravel, Manuel de Falla, y Beethoven, entre otros; con su padre, compartía el canto de Carlos Gardel, Magaldi, y Los Trovadores de Cuyo.
Estudió guitarra con maestos como Abel Carlevaro y luego fue haciendo su camino propio, y se convirtió en un ícono del canto popular, preferentemente en el ala radical de la izquierda uruguaya, como el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), grupo en el que militaba José “Pepe” Mujica.
En el exilio, junto a Alfredo Zitarrosa y Los Olimareños, fue una voz de canto contra la dictadura, y retornó al final del régimen militar, con un recital que fue uno de los grandes actos políticos de los tiempos de transición a la democracia.
En ese tiempo de recuperación de la libertad, Viglietti hizo una memorable dupla con uno de los principales escritores del Uruguay, Mario Benedetti, para emocionar a miles de uruguayos con el espectáculo “A dos voces”.
El viernes 27 Viglietti actuó por última vez; fue en el auditorio “Batalla de Las Piedras” a unos 30 kilómetros de la capital, en un recital llamado “Recordando al Che Guevara”.
Y por la noche del martes 30, en una cascada de mensajes y homenajes en las redes sociales, entre la emoción del adios al cantante, algunos recordaban las últimas estrofas que cantó acompañado de su guitarra: “Larai, larai, larai, larai, laralero … ¡qué linda la llamarada alumbrando al mundo entero!”