Murió Gregorio Pérez Companc: quiénes son los herederos de su fortuna

Murió Gregorio Pérez Companc: quiénes son los herederos de su fortuna

El empresario tenía 89 años y es dueño de la alimenticia Molinos Río de la Plata y la energética PeCom.


A los 89 años, murió el empresario Gregorio Perez Companc, dueño de la alimenticia Molinos Río de la Plata y de la energética PeCom, y uno de los empresarios más influyentes del país.

Según el último ránking de la revista Forbes, el magnate es dueño de la cuarta fortuna familiar más grande de la Argentina y está en el escalafón 782 de los hombres más ricos del mundo, con 4.100 millones de dólares.

Católico devoto, de muy bajo perfil (tanto que tiene muy pocas fotos en público) y fanático de los autos, una pasión que heredaron sus hijos Pablo y Luis. Era coleccionista de autos -en su haber tenía varias Ferraris- y había construido una pista de carreras privada en uno de sus campos. Por muchos años, su familia fue dueña de un equipo de rally. En todas sus facetas, también se destacó por su veta filantrópica

Nacido el 23 de agosto de 1934 en Buenos Aires, fue hijo biológico, según el libro “Los dueños de la Argentina II” de Luis Majul, de Benito Bazán y Juana Emiliana Molina, que decidieron darlo en adopción cuando tenía la edad de 11 años. En 1946, entonces la francesa Margarita Companc de Perez Acuña le da su apellido.

Antes de morir, su madre por adopción les hizo jurar a sus tres hijos naturales que a él le correspondería los mismos derechos que a ellos. Sin embargo, Gregorio terminó al frente del grupo familiar: su hermanastro menor, Jorge Joaquín, murió en 1959; el mayor, Carlos, verdadero hacedor del grupo, murió en 1977. Y la hermanastra, Alicia, falleció luego de una trombosis. Ninguno de los tres dejó descendientes.

El imperio Perez Companc tuvo su piedra basal mucho antes del nacimiento de “Goyo”, en una estancia patagónica en 1919. Se dedicaban a la cría de ovejas para la comercialización de lana.

“Goyo” entró en el mundo de los negocios de la mano de su hermano adoptivo, Carlos Pérez Companc. En 1946, la familia compró dos barcazas de la Segunda Guerra Mundial a Estados Unidos, con las que crearon su propia empresa naviera. Entraron, también, al negocio forestal, cuando adquirieron el Establecimiento Forestal San Jorge, en Misiones, en el año 1956. Dos años después, nació la Petrolera Perez Companc.

Fue justamente ahí, en 1958, cuando la figura de Gregorio Perez Companc empezó a ganar presencia en el ámbito empresarial.

Inició formalmente su carrera en 1966, en YPF, cuatro años más tarde ya se dedicaba al negocio familia. Quedó al frente de todo tras la muerte de su hermano adoptivo Carlos.

En 1999, el grupo adquiere Molinos. Antes, le había vendido el Banco Rio de la Plata al Santander. Y en 2002 el grupo se desprendió de la petrolera Perez Companc, que había llegado a ser la principal empresa del sector, a manos de Petrobras.

El hoy llamado Perez Companc Family Group lidera en el país no sólo el rubro de Alimentos y Bebidas con Molinos Río de la Plata, la alimenticia más grande del país, sino que también es un jugador importante en Agronegocios, con Molinos Agro, y en Energía con PeCom.

En Molinos, la familia Perez Companc, concentra marcas como Granja del Sol, Exquisita, Lucchetti, Matarazzo, Preferido, Vitina, Cocinero, Lira, Blancaflor, Nobleza Gaucha, Favorita, Don Vicente, Don Felipe, Chocoarroz, Nieto Senetiner, RucaMalen, Minerva, Gallo, Terrabusi (pastas), Arlistán y La Salteña.

Casado en 1964 con María del Carmen “Munchi” Sundblad Beccar Varela, tuvo 8 hijos: Margarita (fallecida a los 19 años), Jorge, Luis, Rosario, Pilar, Cecilia, Pablo y Catalina.

En 2009, el magnate dejó la conducción de su imperio y cedió el lugar a sus hijos. Hoy, Luis -excorredor de rally-, Rosario y Pilar lideran la estrategia de negocios.

Los herederos y su fortuna

La muerte de Gregorio Perez Companc, a los 89 años, encuentra al grupo familiar organizado. Hace menos de un mes, los siete hijos del patriarca sacudieron al mundo de los negocios con la decisión de repartirse las empresas, sin las peleas ni los escándalos. Está en juego una fortuna de US$ 4.100 millones, la cuarta más abultada del país.

La restructuración del holding familiar incluyó empresas conocidas por todos como Molinos, la líder en alimentos e implicó una línea divisoria en una familia que lleva 80 años ligada al mundo empresario argentino.

Un grupo de los hijos de Goyo, encabezado por Luis Perez Companc y sus hermanas Rosario y Pilar pasó a manejar Molinos Río dela Plata, Molinos Agro y Pecom que en conjunto facturaron el año pasado US$ 3.500 millones y contabilizan 11.600 empleados.

La otra con Jorge junto a sus hermanas Cecilia y Catalina sigue junto a Luis, Rosario y Pilar como hasta ahora en Goyaike, fuerte en la producción agropecuaria y que contiene a la heladería Munchi’s y Conuar, dedicada a la producción de combustibles para las centrales nucleares que abastece a las dos Atucha y a Embalse en la Argentina.

Por la diferencia de tamaño, inserción y valor de las compañías, el grupo liderado por Luis le compró la parte al grupo de Jorge. Se estima la operación en US$ 450 millones.

Además como Molinos Río de la Plata cotiza en Bolsa, con un 5% en manos de pequeños accionistas, deberá hacer una oferta en los mismos términos monetarios, según exigen las regulaciones. La ANSES tiene 20% de Molinos y el resto, la familia.

La sucesión en este grupo familiar comenzó a esbozarse cuando en 2009, Goyo decidió retirarse de los negocios. En aquel momento dividió a su grupo en seis partes iguales para sus hijos. Las empresas siguieron funcionando siempre bajo la batuta de Luis que ahora continuará dirigiendo el holding que agrupa a las tres firmas más valiosas.

Pablo, otro de sus herederos se retiró de aquel reparto y vive con su familia en Estados Unidos.

Quienes los conocen, que son pocos, cuentan que ante la decisión de seguir en pie en la Argentina que requiere seguir creciendo y nuevas inversiones, se originó la idea de una reorganización de los activos de la familia.

Para Molinos Río de la Plata, que tiene sus cimientos en los alimentos y bebidas y que ha crecido con compras como al realizada en 2019 a la dueña inglesa de La Salteña, esperan más adquisiciones. La firma busca ampliar su portfolio de los alimentos con marca hacia otros rubros como mascotas, artículos de limpieza y cuidado personal.

Por eso, cambió sus estatutos ampliando sus alcances. La compañía ha invertido en maquinaria y equipos para ser más eficiente y multiplicar su canasta exportadora que hoy representa 10% de la facturación. Molinos facturó US$ 800 millones en 2023 y cuenta con 2.500 empleados. Su CEO es Agustín Llanos.

Otra firma con planes de expansión es Molinos Agro dedicada a la molienda con una de las plantas más modernas del mundo, instalaciones de acopio y puerto. En su planta de San Lorenzo se muelen 6 millones de toneladas de soja por año, es el 13% de la molienda total. Con 600 empleados tuvo ingresos por US$ 1.900 millones en 2023. La conduce Pablo Noceda.

Y se anticipa un renacimiento de Pecom, que de servicios petroleros como los que presta actualmente, pasará a hacer pie en varias de las áreas que YPF ha puesto en venta en petróleo convencional.

El nombre Pecom marca el origen de este grupo que lideró en petróleo hasta que en 2002 vendió sus activos a la brasileña Petrobras. En el mercado dicen que está de vuelta, algo que empezó a germinar cuando adquirió a la sueca Skanska en 2015 caída en desgracia por un hecho de corrupción. Con esa compra creció en los servicios petroleros y vuelve ahora a la explotación. El año pasado tuvo ingresos por US$ 800 millones. Tiene 8.500 empleados. Su CEO es Gustavo Astie.

Jorge Perez Companc seguirá junto a sus hermanos en Goyaike, que reúne a las miles de hectáreas en un negocio que se inició en la producción ovina en la Patagonia, creció a la Papa Húmeda y a Uruguay, donde se destacan por la agricultura, la producción y faena de corderos pesados, con frigorífico propio. Además, tiene tambo de la raza Jersey que con su leche nutre a la cadena de heladerías Munchi’s el nombre que hace honor a su madre, Carmen Sundblad.

La otra firma es Conuar, dedicada a los combustibles para centrales nucleares.

Jorge Gregorio “Goyo” Perez Companc inició este grupo que nació en una estancia patagónica en 1919 y creció desde una naviera en 1946. Lo hizo junto a su hermano Carlos, ya fallecido.

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